Infructuosa b¨²squeda del cad¨¢ver de Moro
![Juan Arias](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5a86bcd5-e5fc-49ab-b292-f3043b0fbfd4.png?auth=2d48be4f56908c68f3c88d7da3c4bd83b9078e68267346b6bac73e371847252d&width=100&height=100&smart=true)
Los esfuerzos realizados ayer en el lago Duchessa por los equipos de hombres-rana del cuerpo de bomberos y de los Carabinieri para dar con el cuerpo de Aldo Moro resultaron infructuosos. Subsiste, por tanto, la inc¨®gnita acerca de la veracidad del mensaje con el que las Brigadas Rojas anunciaron anteayer el asesinato del l¨ªder democristiano.
Ni la polic¨ªa ni la justicia se expidieron anoche sobre este punto. Muchos expertos se?alaron, sin embargo, que resulta muy extra?o que, en caso de tratarse de un comunicado falso, no se haya producido hasta ahora un desmentido por parte de las Brigadas, como ha ocurrido en otras ocasiones.En algunos medios policiales se especula con la posibilidad de que los terroristas hayan cambiado de planes a ¨²ltima hora. Otros sostienen, como ya anticipamos ayer, que con su s¨¦ptimo mensaje, las Brigadas pueden haber intentado ¨²nicamente desviar la atenci¨®n de la polic¨ªa. Renato Curcio, jefe ?hist¨®rico? de la organizaci¨®n, asegur¨® ayer a sus abogados defensores que el comunicado es falso y que a¨²n queda tiempo -aunque no mucho- para ?negociar?.
Reacci¨®n de Sciascia y Moravia
Sea como fuere, la angustia sigue pesando en todos los sectores pol¨ªticos del pa¨ªs. Incluso quienes hasta hoy parec¨ªan dispuestos a parangonar la actuaci¨®n del Gobierno y del sistema con la de los terroristas -como el escritor Leonardo Sciascia, que recientemente dio a conocer una declaraci¨®n titulada ?Ni con las Brigadas Rojas ni con el Estado?- empiezan a criticar las ¨²ltimos procedimientos de los terroristas.
Hace unas horas, el propio se?or Sciascia dijo al diario romano Rep¨²bblica (izquierdista independiente) que ?las Brigadas Rojas, al introducir la pena de muerte en Italia han hecho m¨¢s dif¨ªcil y angustiosa la defensa de la libertad. La abolici¨®n de la pena de muerte -agreg¨®- fue un acto revolucionario, y yo esperaba que las Brigadas Rojas, m¨¢s all¨¢ de toda consideraci¨®n de piedad, lo recordar¨¢n. No ha sido as¨ª. Es el fin. ?
Por su parte, el novelista Alberto Moravia, quien tambi¨¦n se hab¨ªa expresado en forma cr¨ªtica respecto del Estado, afirma ahora que ?las acciones de las Brigadas Rojas causan horror?.
La ultraizquierda estudiantil tambi¨¦n condena
El movimiento estudiantil ultraizquierdista, tanto el de los llamados ?aut¨®nomos? como el no violento, acompa?a ahora esta nueva actitud de los dos intelectuales. En el curso de una asamblea efectuada ayer en la Universidad de Roma, ambos grupos condenaron abiertamente los procedimientos de las Brigadas, que seg¨²n subrayaron favorecen ¨²nicamente a la ?reacci¨®n? y estimulan la ?caza de brujas? en el ¨¢mbito extraparlamentario.
Mientras tanto, el Gobierno contin¨²a en situaci¨®n de movilizaci¨®n total. El primer ministro Giulio Andreotti advirti¨® anoche a sus ministros que pueden ser convoca dos en cualquier momento del d¨ªa o de la noche. Otro tanto han hecho los dirigentes de las tres centrales sindicales (democristiana, socialista y comunista). Seg¨²n ha trascendido, los gremios har¨¢n una huelga general y organizar¨¢n manifestaciones masivas en todo el pa¨ªs en cuanto se confirme la noticia del asesinato de Moro. ?Saldremos en defensa -dijeron- de las liberta des democr¨¢ticas.?
Poco antes, la polic¨ªa desminti¨® una noticia sobre la aparici¨®n de un nuevo mensaje de las Brigadas en las cercan¨ªas de la oficina de la secretar¨ªa general del Partido Comunista, trasmitida mediante una llamada an¨®nima al diario Il Messagero. Se descart¨® a la vez la autenticidad de otra presunta ?informaci¨®n? de la organizaci¨®n, seg¨²n la cual los hombres-rana no hab¨ªan encontrado a¨²n el cuerpo de Moro en el lago, porque el cad¨¢ver se encontraba en el interior de un saco en el bosque que rodea el Duchessa.
Silencio del Vaticano
El Vaticano sigue manteni¨¦ndose en silencio. En contra de lo esperado, el papa Paulo VI omiti¨® toda referencia al caso Moro en su habitual audiencia p¨²blica de los mi¨¦rcoles. Desde hace unas horas, los partidos tambi¨¦n callan, pero las reuniones de sus directivas se suceden.
Ayer, el secretario general del Partido Socialista, Bettino Craxi, y sus colaboradores m¨¢s cercanos, abordaron en una reuni¨®n especial el problema pol¨ªtico que provocar¨¢ la desaparici¨®n de Moro, especialmente en el terreno de las relaciones de la Democracia Cristiana con la izquierda. Algunos dirigentes socialistas y comunistas empiezan a pensar que para superar la ?ambig¨¹edad? actual ser¨¢ necesario aceptar una nueva crisis de Gobierno
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