Un problema de origen ps¨ªquico y org¨¢nico
El tema de la hipertensi¨®n arterial es muy relativo. Dado que la tensi¨®n arterial se modifica por diversas causas, considerar a una persona hipertensa es una cuesti¨®n algo compleja. Un individuo, del que se obtiene una mediaci¨®n que le se?ala claramente como hipertenso a una edad, no lo ser¨ªa en otra. Las circunstancias juegan, pues, un papel muy decisivo, en la definici¨®n de hipertensi¨®n. ?Qui¨¦n es hipertenso? ?Por qu¨¦?Seg¨²n algunos especialistas en medicina psicom¨¢tica, los problemas o situaciones afectivas tendr¨ªan mucho que ver con la hipertensi¨®n. De hecho la investigaci¨®n que patrocina la OMS, mostrando su preocupaci¨®n por la generalizaci¨®n del problema, se?ala hechos tan curiosos como el que los negros en Norteam¨¦rica sean m¨¢s propensos a la hipertensi¨®n que en Africa, lo que lleva enseguida a relacionar su mal con la situaci¨®n social en la que se desarrolla su existencia: marginamiento con todas las consecuencias psicol¨®gicas, peor dieta alimentaria que el resto de la poblaci¨®n, etc¨¦tera.
Dos dispositivos originarios intervienen en la g¨¦nesis de la hipertensi¨®n arterial: el sistema nervioso y el endocrino. El an¨¢lisis muestra que los estados de hipertensi¨®n se mantienen por una retenci¨®n renal de sodio inapropiada a la capacidad vascular. Esta anormal retenci¨®n del sodio en relaci¨®n a la capacidad vascular podr¨ªa provenir de dos hechos, seg¨²n A. Roca-Cusachs y Coll: que el lecho vascular est¨¦ demasiado lleno o que el lecho vascular est¨¦ inapropiadamente vasoconstre?ido en relaci¨®n al volumen ocupante. El primero estar¨ªa determinado por cambios en el balance de sodio y el segundo se modificar¨ªa por cambios en la actividad plasm¨¢tica.
Sin embargo existe una dial¨¦ctica permanente en el organismo entre los hechos que se producen a nivel ps¨ªquico y org¨¢nico, por lo cual las explicaciones biol¨®gicas o bioqu¨ªmicas s¨®lo describen un aspecto de los hechos, y de no poca importancia, el como se producen esos hechos. Perola etiolog¨ªa no queda reducida a esas explicaciones, dado que toda alteraci¨®n fisiol¨®gica u org¨¢nica tiene una dimensi¨®n ps¨ªquica, y rec¨ªprocamente, todo transtorno en el mundo emocional tiene repercusiones org¨¢nicas, por leves que estas se manifiesten.
Las formas de vida tendr¨ªan mucho que ver en la etiolog¨ªa de la hipertensi¨®n. Las disposiciones emocionales, la voracidad o ansiedad en el trato de las personas o en el afrontamiento de las situaciones, la obsesiva preocupaci¨®n por lograr determinados objetivos vitales..., podr¨ªan ser causas evidentes de la tendencia a la hipertensi¨®n.
Si a ello se une el exceso de alcohol, tabaco y caf¨¦; la calidad de las comidas y condiciones en las que estas se realizan, y otros aspectos m¨¢s materiales del problema, resulta claro que el problema de la hipertensi¨®n est¨¢ en estrecho contacto con la forma o calidad de nuestra vida. Prevenir o curar la hipertensi¨®n es entonces fundamentalmente intentar modificar la calidad o modo de vida de nuestra existencia.
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