Una dr¨¢stica ley defiende la supervivencia del franc¨¦s
La Carta del idioma franc¨¦s, o ley 101, fue aprobada por la Asamblea provincial de Quebec el pasado mes de agosto. En ella se declara que el franc¨¦s es la lengua oficial y por tanto la que deber¨¢ utilizarse en la administraci¨®n civil, las comunicaciones oficiales y los tribunales de justicia.Pero la ley 101 dispone tambi¨¦n que los ni?os deben recibir su instrucci¨®n en franc¨¦s en los jardines de infancia, escuelas primarias y secundarias, salvo muy escasas excepciones. Este aspecto de la ley ha provocado fuertes cr¨ªticas al Gobierno provincial de Ren¨¦ Levesque por parte de la mayor¨ªa angl¨®fona canadiense y no ha faltado quien la comparara con una ?ley fascista?.
A finales de febrero pasado, cuando se celebr¨® en Ottawa el congreso del Partido Liberal (en el poder), numerosas resoluciones criticaron la ley 101 de Quebec y pidieron que se garantizasen en esa provincia los derechos constitucionales de los canadienses de habla inglesa, as¨ª como que se respetara el derecho a la libertad de escoger la educaci¨®n de los hijos en el idioma preferido por los padres.
Sin embargo, la Constituci¨®n canadiense dispone que la educaci¨®n es materia de la competencia exclusiva de los Gobiernos provinciales y, aunque algunos airados ciudadanos han interpuesto recursos ante los tribunales, no parece f¨¢cil que la ley 101 vaya a ser derogada.
Es m¨¢s, en una reciente reuni¨®n de los premiers provinciales, Levesque obtuvo una victoria pol¨ªtica al conseguir la firma de un comunicado conjunto (23 de febrero de 1978) en el que se afirmaba el derecho de los ni?os a recibir educaci¨®n en ingl¨¦s o franc¨¦s, pero dejando a la elecci¨®n de las provincias c¨®mo deben recibirla. Es decir, se aprueba el principio general, pero se deja en libertad a las provincias de cumplirlo o no. O dicho de otro modo, nueve primeros ministros provinciales aceptaron ampliar la educaci¨®n en franc¨¦s en sus provincias, mientras Levesque no se compromet¨ªa a nada y declaraba acto seguido que la ley 101 seguir¨¢ en vigor.
La cuesti¨®n del idioma en que se imparte la ense?anza es especialmente importante para los inmigrantes que llegan o llegaron hace poco a Quebec. Seg¨²n un detractor de la ley, la mayor¨ªa de los inmigrantes (portugueses, griegos, italianos y procedentes del Este europeo en su mayor parte) prefieren que sus hijos aprendan ingl¨¦s en la escuela, porque les abre mayores posibilidades, no s¨®lo en Canad¨¢, sino en todo el mundo.
?Lo que ocurre, explica nuestro interlocutor, es que Levesque y el Partit Quebecois tienen miedo de que el franc¨¦s vaya desapareciendo. La provincia de Quebec tiene un ¨ªndice de natalidad muy bajo, el m¨¢s bajo de Canad¨¢, y Levesque quiere crear franc¨®fonos a toda costa, aunque sea privando a los inmigrantes o a los residentes de habla inglesa de un derecho fundamental. Quiere hacer un pa¨ªs franc¨®fono por la fuerza. ?
El periodista Gilbert Moore nos ofrece, en Montreal, la otra cara de la moneda: ?Lo que no podemos permitir, y por eso apoyamos la ley 101, es que los inmigrantes vengan aqu¨ª, aprendan ingl¨¦s a costa de nuestros impuestos (la ense?anza de idiomas es gratuita para los inmigrantes) y luego se vayan a trabajar a Estados Unidos o a la zona inglesa de Canad¨¢. Si quieren venir aqu¨ª, muy bien, pero que se queden y aprendan nuestro idioma, el franc¨¦s.?
Seg¨²n otras fuentes, los t¨¦cnicos de habla inglesa de otras partes de Canad¨¢ se lo piensan dos veces antes de aceptar un puesto de trabajo en Quebec, porque sus hijos podr¨ªan verse obligados a recibir en franc¨¦s su educaci¨®n primaria, aunque en la ley 101 se contienen excepciones para los angl¨®fonos que ya han comenzado sus estudios en ingl¨¦s.
Recelo de los inversores
El mundo de los negocios parece tambi¨¦n seriamente preocupado por el curso de los acontecimientos en el ¨²ltimo a?o. El ingl¨¦s ha sido hasta ahora el idioma en que se han efectuado las transacciones comerciales en la mayor parte del pa¨ªs, incluido Quebec, y la nueva ley supone la necesidad de tener ejecutivos que hablen franc¨¦s, lo que representa un serio problema para muchas compa?¨ªas.
Adem¨¢s, est¨¢ el problema del refer¨¦ndum y del posible separatismo, que hace a los inversores mirar con recelo a Quebec. Seg¨²n un t¨¦cnico del Fondo Monetario Internacional, el desarrollo de Quebec se ver¨¢ paralizado o por lo menos muy limitado en los pr¨®ximos a?os. La decisi¨®n de la compa?¨ªa aseguradora Sun Life puso de actualidad el problema que llevaba varios meses latente y cre¨® una cierta alarma entre los habitantes de la provincia.
?Si, es cierto que la Sun Life quiere irse de Quebec, pero tambi¨¦n es cierto que las dem¨¢s compa?¨ªas se quedan?, comenta un miembro del Partit Quebecois, que asegura: ?No existe p¨¢nico econ¨®mico. Eso es algo que quiere imbuir a la gente el Gobierno de Ottawa, que deb¨ªa preocuparse m¨¢s de la desastrosa pol¨ªtica econ¨®mica que ha seguido en los ¨²ltimos a?os y que ha conducido a Canad¨¢ y a Quebec a una crisis.?
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