A favor de las oposiciones

Quiero decir antes que nada que lo que ironiza y dogmatiza el se?or Umbral no me parece acertado ni objetivo. Pero empecemos diciendo que yo soy actualmente un opositor aspirante a la escuela judicial, o sea, a juez de primera instancia e instrucci¨®n, y que en los tres a?os anteriores lo he sido tambi¨¦n, si bien recientemente he obtenido plaza con el n¨²mero dos de mipromoci¨®n en el Cuerpo de Secretarios de Distrito, antiguos Comarcales. A pesar de llevar tiempo opositando, les digo que la oposici¨®n no es ese c¨²mulo de malos hechos que el se?or Umbral glosa. Aunque yo no s¨¦ qu¨¦ oposici¨®n habr¨¢ hecho, s¨ª s¨¦ que este se?or que se tilda a s¨ª mismo de republicano no comenta en su secci¨®n de ese peri¨®dico que en la Rep¨²blica, e incluso antes, hab¨ªa ya oposiciones, si es que mis temas de oposiciones relativos a la organizaci¨®n de tribunales no me fallan, que creo que no. La consecuencia de esto es obvia, y es que la oposici¨®n no es una invenci¨®n del franquismo para apartar al opositor de partidos pol¨ªticos, experiencias prematrimoniales y de ser violador el fin de semana.No creo que ninguno de mis compa?eros de promoci¨®n haya contado con el tribunal de antemano, ya que hoy es algo dif¨ªcil esto, debido a que hay que ser muy importante para tener en el bolsillo a loi se?ores nombrados, o a que estos se?ores son unos inmorales, cosa que no creo ni por asomo. Pregunten en las oposiciones judiciales, y ver¨¢n que los que forman parte del tribunal son juristas de prestigio, afortunadamente bastante ¨ªntegros, y que tienen un sentido de la justicia un poco m¨¢s amplio que eso de las componendas y los chanchullos. A m¨¢s de que si todo el que oposita supiera que hay ese enjuague, no creo que persistiera en su idea, ante el panorama tan sombr¨ªo que contemplar¨ªa.