El Vaticano minimiza el estado de salud de Pablo VI
![Juan Arias](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5a86bcd5-e5fc-49ab-b292-f3043b0fbfd4.png?auth=2d48be4f56908c68f3c88d7da3c4bd83b9078e68267346b6bac73e371847252d&width=100&height=100&smart=true)
Por primera vez en su pontificado Pablo VI no celebrar¨¢ este Viernes Santo el tradicional v¨ªa crucis en el Coliseo de Roma. No es seguro que pueda participar en la misa de Pascua en la plaza de San Pedro. Lo ¨²nico cierto es que pronunciar¨¢ al mundo el discurso pascual con la bendici¨®n Urbi et Orbe.
La verdadera raz¨®n es que Pablo VI est¨¢ m¨¢s enfermo de lo que se dice oficialmente. Noticias ciertas se saben pocas porque es proverbial que ?los Papas mueren, pero no enferman?. Pablo VI nunca se repuso completamento de su operaci¨®n prost¨¢tica. Ha sufrido siempre mucho de artritis, curada, al parecer, con demasiados antibi¨®ticos. Por eso no reacciona ni siquiera a las medicinas m¨¢s fuertes y le cuesta superar una gripe como la actual. Las fuentes oficiales minimizan siempre los males del Papa. Cualquier enfermedad en ¨¦l es leve. Si no puede asistir, por ejemplo, a una audiencia, se a?ade en seguida que est¨¢ ?mejorando?.
Cualquier noticia no oficial sobre la salud del Papa viene puntualmente desmentida. Sin embargo, de fuentes muy autorizadas se sabe que hace apenas quince d¨ªas, mientras hablaba a los fieles desde la ventana de su despacho, Pablo VI sufri¨® por algunos instantes un grave ataque de amnesia, perdiendo conciencia de s¨ª, del lugar donde se encontraba y de lo que estaba diciendo. Su secretario particular, monse?or Machi, d¨¢ndose cuenta de lo que estaba sucediendo logr¨® ayudarle a terminar las palabras que estaba pronunciando.
El primer canal de la televisi¨®n ha puesto a disposici¨®n de los periodistas especializados en problemas vaticanos tres pupitres de mezcla para preparar un programa acerca de la vida y del pontificado de Pablo VI y de los cardenales m¨¢s papables. Y esto no porque se tema un desenlace inminente de la vida del Pont¨ªfice, que tiene casi 81 a?os, sino porque Pablo VI siempre confi¨® a sus m¨¢s ¨ªntimos colaboradores que dimitir¨ªa apenas se diera cuenta que empezaban a faltarle las fuerzas f¨ªsicas o intelectuales para desarrollar con dignidad su importante misi¨®n espiritual.
Dos acontecimientos amargan esta Semana Santa en modo particular a Pablo VI. El secuestro de Aldo Moro, gran amigo personal del Papa -parece ser que sufri¨® un colapso cuando se lo comunicaron-, y la noticia publicada ayer por la prensa de la renuncia al sacerdocio de seis sacerdotes de la di¨®cesis de Matera.
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