Su¨¢rez ante el Pleno del Congreso, y despu¨¦s...
Catedr¨¢tico de Teor¨ªa del Estado y Derecho Constitucional
A fines de febrero el vicepresidente econ¨®mico, profesor Fuentes Quintana, dimit¨ªa de su cargo ministerial. El fue el inspirador de la nueva orientaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs y el pacto econ¨®mico de la Moncloa incluy¨® las previsiones esbozadas por ¨¦l. En s¨ªntesis: la dimisi¨®n de Fuentes Quintana y el subsiguiente reajuste ministerial ha sido una consecuencia de las tensiones internas en el Gobierno, creadas por la aplicaci¨®n -o al menos, su intento- de esa nueva pol¨ªtica econ¨®mica. Pero, exactamente, ?por qu¨¦ ha dimitido Fuentes Quintana? He aqu¨ª un gran interrogante que, hoy por hoy, no ha recibido las debidas explicaciones. Y su renuncia al puesto ministerial no encaja con el prop¨®sito, renovado por los nuevos responsables de la econom¨ªa espa?ola, de que se seguir¨¢n aplicando las previsiones econ¨®micas trazadas por Fuentes Quintana.
Una, prueba de las tensiones internas del Gobierno Su¨¢rez y de que ciertos sectores del mismo estaban en contra de la pol¨ªtica econ¨®mica de Fuentes Quintana -y que motivaron su dimisi¨®n nos la brinda el propio ex vicepresidente del Gobierno en una breve intervenci¨®n que tuvo durante la cena que sigui¨® a la conferencia del ministro de Hacienda, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, en el Club Siglo XXI, sobre ?La empresa privada es condici¨®n necesaria, pero no suficiente, de la libertad pol¨ªtica?. Dijo Fuentes Quintana: ?Me gustar¨ªa que Fern¨¢ndez Ord¨®?ez hiciera el milagro de convencerme para ingresar en UCD?, y a?adi¨®: ??C¨®mo es posible que UCD combine la socialdemocracia, con la que estoy casi totalmente de acuerdo -dijo-, con un sector liberal, muy dif¨ªcil de coordinar, m¨¢s unas gotas de democracia cristiana y otras gotas de Partido Popular, cuya popularidad habr¨ªa que buscar??
El ex ministro continu¨® diciendo que le gustar¨ªa se produjera la s¨ªntesis de esas corrientes, aunque mostr¨® graves dudas al respecto, y dijo que en sus meses de Gobierno no hab¨ªa podido convencerse de la viabilidad ideol¨®gica de UCD.
La sesi¨®n parlamentaria del 1 de marzo
Se esperaba, por la mayor¨ªa de los parlamentarios, que, tras la crisis ministerial, el Gobierno suministrara suficientes explicaciones de la misma, tanto m¨¢s que se trataba de la dimisi¨®n del responsable de la pol¨ªtica econ¨®mica del pa¨ªs y del hombre que, seg¨²n Jordi Pujol, ?hab¨ªa dado credibilidad y autoridad moral a los aspectos econ¨®micos del pacto de la Moncloa?. Un cambio de esta envergadura exig¨ªa que se informara a la C¨¢mara de los Diputados y se debatiera oportunamente. No sucedi¨® as¨ª.... y vinieron las sorpresas... Ante la actitud del Gobierno, se arm¨® un revuelo pol¨ªtico en la C¨¢mara Baja. Y el d¨ªa 1 de marzo no se sigui¨®, como otras veces, la l¨ªnea del pasteleo entre UCD y PSOE, sino que la sesi¨®n se convirti¨® en un verdadero debate parlamentario, aunque un tanto desordenado, en torno a la pol¨ªtica del Gobierno. Del debate parlamentario y de lo que inicialmente fue la presentaci¨®n de una simple moci¨®n, presentada por Convergencia Democr¨¢tica de Catalu?a, solicitando ?un debate sobre la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs... en el contexto del programa pol¨ªtico y electoral?, pronto se transform¨®, a instancias del PSOE y de todos los otros partidos -salvo UCD- en un verdadera moci¨®n de censura al Gobierno: se exig¨ªa ?considerando insuficientes las explicaciones del Gobierno ... ?, explicaciones m¨¢s satisfactorias, m¨¢s amplias, pues, sobre la crisis pol¨ªtica..., etc¨¦tera.
