Nuestro feminismo
Por dos veces consecutivas en poco espacio de tiempo hemos o¨ªdo afirmar en la televisi¨®n al director general de Desarrollo Comunitario, de quien depende la Subdirecci¨®n General de la Promoci¨®n Femenina, que el feminismo espa?ol no est¨¢ a la altura de los tiempos por ser meramente reformista.Nos tememos que el director general no conoce el feminismo espanol, por lo menos en toda su variopinta manifestaci¨®n. Tanto salir fuera para aprender cosas muy novedosas en Par¨ªs, Viena o T¨²nez, ciudades que le gus ta nombrar, no, ha ca¨ªdo en la cuenta de que esos mediterr¨¢neos que descubre fuera en congresos muy conspicuos los tiene aqu¨ª, en casa, desde hace bastantes a?os.
Sin hacemos portavoces de otros grupos que no nos han concedido tal misi¨®n y que pueden hablar por s¨ª mismos, afirmamos que nosotras, las mujeres que componemos el SESM (Seminario de Estudios Sociol¨®gicos. sobre la Mujer), hemos escrito muchas p¨¢ginas, individualmente y en grupo, para sostener que nuestro feminismo no consiste s¨®lo en alcanzar unos determinados derechos que ya goza el var¨®n ni en equ¨ªparamol con ¨¦l, entre otras cosas porque, como persona humana, nos parece tambi¨¦n bastante desvalido en esta sociedad.
Nuestro feminismo pretende, sobre todo, lograr una sociedad radicalmente distinta, m¨¢s humana, y en la que las relaciones interpersonales no sean frustrantes para nadie (tampoco para el var¨®n), sino estimulantes y cre¨¢doras para todos.
Sabemos que esto constituye una utop¨ªa no alcanzable de aqu¨ª a pasado ma?ana, y por ello nos proponemos tambi¨¦n unos objetivos alcanzables a corto plazo (coeducaci¨®n en todos los niveles y modalidades de ense?anza, aplicaci¨®n rigurosa del principio de igualdad de retribuci¨®n por trabajo de valor equivalente, implantaci¨®n del matrimonio civil, ley que regule el divorcio, etc¨¦tera), siempre como etapas hacia aquella finalidad m¨¢s amplia. No somos, pues, reformistas. Pero tampoco queremos matar a los varones, ni castrarlos, ni someterlos a nuestro dominio, ni suplantarlos en el trabajo, como quieren hacemos afirmar indiscriminadamente ciertas noticias que aparecen de cuando en cuando.
Comprendemos que nuestro planteamiento resulta menos propicio a los anatemas y a las iron¨ªas y sentimos no facilitar las cosas a los que les gustar¨ªa o¨ªrnos hacer declaraciones extravagantes, p¨¢bulo f¨¢cil para sus reproche! e incluso para el rechazo de ciertas mujeres mal informadas. Como ejemplo, podemos citar las recientes declaraciones de una fainlosa actriz espa?ola, por otra parte muy progresista, que se apresuraba a afirmar, sin duda por no contaminarse: ?No soy feminista ac¨¦rrima, pero s¨ª siento por el hombre un cierto rencor.? A tal extremo han llegado las cosas: a una mujer le parece m¨¢s aceptable pasar por rencorosa que por feminista.
Pues bien, al SESM le pasa exactamente lo contrario: es feminista, pero no siente el menor rencor hacia el var¨®n, aunque sabemos que nuestras reivindicaciones molestan a la mayor¨ªa de ellos e incluso provocan su rechazo.
Comprendemos, pues, que se opongan a nuestro. planteamiento, comprendemos que luchen ellos tambi¨¦n. Lo que no aceptamos es que tergiversen las cosas para evitarse el esfuerzo de tener que aportar argumentos apropiados, si es que los encuentran.
Lo sentimos, pero la cosa es m¨¢s complicada. El feminiimo espa?ol no es ni reformista ni revanchista; es sencillamente vario, complejo, diferenciado. Existen muchos grupos, diferentes planteamientos, posturas hasta encontradas. Como es normal en todo movimiento vivo. Por favor, no vuelvan a simplificar las cosas.
y cinco firmas m¨¢s
Seminario de Estudios Sociol¨®gicos sobre la Mujer
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