La energ¨ªa solar, id¨®nea para abastecer el consumo dom¨¦stico
Hoy, 3 de mayo, se celebra en todo el mundo occidental el D¨ªa del Sol. Esta efem¨¦rides, surgida por iniciativa norteamericana, intenta estimular el inter¨¦s en todos los pa¨ªses por esta tecnolog¨ªa no contaminante y barata.Este reportaje sobre el aprovechamiento de las radiaciones solares est¨¢ basado en el libro Energ¨ªa, medio ambiente y edificaci¨®n, escrito por Philip Steadman y publicado recientemente por Blume Ediciones.
El primer experimento de cierta importancia pr¨¢ctica efectuado con la energ¨ªa solar parece haber sido la construcci¨®n, hace un siglo, de una central de destilaci¨®n solar en el desierto del norte de Chile.
Las l¨¢minas inclinadas de cristal del equipo de destilaci¨®n cubr¨ªan una superficie ole 4.700 metros cuadrados y suministraban diariamente 25.000 litros de agua potable a las minas de las Salinas.
Hoy existen casas donde el calentamiento de agua dom¨¦stica, la calefacci¨®n y la refrigeraci¨®n son efectuados a partir de la energ¨ªa solar. Estas tres utilizaciones son, precisamente, las que consumen la mayor parte de la energ¨ªa empleada en un edificio.
Tanto la calefacci¨®n como la refrigeraci¨®n de nuestros hogares requieren temperaturas del orden de los 40? a 90? cent¨ªgrados en contraste con los 150? a 300? cent¨ªgrados que se necesitan para la producci¨®n de energ¨ªa mec¨¢nica o el¨¦ctrica. Emplear un tipo de combustible que pueda producir f¨¢cilmente estas temperaturas altas, en calentar o refrigerar edificios que necesitan unos niveles de energ¨ªa relativamente bajos supone un gran desperdicio.
Es lo que sucede en el caso de los combustibles f¨®siles empleados en las centrales el¨¦ctricas para generar una electricidad que tendr¨¢ que ser transportada y convertida de nuevo en energ¨ªa t¨¦rmica mediante calefacciones el¨¦ctricas.
Un segundo factor importante es que la radiaci¨®n solar nos llega distribuida de una manera pr¨¢cticamente uniforme sobre la superficie de la Tierra, con lo que el suministro de energ¨ªa est¨¢ disponible en cualquier lugar y no se necesita ninguna red de distribuci¨®n que entra?ar¨ªa p¨¦rdidas de energ¨ªa en el transporte y posibles aver¨ªas.
Todos los sistemas de aprovechamiento de la energ¨ªa solar se basan en alg¨²n tipo de colector con el que recoger el calor del sol y, puesto que el sol s¨®lo brilla intermitentemente, es decir, durante el d¨ªa, e incluso durante ese per¨ªodo no siempre con gran intensidad, es necesario tener alg¨²n tipo de dep¨®sito de almacenamiento donde guardar ese calor y del cual poder extraerlo lentamente seg¨²n se necesite.
Los colectores solares son generalmente de tipo plano, aparato que, en su forma m¨¢s sencilla, consiste en una l¨¢mina plana de metal negro cubierta de una o m¨¢s capas de cristal o pl¨¢stico transparente, dejando un espacio de aire entre cristal y metal. El calor se extrae, generalmente, haciendo circular agua a trav¨¦s de tubos colocados dentro o detr¨¢s del metal del colector.
La cifra media de radiaci¨®n recibida por una superficie de cien metros cuadrados, inclinada de modo que encare al sol de frente y bajo un cielo sin nubes durante unas ocho horas, es el equivalente en energ¨ªa calor¨ªfica de quemar unos 65 litros de gasolina.
Una casa unifamiliar, de tres o cuatro habitaciones, podr¨ªa instalar una calefacci¨®n solar por unas 150.000 pesetas, incluyendo colector, almacenamiento de calor y controles. Con 100.000 pesetas m¨¢s podr¨ªa disponerse tambi¨¦n de refrigeraci¨®n solar.
Espa?a es un pa¨ªs privilegiado en cuanto a radiaciones solares y, por otro lado, es enormemente deficitario en recursos energ¨¦ticos. La aplicaci¨®n de esta fuente de energ¨ªa para la calefacci¨®n, refrigeraci¨®n y calentamiento de agua dom¨¦stica podr¨ªa suponer hasta el 14% del consumo energ¨¦tico global.
Sin embargo, tanto el Gobierno como las empresas el¨¦ctricas parecen no estar demasiado interesados en potenciar este recurso. Los ¨²nicos proyectos que se llevan actualmente a cabo est¨¢n orientados a la producci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica a partir del sol, precisamente la forma de energ¨ªa para la que las radiaciones solares son menos aptas.
El sol, fuente de energ¨ªa inagotable, limpia, barata y difusa, caracter¨ªstica esta ¨²ltima opuesta a todo inter¨¦s monopol¨ªstico, es id¨®nea para calentar a baja temperatura y para ello debe emplearse.
Es evidente que las formas que adopte su desarrollo estar¨¢n determinadas por los intereses de sus promotores, y si ¨¦stos son los grandes monopolios, no cabe duda de que elegir¨¢n formas que requieran grandes inversiones de capital, tecnolog¨ªa compleja, transporte abundante y centralizaci¨®n de la energ¨ªa y de las decisiones.
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