Contin¨²a extremadamente grave uno de los polic¨ªas ametrallados en Vitoria
Dos polic¨ªas armados resultaron muertos y tres heridos -uno de extrema gravedad- al ser ametrallado el jeep que ocupaban por dos individuos armados. El suceso ocurri¨® a las ocho de la tarde del domingo en el barrio de Zaramaga, de Vitoria. Fuentes solventes consideran que esta acci¨®n ha sido obra de la organizaci¨®n ETA.
A esa hora, seg¨²n la versi¨®n oficial, un veh¨ªculo de la Polic¨ªa Armada, ocupado por un cabo y tres polic¨ªas, se detuvo en un rellano situado frente a la entrada del matadero municipal, en la calle de los Reyes de Navarra, a unos ochocientos metros del cruce con el Portal de Villarreal.?Al detenerse, el jeep en el lugar indicado para recibir la novedad de una patrulla de dichas fuerzas que prestaban servicio en aquella zona -dice la nota oficial-, dos individuosj¨®venes, que, al parecer, salieron de una cabina telef¨®nica pr¨®xima, ametrallaron al coche, a consecuencia de cuya acci¨®n result¨® muerto el conductor, Miguel Raya Aguilar, de veintiocho a?os, natural de Huelma (Ja¨¦n), y heridos de suma gravedad los polic¨ªas Joaqu¨ªn Ramos G¨®mez, casado, de veintis¨¦is a?os y natural de Sevilla -que falleci¨® en el Hospital General de Vitoria-, y Jos¨¦ Vicente Val del R¨ªo, soltero, de veinti¨²n a?os, natural de Burgos. Asimismo, resultaron heridos menos graves los polic¨ªas Armando Doval Gonz¨¢lez, soltero, de veinti¨²n a?os, natural de Orense, y Santiago del Canto de los Reyes, casado, de veinticuatro a?os, natural de Jerez de la Frontera. El cabo primero Antonio Barrado Tejada, de veintis¨¦is a?os, natural de Zarza de Mont¨¢nchez (C¨¢ceres), result¨® ileso.
El jeep de la Polic¨ªa Armada presenta 52 impactos de bala, munici¨®n de nueve mil¨ªmetros, Parabellum.
Pese a la versi¨®n oficial facilitada a los medios informativos en la ma?ana de ayer, las circunstancias en que se desarrollaron los hechos no est¨¢n todav¨ªa claras, y a¨²n hoy, dif¨ªcil hacer un relato fiel de los mismos.
La historia del atentado puede dedirse que se inici¨® a las 7,30 de la tarde, cuando Mart¨ªn Ol¨ªas, vecino de Aizcorbe (Navarra), en compa?¨ªa de su esposa y un ni?o de diez meses de edad, detuvo su coche, un 1430 azul marino, matr¨ªcula M-804230, en el aparcamiento de la nueva residencia de la Seguridad Social en Vitoria, situada en la zona de Chagorrichu. Cuando la esposa, que hab¨ªa salido del coche, penetr¨® en el edificio, dos desconocidos -al parecer muy j¨®venes- se dirigieron hacia el propietario del veh¨ªculo, que en ese momento cerraba la puerta del mismo. Enca?on¨¢ndole con pistolas le pidieron que les dejara el coche. Como aqu¨¦l se resistiera, los j¨®venes le pusieron una pistola en la sien, conmin¨¢ndole con amenazas a que les entregara las llaves. Una vez logrado su objetivo, los dos desconocidos abandonaron el lugar a gran velocidad. El propietario del veh¨ªculo present¨® la denuncia de sustracci¨®n del mismo en la comisar¨ªa hacia las 8.20 de la noche, minutos despu¨¦s de que se produjera el atentado contra el jeep de la polic¨ªa. El coche sustra¨ªdo a Mart¨ªn Ol¨ªas ser¨ªa utilizado por losprotagonistas del atentado.
Se piensa que los dos desconocidos, tras abandonar la residencia de la Seguridad Social, recogieron posteriormente a una o dos personas m¨¢s, dirigi¨¦ndose media hora m¨¢s tarde hacia la calle de los Reyes de Navarra, a trav¨¦s de las calles Cofrad¨ªa de Arriaga y Vitoria. En la calle de los Reyes de Navarra -en donde ocurrieron los hechos-, los j¨®venes aparcaron el coche a pocos metros de una cabina telef¨®nica situada frente al lugar donde minutos m¨¢s tarde se detendr¨ªa el jeep de la Polic¨ªa Armada para recibir el parte de la pareja que realizaba patrulla en aquella zona.
Todo hace pensar que dos o tres de los j¨®venes -no se ha podido precisar el n¨²mero- se dirigieron a pie desde el coche hasta la cabina telef¨®nica, en donde debieron esperar la llegada del jeep. Es posible que uno de los desconocidos quedara al volante del coche.
A las ocho de la noche lleg¨® el veh¨ªculo policial y aparc¨® en un rellano existente frente a la puerta del matadero municipal.
A los pocos minutos llegaron los dos polic¨ªas armados, que se introdujeron en el jeep para dar novedades a sus compa?eros, que en aquellos momentos escuchaban los resultados de f¨²tbol en un peque?o transistor que fue hallado junto a las gorras ensangrentadas de los polic¨ªas.
Ese debi¨® ser el momento elegido por los dos j¨®venes -no existe precisi¨®n de si ocupaban la cabina o se situaban junto a ella-, que se dirigieron hacia el jeep, situado al otro lado de la calle, abriendo fuego con varias r¨¢fagas de fusil ametrallador contra el veh¨ªculo, que result¨® alcanzado por 52 impactos de bala.
