La muerte de Renny Ottolina altera el panorama electoral venezolano
La tr¨¢gica desaparici¨®n del candidato presidencial venezolano Renny Ottolina, cuyo cad¨¢ver y el de sus acompa?antes apareci¨®, por fin, en uno de los escarpados riscos del litoral caraque?o, altera notablemente el panorama preelectoral de este pa¨ªs, que en diciembre pr¨®ximo ha de elegir un nuevo presidente.Ottolina, la m¨¢s distante imagen de un pol¨ªtico cl¨¢sico, hab¨ªa conseguido atraerse una buena porci¨®n del electorado ?independiente?, nutrido preferentemente por j¨®venes reci¨¦n llegados a la edad de voto y por desenga?ados partidarios de los partidos tradicionales en Venezuela, el socialdem¨®crata Acci¨®n Democr¨¢tica y el democristiano COPEI.
El espectro preelectoral, analizado c¨ªclicamente por las encuestas de opini¨®n, ofrec¨ªa casi desde el mismo momento de la aparici¨®n de Renny en la batalla pol¨ªtica los mismos resultados: la cabeza de las preferencias electorales de los venezolanos se la repart¨ªan alternativamente los dos grandes; el mismo fen¨®meno se repet¨ªa en los lugares tercero y cuarto: unas veces era el Movimiento al Socialismo (MAS) y otras era el Movimiento de Integridad Nacional, el grupo de Ottolina.
Desaparecido el popular presidenciable, y presumiblemente disgregado su movimiento, el resto de los partidos tratar¨¢ de heredar ese 10 % de votos que las encuestas conced¨ªan a Ottolina. La cifra no es en absoluto desde?able, pues en este pa¨ªs las elecciones han sido tradicionalmente muy re?idas, y los presidentes han vencido a sus oponentes por una diferencia de votos inferior a ese porcentaje, salvo en el caso de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, que super¨® a su rival por un margen del 12 %.
En una perspectiva l¨®gica, la mayor parte de los votantes de Renny Ottolina, que encabezaba un movimiento de ?descontentos?, deben escorar hac¨ªa el partido que en estos momentos capitaliza con m¨¢s fuerza ese sentimiento, y que no es otro que el principal de oposici¨®n, COPEI. Es previsiblemente tambi¨¦n que otra parte de esos votos posibles, principalmente los de muchos votantes j¨®venes, vayan a engrosar a ¨²ltima hora las cifras del grupo izquierdista mas ?civilizado?, el MAS.
S¨ª parece claro que Acci¨®n Democr¨¢tica, el partido actualmente en el poder, va a poder recibir muy poco apoyo de las personas que hasta ahora hab¨ªan mostrado sus inclinaciones hacia Renny Ottolina, a no ser que se produzca un cambio diametral en su estrategia.
La ¨²nica manera de que los votos conseguidos en las encuestas por Ottolina no se disgregen es que surja una personalidad capaz de asumir y renovar los postulados del candidato muerto. Esa es la hoja de la margarita que ahora mismo trata de deshojar el ex ministro de Informaci¨®n y Turismo Diego Arria, cuya dimisi¨®n se produjo casi simult¨¢neamente con el anuncio del accidente a¨¦reo sufrido por Ottolina.
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