Congreso y partidos
Es relativamente aceptable la afirmaci¨®n que desde el 20 de noviembre de 1975 -muerte de Franco- hasta hoy, el balance pol¨ªtico que arrojan estos casi dos a?os y medio, es positivo. Y utilizo el adverbio relativamente porque la democracia est¨¢ muy lejos de consolidarse en Espa?a... Y ya no me refiero al desmadre regional (perd¨®n, nacionalista: v. gr., cant¨®n de Cartagena, naci¨®n castellano-leonesa, naci¨®n valenciana, etc¨¦tera.... y ?c¨®mo no?, las naciones, por excelencia, del Condado de Barcelona y del Pa¨ªs Vasco); ni tampoco a la ola del terrorismo en aumento ante la debilidad de un Gobierno que cede y concede.... etc¨¦tera... Me refiero a que la instituci¨®n democr¨¢tica por excelencia, el Congreso de los Diputados, est¨¢ siendo marginada por el Gobierno en tareas de suma importancia... Y la pol¨ªtica del pa¨ªs la estaban -y la est¨¢n- manejando los poderes no constitucionales, los poderes de hecho, es decir, partidos y sindicatos. ?Es esto democracia? La verdadera democracia es el Gobierno del pueblo, ejercido bien directamente o a trav¨¦s de sus representantes en el Parlamento. En el Congreso de los Diputados tiene que realizarse un debate de la pol¨ªtica general del Gobierno. ?Que se termine de una vez con los viejos h¨¢bitos franquistas!: la costumbre de hacer pol¨ªlica entre bastidores.
Discurso de Su¨¢rez
La primera preocupaci¨®n de Su¨¢rez -supon¨ªamos- ser¨ªa salir airoso ante el Pleno del Congreso tras la primera derrota parlamentaria del Gobierno, sufrida el 1 de marzo, cuando la mayor¨ªa de los diputados consideraron insuficientes las explicaciones ofrecidas por el vicepresidente para Asuntos Econ¨®micos, Fernando Abril, y toda la C¨¢mara se mostr¨® de acuerdo entonces en que el Gobierno explicase la crisis ¨²ltima y el desarrollo de los acuerdos de la Moncloa, as¨ª como que expusiese de forma pormenorizada ?las actuaciones que piensa llevar a cabo el Gobierno, a la vista del proceso constituyente?. Y as¨ª lo ha pretendido, aunque muy insuficientemente, el presidente Su¨¢rez el 5 de abril.
En su esperado discurso ante el Congreso de Diputados, el presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, pidi¨® a los partidos pol¨ªticos una tregua para una Constituci¨®n pactada, ratific¨® la necesidad de aprobar cuanto antes la Constituci¨®n, como objetivo prioritario de su Gobierno, y defendi¨® la pol¨ªtica de consenso practicada hasta ahora por UCD, consider¨¢ndola imprescindible en la actual etapa de transici¨®n pol¨ªtica, pero anunci¨® que, tras la Constituci¨®n, UCD gobernar¨¢ con arreglo a su programa espec¨ªfico.
El presidente explic¨® el pasado reajuste gubernamental -y no ?crisis de Gobierno?, seg¨²n destac¨®-, que no supone cambio alguno en la pol¨ªtica seguida hasta ahora por su Gobierno. Analiz¨®, especialmente, la situaci¨®n econ¨®mica, destacando las favorables expectativas recientes, y se detuvo igualmente en el tema de la seguridad ciudadana, explicando las reformas introducidas en las fuerzas de seguridad, que suponen toda una reorientaci¨®n en el concepto de orden p¨²blico, sin dejaci¨®n del principio de autoridad; alert¨®, sin embargo, el presidente sobre la dificultad de ¨¦xitos espectaculares en la lucha contra el terrorismo...
El presidente Su¨¢rez pidi¨®, en su discurso al Congreso, que contin¨²e la tregua hasta que la Constituci¨®n marque el campo y las reglas de juego de la democracia. El presidente subray¨® la necesidad de la convergencia de todas las fuerzas pol¨ªticas en este objetivo fundamental. Propuso, ni m¨¢s ni menos, un pacto constitucional. En esta delicada situaci¨®n de tr¨¢nsito, de democracia provisional, la pol¨ªtica de confrontaci¨®n ser¨ªa sumamente peligrosa, afirmaba Su¨¢rez.
La Constituci¨®n, en cuanto expresi¨®n de la concordia nacional, ha de ser obtenida por consenso, para lo cual es preciso contar con las diversas fuerzas pol¨ªticas en presencia. L¨®gicamente, esta pol¨ªtica de convergencia a nivel constitucional tiende a afectar a los dem¨¢s ¨¢mbitos de la vida pol¨ªtica. Dif¨ªcilmente puede realizarse una pol¨ªtica econ¨®mica de enfrentamiento entre derechas, centro e izquierdas, por ejemplo, si al mismo tiempo se pretende que derechas, centro e izquierdas colaboren en alcanzar la concordia constitucional.
En cualquier caso debe quedar claro que la pol¨ªtica de consenso no trata de forzar unanimidades, sino de lograr acuerdos libres y responsables asumidos.
La pol¨ªtica de consenso ha afectado a unos grandes temas, que entiendo son b¨¢sicamente: la nueva Constituci¨®n, la reconciliaci¨®n nacional, la superaci¨®n de la crisis econ¨®mica, el establecimiento de un marco inicial y transitorio para las autonom¨ªas y la adecuaci¨®n sustancial sobre derechos y libertades p¨²blicas al nuevo sistema democr¨¢tico. Pero urge terminar el proceso constitucional y sustituir en lo dem¨¢s el consenso por la moderaci¨®n de la defensa de las respectivas posiciones opuestas o divergentes.
