Contar y contar bien
?El bosque es hermoso, oscuro y frondoso. Pero tengo promesas que cumplir y mucho que andar antes de dormir?, este fragmento de un poema de Robert Frost puede hacer que un almac¨¦n de explosivos estalle en pedazos o que una central nuclear vuele por los aires. Al escuchar esta contrase?a, 51 hombres esparcidos por Estados Unidos, despertar¨¢n de un sue?o hipn¨®tico de m¨¢s de veinte a?os, para realizar la Operaci¨®n Tel¨¦fono, viejo proyecto estalinista, que la KGB se olvid¨® de desactivar. Su objetivo: desestabilizar las relaciones EEUU-URSS, desencadenar una tercera guerra mundial. Grigory Borzov, primer agente de la KGB, que es el bueno en una pel¨ªcula yanqui, debe evitar que se lleven a cabo los 51 sabotajes. Y no dejar¨¢ que nada se interponga en su camino -es un profesional-, ni siquiera sus propios sentimientos. Aventura individual en la que el protagonista, un hombre de acci¨®n, se da cuenta de que viene a ser lo mismo trabajar para unos que para otros, para rusos que para americanos, para la KGB que para la CIA, porque todos son lo mismo, una fuerza oculta y absurda que una vez que le ha utilizado no duda en aplastarle.Donald Siegel, a quien los sagaces de costumbre han calificado m¨¢s de una vez de fascista, es el director menos maniqueo que pueda imaginarse.
Telefon
Director: Don Siegel.Gui¨®n: Peter Hyams y Stirling Silliphant, basado en la novela de Walter Wager Fotograf¨ªa: Michel Butler. M¨²sica: Lalo Schifrin. Int¨¦rpretes: Charles Bronson, Lee Remick, Donald Pleasenc, Tyne Daly, Alan Badel y Patrick Magee. Norteamericana, 1977. Locales de estreno: Gran V¨ªa, Cid Campeador y Aluche.
La caracter¨ªstica principal de su cine es la eficacia. En sus filmes nunca hay un plano in¨²til, nunca un plano pretendidamente bello ni uno pretendidamente feo. Siegel no trabaja para la galer¨ªa ni para la cr¨ªtica. La c¨¢mara se mueve con exactitud e inteligencia. Su gran dominio t¨¦cnico le impide caer en alardes exhibicionistas. Con la violencia ni se pasa ni se queda corto. Siegel es un sabio veterano surgido de la serie B, cuya prol¨ªfica carrera es bastante desconocida en Espa?a hasta el a?o sesenta, fecha a partir de la cual comenzamos a ver filmes de la categor¨ªa de C¨®digo del hampa, Brigada homicida, Harry el sucio, El seductor, La gran estafa o El molino negro, que nos revelan a un autor de la talla de Fuller o Aldrich, no por menos delirante menos interesante, que por su humilde maestr¨ªa habr¨ªa que situar junto a Bud Boetticher.
Es una l¨¢stima que Siegel haya tenido que poner su trabajo al servicio de actores (?) como Elvis Presley, Clint Eastwood o, en la pel¨ªcula que nos ocupa Charles Bronson. ?Cu¨¢nto no habr¨ªa ganado Telefon si, en lugar de ¨¦ste, Siegel hubiera contado con un James Coburn!
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