Sembrar en Canarias
Como canaria, no puedo menos que sentirme admirada ante la avalancha de informaciones que aparecen estos d¨ªas acerca de las islas; ha sido necesario que surgiera un Cubillo, o que el comit¨¦ de la OUA ponga en duda el car¨¢cter espa?ol del archipi¨¦lago para que Canarias sea noticia. No lo ha sido en los tiempos del subdesarrollo, de la emigraci¨®n a Venezuela, del analfabetismo, de la desesperaci¨®n al ver que se iban hundiendo una a una las pocas empresas canarias que a¨²n quedaban, para dar paso a poderosas empresas procedentes de la Pen¨ªnsula. El canario ha odiado al ?godo?, s¨ª, al ver que este godo ven¨ªa con los bolsillos llenos de dinero, ceceando y haciendo fortuna en las islas, sin dejar ni un c¨¦ntimo en ellas, ya que tra¨ªa su propia mano de obra y sus propios materiales de trabajo para no tener que contratar obreros canarios. Es a este ?godo? al que no ha querido el pueblo canario, al alto cargo, al empresario, al desaprensivo, y no al peninsular, que viene a disfrutar de unas vacaciones ganadas con su trabajo.Ahora, todos los partidos pol¨ªticos se creen con derecho a opinar acerca de una cuesti¨®n que ata?e s¨®lo al pueblo canario; los que no levantaron la voz en los tiempos dif'iciles, cuando era necesario para no llegar a una situaci¨®n como la actual, lo hacen ahora con afanes de protagonismo. Si antes Cubillo era un loco, un visionario, un fantasma, ?por qu¨¦ acudi¨® Felipe Gonz¨¢lez a Argel para negociar el cierre de su emisora? Esto indica que se le tern¨ªa mucho m¨¢s de lo que se daba a entender. Si tan disparatadas eran sus alocuciones, no deb¨ªa ser necesario que todo un personaje como el se?or Gonz¨¢lez le tomase siquiera en cuenta. En estos momentos es un poco tarde para clamar a gritos por las espa?ol¨ªsimas provincias ultramarinas; no es tan f¨¢cil olvidar a los muchos cargos gubernamentales que durante a?os han pasado por las islas prometiendo que ?cuando regrese a Espa?a no dejar¨¦ de tener en cuenta los problemas canarios?. Se recogen los frutos de lo que se ha sembrado, y en Canarias se ha sembrado torpeza tras torpeza, con la m¨¢s absoluta impunidad. Para encarar la presente situaci¨®n como es debido habr¨ªa que empezar por pedir responsabilidades, y no precisamente a la OUA.
Por otra parte, puestos a hacer preguntas, ?por qu¨¦ puede, pongamos por caso, un ciudadano catal¨¢n traerse a Madrid o a otro lugar de Espa?a todas las butifarras o litros de vino del Priorato que le venga en gana, y no puede un canario traer a la Pen¨ªnsula tabaco o ron de las islas sin que se lo requisen en la aduana? Todos somos espa?oles, ?o no?
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