Un panorama preocupante para la Xunta
?Galicia es un semillero de problemas.? Con estas palabras el candidato de UCD para la presidencia de la Xunta de Galicia, Antonio Ros¨®n, renunciaba el pasado martes a una enumeraci¨®n de las posibles acciones inmediatas del organismo que, sin duda, dirigir¨¢ al menos en sus primeros meses de existencia. Sin embargo, a pesar de las facultades limitadas que el Gobierno concede al organismo preauton¨®mico, parece evidente que deber¨¢ promover actuaciones para levantar a Galicia del subdesarrollo en que se encuentra.El atraso en la agricultura, la inversi¨®n del ahorro gallego en otras regiones, el bajo nivel de renta (las cuatro provincias est¨¢n por debajo de la media nacional), la ausencia de una pol¨ªtica de empleo coherente y, como consecuencia, una emigraci¨®n masiva han determinado un desencanto generalizado entre los gallegos del que pueden servir como muestra el notable aumento de conflictos sociales y laborales y, como advierte Jos¨¦ Antonio Dur¨¢n, en un estudio que publicar¨¢ pr¨®ximamente el Banco de Bilbao sobre la realidad econ¨®mica y social de Galicia, el elevado n¨²mero de suicidios que se vienen registrando entre los campesinos de la regi¨®n durante los ¨²ltimos a?os. La deficiente explotaci¨®n de la agricultura, la producci¨®n por persona en este sector era de 44.758 pesetas en 1973 en Galicia, mientras un campesino catal¨¢n obten¨ªa en el mismo per¨ªodo productos por valor de 200.000 pesetas, es quiz¨¢s el problema que requiere soluci¨®n m¨¢s urgente al estar la mayor parte de la poblaci¨®n asentada en el campo.
La pesca, tras las restricciones de la CEE a las embarcaciones espa?olas, exige un, replanteamiento riguroso del sector. Entre las posibles medidas para paliar la crisis ha sido apuntada reiteradamente la conveniencia de renovar gradualmente la flota en el sentido de que sea polivalente.
Otro sector necesitado de actuaci¨®n inmediata es el industrial. Durante los a?os sesenta se instalaron en Galicia diversas factor¨ªas dedicadas a la producci¨®n de pasta de papel, refino de petr¨®leo, fue impulsada la construcci¨®n naval, se instalaron grandes mataderos, etc¨¦tera, sin lograr detener con ellas la emigraci¨®n masiva. Recientemente, en l¨ªnea con las industrias antes citadas, se est¨¢n creando industrias como la planta de alumina-aluminio de San Cipri¨¢n y la central nucle¨¢r de Xove, entre otras, en las que est¨¢ prevista una inversi¨®n de 120.000 millones de pesetas para crear solamente unos cinco mil puestos de trabajo. Quiz¨¢s los 40.000 millones a invertir en Xove, una central innecesaria para Galicia, dados sus considerables excedentes de energ¨ªa el¨¦ctrica, reportar¨ªan mayores beneficios a la regi¨®n si con ellos se promoviesen industrias dedicadas a la transformaci¨®n de materias primas, m¨¢s intensivas en empleo que en capital, y a la potenciaci¨®n de un s¨®lido mercado interno que favoreciese la creaci¨®n de puestos de trabajo de forma que pudiesen regresar buena parte de los 300.000 gallegos que durante la ¨²ltima d¨¦cada abandonaron su tierra en busca de un puesto de trabajo.
La educaci¨®n y la deficiente estructura sanitaria son otros problemas graves. Recientes estad¨ªsticas indican que de cada cuatro ni?os gallegos que no obtienen el diploma de estudios primarios, tres son gallego-parlantes. Por otra parte, el porcentaje de profesionales sanitarios, seg¨²n datos de 1972, es de 21,7 profesionales por 10.000 habitantes, mientras que en Espa?a es de 28,6. El nivel de camas hospitalarias es de tres por cada mil habitantes, cuando la media espa?ola es de 4,8.
?Tiene posibilidades la Xunta de mejorar tan desolador panorama? Sus atribuciones son cortas, pero los componentes del organismo preauton¨®mico tienen la obligaci¨®n ineludible de no defraudar a quienes les votaron y no contribuir con su inhibici¨®n a un mayor deterioro de su regi¨®n.
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