Dos cargadores
No se tiene seguridad si los dos desconocidos dispararon a la vez o si s¨®lo uno de ellos realiz¨® la operaci¨®n. En cualquier caso parece asegurado que en el atentado se usaron dos cargadores de treinta proyectiles, por lo que es posible que hicieran fuego los dos fusiles ametralladores. La mayor¨ªa de los impactos alcanzaron de lleno la zona central del veh¨ªculo, hiriendo al ch¨®fer y a los cuatro polic¨ªas que ocupaban los asientos de la parte posterior. Unicamente el cabo, situado en el asiento junto al con ductor, result¨® ileso.
Todo parece indicar que los polic¨ªas que ocupaban el jeep fueron sorprendidos, no teniendo tiempo para repeler la agresi¨®n desde el interior del veh¨ªculo.
En medio de la confusi¨®n que produjeron los disparos, los desconocidos montaron en el coche alej¨¢ndose a gran velocidad del lugar, en direcci¨®n a la calle Vitoria. Se supone que tras girar a la derecha tomaron ?acalle del Portal de Villarreal, para dirigirse hacia la carretera de salida a Bilbao por Beto?o. En aquella zona -calle de Escalmendi- fue encontrado, a las diez de la noche, el veh¨ªculo utilizado en el atentado. Aunque las versiones son tambi¨¦n contradictorias al respecto, parece ser que mientras los agresores abandonaban el lugar, el cabo, por su propio pie, sali¨® del veh¨ªculo con intenci¨®n de auxiliar a sus compa?eros. Unos momentos antes, el ch¨®fer del veh¨ªculo se hab¨ªa dejado caer del coche herido de muerte. Apoyado sobre la rueda delantera del jeep fallecer¨ªa segundos m¨¢s tarde.
Las primeras personas que llegaron al lugar (ninguno pudo precisar las circunstancias en que se hab¨ªan producido los hechos) ayudaron a sacar del veh¨ªculo a los heridos. Tres polic¨ªas -unode ellos muerto- fueron conducidos al Hospital Civil en una furgoneta, mientras que los dos heridos restantes eran evacuados en coches particulares.
Un testigo
Desde una de las ventanas de un sexto piso de las viviendas existentes frente al lugar de los hechos, la se?ora de Emeterio Moreno presenci¨® as¨ª la escena: ?Todo sucedi¨® en unos segundos. Yo no pude ver el coche de los j¨®venes que mata ron a los polic¨ªas. Estaba en la cocina. Los ni?os estaban jugando en la calle un minuto antes, y al subir a casa me comentaron que hab¨ªan visto un jeep de polic¨ªas en la calle con los que hab¨ªan hecho bromas y risas. Cuando justamente levantaba la persiana para salir al balc¨®n o¨ª varios estampidos secos, como truenos. Eran ruidos de ametralla doras con varias r¨¢fagas. El ruido no se me olvida, era como el del 3 de marzo de 1976. Me asom¨¦ en seguida y vi c¨®mo uno de los polic¨ªas. se arrastraba por el suelo con la pistola en la mano. Acudi¨® en seguida la gente, que qued¨® como paralizada, sin saber qu¨¦ hacer. El herido, que dejaba un rastro de sangre, por se?as indic¨® a la gente que dentro del jeep hab¨ªa compa?eros heridos. Baj¨¦ en seguida a la calle, cuando vecinos de la casa ayudaban a sacar a los polic¨ªas del coche. Estaban llenos de sangre y con muchos impactos de bala. La escena era horrible. Me dirig¨ª al que estaba bien, que parec¨ªa desesperado, y me dijo que ¨¦l no ten¨ªa nada. Este polic¨ªa, en compa?¨ªa de un joven, fue hasta la cabina telef¨®nica situada enfrente del lugar para llamar a la polic¨ªa. Cuando ¨¦sta lleg¨® se hab¨ªan llevado ya a los heridos.?
El polic¨ªa conductor, Miguel Raya Aguilar, ingres¨® cad¨¢ver en el Hospital General de Santiago, a donde fueron conducidos todos los heridos. Joaqu¨ªn Ramos, alcanzado por disparos en t¨®rax, extremidades y cabeza, fallec¨ªa dos horas despu¨¦s del suceso, tras una delicada operaci¨®n. Con heridas calificadas de muy graves fue internado en la unidad de cuidados intensivos del mismo centro el polic¨ªa Jos¨¦ Vicente del Val del R¨ªo, que presentaba heridas de bala en hemit¨®rax, hepigastrio, pared tor¨¢cica derecha y rotura de bazo -que le fue extirpado- e h¨ªgado. Su estado es calificado como de extrema gravedad.
Los polic¨ªas Armando Doval y Santiago del Canto resultaron tambi¨¦n heridos menos graves. El primero presenta fractura abierta de c¨²bito derecho y dos heridas de bala en el antebrazo y en la planta del pie derecho. Santiago del Canto sufre fractura abierta en el tercio discal de tibia y peron¨¦ izquierdos. Presenta tambi¨¦n heridas en el dorso del pie izquierdo y cuero cabelludo. Ambos polic¨ªas evolucionan satisfactoriamente de sus lesiones.
A las 12.30 del mediod¨ªa de ayer quedaba instalada la capilla ardiente en el antiguo cuartel de Flandes. En la misma se person¨®, a las 3.15 de la tarde, el general inspector de la Polic¨ªa Armada, general Tim¨®n de Lara. Posteriormente, visitar¨ªan el lugar el jefe superior de Polic¨ªa de Bilbao y el director general de Seguridad.
Ayer y anteayer se sucedieron los comunicados de repulsa contra el atentado.
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