Los restos de Largo Caballero, en el cementerio civil de Madrid
Los restos mortales de Francisco Largo Caballero recibieron sepultura en el cementerio civil de Madrid, a las 6.30 de la tarde de ayer, mientras decenas de millares de personas cantaban la Internacional pu?o en alto, al tiempo que pugnaban por entrar en el recinto del cementerio. Los l¨ªderes de la UGT y del PSOE, Nicol¨¢s Redondo y Felipe Gonz¨¢lez, presidieron la marcha que acompa?¨® el f¨¦retro desde la plaza de Las Ventas, realizada sin m¨¢s incidentes que los derivados de las avalanchas de personas contra las puertas del cementerio -cerradas por el servicio de orden de los socialistas-, que produjeron dos heridos entre los miembros del mismo.
Desde primeras horas de la tarde de ayer comenzaron a concentrarse personas en la plaza de Las Ventas, lugar de partida de la comitiva; las banderas socialistas fueron situadas junto a la plaza de toros, mientras los comunistas se concentraban en la esquina de Alcal¨¢ con Sancho D¨¢vila. Se vieron tambi¨¦n banderas republicanas de ARDE (Acci¨®n Republicana Democr¨¢tica Espa?ola) y alguna otra de la Convenci¨®n Republicana; los portadores de estas ¨²ltimas -unas decenas de j¨®venes- intentaron, sin ¨¦xito, que la multitud les acompa?ase en sus gritos de Espa?a, ma?ana, ser¨¢ republicana.La llegada del coche que transportaba el f¨¦retro de Largo Caballero -al que escoltaban dos motoristas de la Polic¨ªa Municipal- produjo un primer intento de desbordamiento del servicio de orden; el coche fue recibido con una ovaci¨®n, seguida del saludo puno en alto. La caravana se organiz¨® con una cabecera integrada por diecis¨¦is taxis de miembros de la UGT, que transportaban a las personas de mayor edad, seguida del coche mortuorio, la familia de Largo Caballero -dos hijas, un hijo y una nieta-, las ejecutivas del PSOE, la UGT y las Juventudes Socialistas, y el resto de los asistentes. Un retraso de diez minutos en la llegada del secretario general del PSOE, Felipe Gonz¨¢lez, motiv¨® que el acto no empezara con total puntualidad.
La comitiva recorri¨® en silencio los tres kil¨®metros y medio que separan la plaza de Las Ventas del cementerio civil, por la calle de Alcal¨¢, calle del Lago de Constanza y avenida de Daroca. Al doblar la esquina entre las dos primeras calles citadas, era perfectamente visible la masa de personas que continuaban saliendo de las Ventas y llenaban toda la calle de Alcal¨¢ hasta dicho punto. El servicio de orden tuvo momentos de nervios y confusi¨®n, especialmente al extenderse el rumor de que un comando del MPAIAC pretend¨ªa realizar un atentado contra Felipe Gonz¨¢lez.
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Nicol¨¢s Redondo: "Largo Caballero es patrimonio de toda la clase trabajadora"
(Viene de la primera p¨¢gina)
No obstante, la marcha se produjo sin incidentes, y a las seis de la tarde -hora y cuarto despu¨¦s de salir de Las Ventas- la cabeza de la manifestaci¨®n lleg¨® a las puertas del cementerio civil, guardadas por miembros del servicio de orden, que s¨®lo permitieron la entrada a la familia de Largo Caballero, los dirigentes pol¨ªticos y sindicales y periodistas.
La presi¨®n de las filas de personas que llegaban hizo, sin embargo, que se produjeran momentos de gran confusi¨®n; en la pugna del servicio de orden por cerrar las puertas, para impedir la invasi¨®n del cementerio -cuyo recinto es muy peque?o y no pod¨ªa contener la masa de personas que llegaban-, una persona result¨® con un brazo roto y otra con contusiones en las piernas. La entrada de Felipe Gonz¨¢lez en el cementerio s¨®lo fue posible por la en¨¦rgica actuaci¨®n de sus polic¨ªas de escolta, mientras otro dirigente del PSOE, Luis G¨®mez Llorente, estuvo a punto de rodar por los suelos en el instante de m¨¢xima confusi¨®n.
A trav¨¦s de meg¨¢fonos, los organizadores trataron de calmar la situaci¨®n, al tiempo que solicitaban la presencia de un m¨¦dico. Desde el interior del cementerio fue situado un jeep contra las verjas de la entrada para impedir que fueran derribadas; tras algunos minutos de esfuerzo se hizo una relativa calma, y el secretario general de la UGT, Nicol¨¢s Redondo, subi¨® al jeep para pronunciar desde all¨ª unas palabras.
Redondo dijo que este acto era el cumplimiento de una deuda contra¨ªda por la clase trabajadora espa?ola con Francisco Largo Caballero: el compromiso moral de devolver sus restos a su tierra. Destac¨® el hecho de que ahora reposar¨¢ junto a Pablo Iglesias, Juli¨¢n Besteiro y otros l¨ªderes del socialismo y de la clase trabajadora; puso de relieve su trayectoria de austeridad, honradez y trabajo, y destac¨® especialmente su lealtad a la UGT y al Partido Socialista, y ?su sentido de la disciplina y la democracia interna, caracter¨ªsticas de las organizaciones que fundara Pablo Iglesias y que Largo Caballero supo cultivar desde el tiempo en que trabaj¨® como alba?il hasta que lleg¨® a la presidencia del Gobierno republicano?.
Se refiri¨® despu¨¦s a Largo Caballero como un hombre que no es s¨®lo patrimonio de los socialistas, sino de toda la clase trabajadora, y finaliz¨® diciendo que ?toda la clase trabajadora debe asumir el compromiso de continuar su lucha y su obra?.
A continuaci¨®n, y mientras los organizadores ped¨ªan a la multitud que desfilara silenciosamente ante el cementerio, Felipe Gonz¨¢lez y otros dirigentes socialistas transportaron a hombros el f¨¦retro de Largo Cabellero hasta su tumba. El entierro se hizo en medio de un absoluto silencio; lo presenciaron un millar de personas, aproximadamente, y fueron arrojadas a la tumba numerosas coronas de flores y ramos de claveles rojos. Momentos despu¨¦s, Felipe Gonz¨¢lez y los principales dirigentes abandonaron el cementerio civil por la puerta del cementerio hebreo, en la imposibilidad de hacerlo por la principal. El resto de las personas que hab¨ªan conseguido entrar en el recinto, incluidos medio centenar de periodistas, hubieron de aguardar el paso de la totalidad de la comitiva para poder salir. Los asistentes tardaron tres cuartos de hora, aproximadamente, en desfilar ante las tapias del cementerio civil.
Las cifras de asistentes, siempre controvertidas, ofrecen el c¨¢lculo de 500.000 personas -facilitado oficiosamente por los organizadores- o el de 130.000, declarado oficialmente por el Gobierno Civil de Madrid, con la salvedad -en este ¨²ltimo caso- de que ?la cifra anterior se puede alterar en determinados momentos del acto, a juicio de distintos observadores?, de acuerdo con la nota facilitada anoche por dicho organismo. La Polic¨ªa Municipal ha facilitado, por su parte, la cifra de 400.000 asistentes al entierro de Largo Caballero.
Ninguna autoridad ni representaci¨®n oficial estuvo presente en los actos, salvo el teniente de alcalde se?or Gonz¨¢lez Velayos, que representaba al Ayuntamiento.
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