La "larga marcha" hacia la integraci¨®n
Con el acto que formaliza hoy la unidad socialista PSOE-PSP culmina uno de los procesos pol¨ªticos m¨¢s interesantes y curiosos de los ¨²ltimos a?os en nuestro pa¨ªs. La construcci¨®n del Partido Socialista espa?ol es, entre otras cosas, un rosario de integraciones y fusiones, bajo la direcci¨®n e iniciativa permanente del grupo que, en torno a Felipe Gonz¨¢lez, plante¨® la reconstrucci¨®n del Partido Socialista tan pronto como logr¨® defenestrar a la vieja guardia del PSOE, heredera directa de la guerra civil. Los a?os finales de la dictadura y los de transici¨®n a la democracia han sido testigos de ese proceso, bajo el manto protector de la Internacional Socialista.El acceso de Felipe Gonz¨¢lez y sus hombres a la direcci¨®n del PSOE produjo la escisi¨®n del sector hist¨®rico, dirigido por el antiguo secretario general, Rodolfo Llopis; dos sucesivas operaciones han logrado una integraci¨®n paulatina del mismo en el PSOE, excepto un peque?o resto apenas activo.
La formaci¨®n de una Federaci¨®n de Partidos Socialistas (FPS) no ha corrido mejor suerte que los afanes del PSOE hist¨®rico por afirmarse frente al sector de Felipe Gonz¨¢lez: sucesivos acontecimientos provocaron la fragmentaci¨®n, primero, y decidida ruptura despu¨¦s, de los distintos grupos socialistas regionales que constitu¨ªan la Federaci¨®n. El m¨¢s importante de ellos, el Partido Socialista catal¨¢n -que dirige Joan Revent¨®s-, es hoy el n¨²cleo principal de los socialistas catalanes, en colaboraci¨®n con el PSOE de aquella nacionalidad, aunque esa colaboraci¨®n no haya estado exenta de dificultades.
Otros grupos de la FPS pasaron a integrarse progresivamente en el PSOE, donde han llegado a adquirir un peso muy importante; tal es el caso de la antigua Convergencia Socialista de Madrid, cuyos hombres m¨¢s significativos desarrollan hoy funciones importantes en el PSOE en calidad de t¨¦cnicos, que era uno de los estamentos peor representados en el PSOE originario. El nombre de Enrique Bar¨®n es uno de los principales exponentes de ese proceso, mientras el economista Joaqu¨ªn Leguina alcanz¨® el no peque?o puesto de sentarse al lado de Felipe Gonz¨¢lez en la negociaci¨®n de los pactos de la Moncloa, unos meses despu¨¦s de su paso al PSOE. De la antigua FPS s¨®lo quedan al margen dos grupos socialistas activos, que son el Partido Socialista aragon¨¦s -cuya cabeza visible es el diputado Emilio Gast¨®n- y el Partido Socialista de Andaluc¨ªa, simbolizado en el nombre de Alejandro Rojas Marcos.
Finalmente, hoy se resuelve una de las m¨¢s viejas y agrias pol¨¦micas en el seno de quienes se reclaman del socialismo, el enfrentamiento PSOE-PSP. La soluci¨®n ha sido tan r¨¢pidamente integradora como duros y combativos resultaron los planteamientos mutuos desde los tiempos de la Junta Democr¨¢tica y la Plataforma de Convergencia Democr¨¢tica, hasta la misma campa?a electoral del 15 de junio pasado, que es la que en definitiva vino a sancionar la pol¨¦mica.
Las elecciones del 15 de junio dieron cinco millones de votos al PSOE y 800.000 al PSP, aproximadamente. Los dos colectivos socialistas llegan a la unidad sin excesivo entusiasmo -seg¨²n lo que dejan traslucir las fuentes de uno y otro-, pero con el convencimiento de que est¨¢n llevando a cabo un hecho hist¨®ricamente importante; de ah¨ª que no se esperen grandes cambios en la opini¨®n del electorado, a pesar de que un tercio de la militancia del PSP se niegue a pasar al PSOE, o de que un sector de la base de este partido tenga que aceptar a rega?adientes la presidencia de honor para el profesor Tierno Galv¨¢n.
De este modo, la llamada alternativa de poder completa sus preparativos para lograr ese ?mill¨®n de votos m¨¢s? que considera necesarios para gobernar. Falta por saber cu¨¢l ser¨¢ la perfecci¨®n del ajuste entre las diferentes piezas que conforman su estructura.
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