Una vez aprobada la Constituci¨®n, cada partido har¨¢ su propia pol¨ªtica, y el Gobierno har¨¢ la suya de acuerdo con su propio partido y su electorado. El refer¨¦ndum constitucional ser¨¢ la frontera entre el consenso y la leg¨ªtima confrontaci¨®n. Entonces comenzar¨¢ la carrera de las urnas.
Salvar la Constituci¨®n es, por tanto, la consigna. Es lo mismo que salvar la democracia y salvar el futuro de Espa?a. La carta constitucional no debe ser impuesta por media Espa?a a la otra mitad. El consenso de estos meses evitar¨¢ la violenta confrontaci¨®n despu¨¦s. (Vid. Abel Hern¨¢ndez, Informaciones, 6 abril 1978).
Hay que potenciar el Congreso
Aunque es cierto que -como subray¨® Su¨¢rez en su discurso- el presidente del Gobierno no estaba obligado a comparecer ante el Congreso, ?en virtud -dec¨ªa de una obligaci¨®n constitucional expresa, sino ?para atender a una decisi¨®n mayoritaria del Congreso, adoptada por v¨ªa de resoluci¨®n en sesi¨®n plenaria del pasado 1 de marzo?, sin embargo, no hay que esperar a que se promulgue la Constituci¨®n para que se comiencen a adoptar actitudes, comportamientos y h¨¢bitos democr¨¢ticos, o lo que es lo mismo, el ejecutivo debe comparecer m¨¢s ante el Congreso, y hay que potenciar al m¨¢ximo la instituci¨®n democr¨¢tica por excelencia, cual es la legislativa. No es suficiente que se diga, con frase c¨®mica que, ?quede todo el mundo tranquilo, que se har¨¢n consultas? (Abril Martorell). El pueblo est¨¢ harto de consultas entre bastidores. Quiere luz y taqu¨ªgrafos. Opinamos, con Felipe Gonz¨¢lez, que el Gobierno se ver¨¢ obligado a comparecer ante el Congreso, ?a partir de ahora, con m¨¢s frecuencia?. Si as¨ª se hace, se ir¨¢n preparando los futuros h¨¢bitos democr¨¢ticos de los gobernantes.... y s¨®lo as¨ª se comenzar¨¢ ya -como dir¨ªa Su¨¢rez en su discurso oral de r¨¦plica, al final de la sesi¨®n-, a ?devolver la soberan¨ªa al pueblo espa?ol? a trav¨¦s de su ¨®rgano t¨ªpico, cual es el Congreso.
Se ha dicho hasta la saciedad que se quiere consolidar en Espa?a una democracia pluralista; pues bien, ¨¦sta implica una aut¨¦ntica y eficaz participaci¨®n de todos los grupos en el poder y m¨¢s concretamente en el Congreso o instituci¨®n legislativa por excelencia. El es -debe ser a- el forum de debate y deliberaci¨®n. Por eso estamos de acuerdo con el presidente del Congreso de los Diputados cuando, no hace mucho manifestaba su disconformidad de que, entre otros asuntos, se llevase a cabo, a trav¨¦s de un procedimiento que ¨¦l calificaba de extraparlamentario, cual era el de los decretos reales, la concesi¨®n de las preautonom¨ªas. ?Para qu¨¦, entonces, el Congreso? A este respecto, el editorialista de EL PAIS dec¨ªa el 4 de marzo: ?Para colmo, la incoherente y alocada pol¨ªtica gubernamental de preautonom¨ªa, que parece m¨¢s una rifa de favores que una l¨ªnea de conducta. meditada, puede ser interpretada en ocasiones como el intento de anegar en un mar de simples descentralizaciones administrativas la especificidad de las instituciones de autogobierno que Catalu?a -y tambi¨¦n el Pa¨ªs Vasco- no han recibido como mercedes, sino que han conquistado como derechos amparados en la tradici¨®n, la cultura y la historia.? (Y yo a?adir¨ªa a estos dos cuadrantes de la geograf¨ªa espa?ola Galicia y el antiguo Reino de Valencia, que han tenido, y tienen, tanto o m¨¢s derecho que el Condado de Barcelona.)
Y al tema preauton¨®mico se podr¨ªan a?adir otras cuestiones que tambi¨¦n por v¨ªa extraparlamentaria se han llevado a cabo, v. gr., el pacto de la Moncloa. ?C¨®mo se puede hablar de democracia sin gobernar con el Congreso?
Creemos oportuno recordar a los que est¨¢n en el Poder unos p¨¢rrafos del Papa Juan. Escrib¨ªa que ?en el campo de las instituciones humanas, no puede lograrse mejora alguna si no es partiendo poco a poco desde el interior de las instituciones?. Y a los que est¨¢n en el extramuros del Poder y no se les dan posibilidades, poca responsabilidad les cabr¨¢ del futuro que se est¨¢ fabricando para Espa?a.
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