Explicaci¨®n de una actuaci¨®n parlamentaria
Secretario general de Convergencia Democr¨¢tica de Catalu?a
Explicaci¨®n tard¨ªa, pues hace referencia al debate del d¨ªa primero de marzo, y en quince d¨ªas han pasado muchas cosas. Pero quiz¨¢ ¨²til en previsi¨®n de lo que va a ser el debate del d¨ªa 5 de abril, que Convergencia Democr¨¢tica y la Minor¨ªa Catalana consideran del m¨¢ximo inter¨¦s.
El mi¨¦rcoles d¨ªa 1 de marzo la sesi¨®n parlamentaria se anunciaba de tr¨¢mite, lo cual realmente ya era anormal. Acababa de producirse una crisis de Gobierno y no era l¨®gico que ello no fuese acompa?ado de una explicaci¨®n adecuada por parte del Gabinete y de un cierto debate. Cierto que la crisis hab¨ªa sido parcial, incluso no muy amplia; cierto tambi¨¦n que todos sab¨ªamos que en ella hab¨ªan jugado tanto o m¨¢s los factores temperamentales y personales que los estrictamente pol¨ªticos; cierto que parec¨ªa sincera la decisi¨®n del Gobierno de seguir aplicando la misma pol¨ªti ca econ¨®mica que hasta entonces. Pero de todas formas la crisis comprobaba nada menos que la dimisi¨®n del vicepresidente se gundo, del responsable de la pol¨ªtica econ¨®mica y del hombre que hab¨ªa dado credibilidad y autoridad moral a los aspectos econ¨®micos del pacto de la Moncloa; y dejaba traslucir un desasosiego en las esferas del Gobierno, incluso una inquietud creciente en el pa¨ªs. Cierto inclu so que, al parecer, Felipe Gonz¨¢lez y el PSOE fueron in formados de la operaci¨®n por parte del presidente del Gobier no y cabe incluso que hubiese un pacto entre UCD y PSOE para no hurgar en el tema. Pero, con todo, resultaba sorprendente que un cambio as¨ª no fuese objeto de in formaci¨®n y de debate en el Congreso.
Pero lo que parec¨ªa que iba a ser una l¨ªnea convenida se quebr¨® y la sesi¨®n del primero de- marzo -se convirti¨® en un debate desordenado pero de gran inter¨¦s.
Se ha dicho que sorprendi¨® que nuestra minor¨ªa presentase una moci¨®n pidiendo un debate sobre la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs para primeros de abril, una moci¨®n pidiendo, textualmente, ?un debate sobre la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs... en el contexto del programa pol¨ªtico y electoral?. A nuestra moci¨®n sigui¨® inmediatamente otra del PSOE que ped¨ªa explicaciones m¨¢s amplias al Gobierno sobre la crisis. Todo ello motiv¨® una petici¨®n de suspensi¨®n de media hora por parte del portavoz de UCD, y durante este per¨ªodo todos los grupos parlamentarios, desde AP al PC -con la exclusi¨®n, por supuesto, del partido del Gobierno-, prepararon una tercera moci¨®n refundida precedida de una frase que hasta entonces nadie hab¨ªa citado y que confer¨ªa un evidente elemento de censura al Gobierno: ?Considerando insuficientes las explicaciones del Gobierno ... ? La introducci¨®n de esta frase fue especialmente defendida por los socialistas y por AP.
Un cierto agotamiento
Hasta aqu¨ª los hechos. Pasemos ahora a su interpretaci¨®n y a la explicaci¨®n de nuestra actuaci¨®n, y ello no tanto en t¨¦rminos de pasado, de historia pasada, a estas alturas quiz¨¢ ya de poco inter¨¦s, como de orientaci¨®n de futuro.
En el debate del primero de marzo hubo dos componentes que hay que deslindar, aunque est¨¦n en parte entrelazados. Dos componentes que se dar¨¢n igualmente en el debate de primeros de abril. Uno es no ya la explicaci¨®n de la crisis, sino la cr¨ªtica al Gobierno. El otro es la petici¨®n de un amplio debate sobre la situaci¨®n y la pol¨ªtica econ¨®micas. A CDC y a todo el grupo parlamentario de la Minor¨ªa Catalana nos interesa m¨¢s el segundo aspecto que el primero.
