La Asamblea francesa otorgar¨¢ hoy su confianza al nuevo Gobierno Barre

Los 491 diputados franceses elegidos los d¨ªas 12 y 19 de marzo responder¨¢n hoy al voto de confianza que les solicit¨® ayer el primer ministro, Raymond Barre, tras haber expuesto el programa de pol¨ªtica general que le propone al pa¨ªs su tercer Gobierno.El resultado del voto no ofrece duda alguna: ser¨¢ aprobado por la mayor¨ªa gubernamental. El programa ofrecido, en su conjunto, rezuma continuidad, es decir, el rigor que le impuso al pa¨ªs el se?or Barre con su plan de septiembre de 1976, destinado a luchar contra la crisis econ¨®mica.

?Que nadie se equivoque: no hay m¨¢s ley que la del esfuerzo?. advirti¨® de entrada, ayer por la tarde el primer ministro franc¨¦s, se?or Barre, a los diputados que se dispon¨ªan a escuchar su programa de pol¨ªtica general. En pocas palabras, el primer ministro lo hab¨ªa dicho todo y, al mismo tiempo, parafraseaba al presidente de la Rep¨²blica, Valery Giscard d'Estaing, que le hab¨ªa aconsejado pocos d¨ªas antes: ?Contin¨²e usted por el camino que los franceses desean.?

El presidente, a su vez, no hab¨ªa hecho m¨¢s que traducir, a su manera, el resultado de las elecciones: cien esca?os de margen cuando todos, en la mayor¨ªa como en la oposici¨®n, no esperaban m¨¢s que una victoria p¨ªrrica.

Y dato m¨¢s importante: con el fracaso de la izquierda ha desaparecido del cartel de la actualidad gala el programa com¨²n, la espada de Damocles que, durante seis a?os. seg¨²n palabras del se?or Giscard, fue ?la gran esperanza? de la mitad de los franceses. Y como consecuencia de este nuevo paisaje pol¨ªtico, cada cual ha reflexionado o a¨²n vive bajo el p¨¢nico que le inspira el jefe de Estado m¨¢s poderoso de todos los pa¨ªses occidentales. Los sindicatos, a la contestaci¨®n, han preferido el di¨¢logo con el primer ministro. Los partidos de la oposici¨®n tienen bastante con sus querellas internas. La tendencia gaullista de la mayor¨ªa que, d¨ªas pasados, con un congreso extraordinario promet¨ªa todas las amenazas contra el Gobierno y contra el presidente, ha tirado la esponja, y su l¨ªder. Jacques Chirac, parece resignado, de momento al menos, a limitarse a ser alcalde de Par¨ªs.