El atentado de Vitoria
EL ATENTADO perpetrado en Vitoria el pasado domingo, que ha costado la vida de dos servidores del orden p¨²blico y herido gravemente a otros tres, constituye, desde el punto de vista moral y humano, un crimen execrable y, desde criterios puramente jur¨ªdicos, un vulgar asesinato. Nadie con una m¨ªnima sensibilidad ¨¦tica puede justificar ese ametrallamiento alevoso de unos funcionarios que cumpl¨ªan con un deber rutinario y cuyo cometido se halla delimitado por normas que reciben su legitimaci¨®n de un Parlamento democr¨¢ticamente elegido. Y nadie con cierto bagaje de conocimientos jur¨ªdicos -sobre todo si es senador o diputado- puede dejar de reconocer la existencia de las agravantes que transforman un homicidio en un asesinato y de excluir cualquier tipo de atenuantes o eximentes. Los agravantes, por el contrario, son claros.Pero la matanza de Vitoria posee otras implicaciones y arroja otras ense?anzas. Significa un escal¨®n m¨¢s en el progresivo e imparable descenso de ETA militar desde los inciertos niveles de la organizaci¨®n revolucionaria, que aplicaba medios condenables en nombre de unos ideales pol¨ªticos, al subsuelo de la banda de pistoleros.
Por eso hay que hacer, una vez m¨¢s, un llamamiento al sentido de la responsabilidad moral, ciudadano y pol¨ªtico de los grupos abertzales, que, hasta ahora, s¨®lo para uso interno, han llegado a la obvia conclusi¨®n de que el 20 de noviembre de 1975 se inici¨® un curso nuevo en la historia de Espa?a y del Pa¨ªs Vasco.. La legalizaci¨®n de la ikurri?a, la amnist¨ªa total, la legalizaci¨®n de los partidos (incluido EIA), las elecciones generales del 15 de junio y la victoria del PSOE y del PNV en las urnas, la negociaci¨®n y establecimiento del r¨¦gimen preauton¨®mico, el reconocimiento de que Navarra puede integrarse en Euskadi, la elecci¨®n como presidente del Consejo General Vasco del veterano combatiente socialista Rubial, la participaci¨®n de este organismo de los nacionalistas vascos: s¨®lo el fanatismo o la mala fe pueden interpretar estos hechos como a?agazas para mantener o intensificar la opresi¨®n del Pa¨ªs Vasco.
Primero los partidos de implantaci¨®n obrera en Euskadi, y luego el partido fundado por Sabino Arana, que recoge la tradici¨®n de m¨¢s de ochenta a?os de nacionalismo vasco, condenaron de manera expl¨ªcita el recurso insensato a la violencia de los ¨²ltimos vestigios de ETA. A los partidos pol¨ªticos que nacieron en la orla de esa organizaci¨®n, y que defienden las razones hist¨®ricas que durante la dictadura llevaron a sus militantes a empu?ar las armas, corresponde ahora pronunciarse, de manera inequ¨ªvoca, sobre el comportamiento de sus antiguos correligionarios. En la nueva democracia espa?ola, todo el mundo tiene derecho a propagar y mantener sus ideas pol¨ªticas, incluidos los independentistas; pero nadie puede gozar de impunidad penal para utilizar la violencia, o de apoyos pol¨ªticos que la faciliten en el terreno log¨ªstico o en el plano moral. La historia de ETA es una saga de horror y de sangre. Hora es ya que esa historia, que comenz¨® con pretensiones de aliento ¨¦pico y ha terminado en la degradaci¨®n pol¨ªtica y moral, llegue a su fin.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Bajas fuerzas seguridad
- Vitoria
- Polic¨ªa Nacional
- Atentados mortales
- Ayuntamientos
- Gobierno auton¨®mico
- Comunidades aut¨®nomas
- ?lava
- Cuerpo Nacional Polic¨ªa
- Administraci¨®n local
- Atentados terroristas
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Polic¨ªa
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pa¨ªs Vasco
- ETA
- Fuerzas seguridad
- Grupos terroristas
- Espa?a
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Terrorismo
- Sociedad
- Justicia