No es que no pensemos criticar al Gobierno en ciertos aspectos de su actuaci¨®n. Creemos, y as¨ª lo dije en el Congreso, que el Gobierno le estaba perdiendo respeto al Parlamento, y fue bueno que ¨¦ste le recordara sus obligaciones. Creemos tambi¨¦n que hay puntos concretos del pacto de la Moncloa que no se cumplen adecuadamente. Y como Roca Junyent y Maci¨¢ Alavedra pusieron de manifiesto en el debate del d¨ªa 9, relativo a las elecciones municipales no estamos de acuerdo con puntos importantes de su pol¨ªtica general. Pero lo que motiv¨® nuestra actitud en el debate del d¨ªa 1 no fue tanto esa voluntad de cr¨ªtica como la convicci¨®n de que despu¨¦s de m¨¢s de cinco meses de vigencia y de aplicaci¨®n del pacto es hora de hacer su valoraci¨®n, de ver cu¨¢les son los objetivos que se han cumplido y cu¨¢les no -y por qu¨¦ no-, de analizar los posibles errores del pacto -ahora de m¨¢s f¨¢cil diagn¨®stico- y, finalmente, de ver si debe continuar su aplicaci¨®n sin retoque alguno o si, por el contrario, hay que modificar algo. Es la hora de un primer balance, que, por supuesto, puede hacerse tambi¨¦n a trav¨¦s de conversaciones t¨¦cnicas y de contactos bilaterales, pero que, sobre todo, debe hacerse ante el pa¨ªs, es decir, en el Parlamento. Ese balance nos parece especialmente urgente, porque tenemos la impresi¨®n de que est¨¢ sucediendo algo mucho m¨¢s importante que constatar que tal o cual punto del pacto no se ha cumplido. Tenemos la impresi¨®n de que los planteamientos y el impulso que han configurado la pol¨ªtica espa?ola desde finales de verano para ac¨¢ est¨¢n agot¨¢ndose. Si as¨ª fuera no se tratar¨ªa s¨®lo de hacer balance del pacto de la Moncloa, sino de toda la pol¨ªtica espa?ola, y el objetivo del debate -que no puede ser s¨®lo acad¨¦mico- debiera ser conseguir para ella un nuevo impulso, un deuxieme souffle.
No pretendemos con ello sumarnos al coro de los que dan a Su¨¢rez por acabado y a la UCD como un barco desarbolado sin remisi¨®n. Por lo menos durante bastantes meses -y durante algunos a?os si las elecciones municipales no son para ellos un desastre- en Espa?a no cabe concebir m¨¢s Gobierno que el que pueda vertebrar UCD. Simplemente decimos que justo en el momento en que nos hallamos a medio vado se nota fallar algo en la acci¨®n del Gobierno, pero tambi¨¦n en la de todas las fuerzas pol¨ªticas. Quiz¨¢ sea porque precisamente nos hallamos en el momento m¨¢s delicado de la doble operaci¨®n de saneamiento econ¨®mico y de reforma pol¨ªtica y social se hacen m¨¢s evidentes las insuficiencias de la pol¨ªtica espa?ola. Insuficiencias tales como definici¨®n poco precisa de lo que va a ser el modelo econ¨®mico y social espa?ol, tanto en el marco general como en el m¨¢s concreto de la empresa; como la carencia de mayor¨ªa parlamentaria del Gobierno, as¨ª como graves dudas y titubeos en su actuaci¨®n en cuestiones de fondo; como la duda, que persiste; acerca de la verdadera naturaleza del PSOE y acerca por tanto, de sus objetivos de Gobierno; como la inseguridad que domina tanto la acci¨®n del empresario como la de las centrales sindicales. La lista podr¨ªa ser mucho mayor, pero esas cuatro insuficiencias se bastan y sobran ya para introducir un elemento de inseguridad en la pol¨ªtica general espa?ola.
Valorar el presente y sus perspectivas
En conjunto los casi dos a?os y medio que van del 20 de noviembre de 1975 hasta hoy se saldan con un balance positivo. Sorprendentemente positivo, como dec¨ªa no hace mucho Wilson en Madrid. Pero ahora estamos en un momento delicado, en un momento en que, despu¨¦s de haber hecho una buena andadura, podemos equivocar el camino.
De eso concretamente interesa hablar a nuestro partido y a nuestra minor¨ªa. Por eso fuimos, en el debate del d¨ªa 1 de marzo, los primeros que abandonamos las referencias al cumplimiento o no cumplimiento de tal o cual punto del pacto de la Moncloa y que pedimos, a trav¨¦s de la moci¨®n que defendi¨® nuestro portavoz, Roca Junyent, un debate de pol¨ªtica general. Repetimos: no tanto un debate de cr¨ªtica al Gobierno cuanto de valoraci¨®n del momento presente y de sus perspectivas. Un debate que sirva para hacer balance y para consolidarlo.
A ese debate -en las Cortes y en el pa¨ªs- CDC acude con ¨¢nimo de hacer una aportaci¨®n positiva. Nuestro objetivo no es ni de clase ni de defensa de intereses procedentes del pasado inmediato ni, en Espa?a, de alternativa de poder. Nuestro objetivo, en Espa?a y en Catalu?a, es ayudar a construir un pa¨ªs moderno, eficaz, justo y libre. Ello nos da una libertad de la que procuraremos hacer un uso responsable al servicio del m¨¢ximo entendimiento posible, de la gobernabilidad del pa¨ªs y del progreso irreversible hacia las formas pol¨ªticas y sociales propias de las democracias europeas m¨¢s evolucionadas.
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