Los ni?os autistas pueden recuperarse con un tratamiento espec¨ªfico
La celebraci¨®n, en Madrid, durante los d¨ªas 3, 4 y 5 de mayo, del Primer Simposium Internacional sobre Autismo, ha reunido y movilizado a todos los sectores implicados: cient¨ªficos de diversas orientaciones psiqui¨¢tricas, asociaciones de padres, educadores, terapeutas y estudiantes de Psicolog¨ªa. Del mismo modo, ha contribuido a sensibilizar a la opini¨®n p¨²blica acerca de qu¨¦ es el autismo y qu¨¦ significa ser autista. A partir de ahora, el autismo, una psicosis infantil compleja, no ser¨¢ una palabra desconocida en los ambientes extrapsiqui¨¢tricos. Tal vez, despu¨¦s del simposium, el autista ya no est¨¦ condenado a ingresar en un centro de subnormales, de ni?o, y en un manicomio, de adulto.
El primer resultado del congreso, hecho p¨²blico unas horas antes de su clausura, ha sido la creaci¨®n de un Comit¨¦ de Coordinaci¨®n Internacional de Padres de Autistas. Los objetivos de esta organizaci¨®n ir¨ªan dirigidos a unificar los esfuerzos de las distintas asociaciones, promover la investigaci¨®n y el tratamiento del autismo, intercambiar informaci¨®n a todos los niveles y presionar a los Gobiernos para que asuman las cargas socioecon¨®micas que conllevar¨ªa una asistencia adecuada a los autistas. Sus primeras reivindicaciones no se han hecho esperar y se han difundido al final del simposium: necesidad de que el autista, ni?o o adulto, reciba un tratamiento cl¨ªnico y educativo individualizado y espec¨ªfico insistir en la importancia del tratamiento precoz capaz de devolver al ni?o todas sus posibilidades inhibidas y, por ¨²ltimo, el reconocimiento del derecho del autista a ocupar su puesto concreto en la sociedad.A nivel cient¨ªfico, las conclusiones revelan un claro consenso en el tema del diagn¨®stico de esta enfermedad, a la vez que manifiestan serias discrepancias en torno al tratamiento y a la etiolog¨ªa de la misma. En relaci¨®n con el diagn¨®stico, todos los ponentes est¨¢n de acuerdo en refinar las t¨¦cnicas de diagnosis y discriminar claramente a los autistas de otras enfermedades vecinas. El autismo no es un caj¨®n de sastre, donde se Incluye a subnormales, ni?os retra¨ªdos o dif¨ªciles, e incluso a esquizofr¨¦nicos, a pesar de la similitud entre un autista adulto y un enfermo de esquizofrenia. Todos estos enfermos pueden presentar conductas autistas -incomunicaci¨®n, agresividad, actitud autodestructiva-, pero el autismo en cuanto tal tiene unas caracter¨ªsticas espec¨ªficas distintas.
El doctor Angel D¨ªez Cuervo, psiquiatra infantil y autor de una ponencia sobre los actuales criterios de diagnosis, resumi¨® para EL PAIS las cuestiones claves del problema: ?No existe un m¨¦todo cuantitativo de diagn¨®stico, puesto que no se conoce la etiolog¨ªa definitiva, pero s¨ª podemos observar los datos cl¨ªnicos y la fenomenolog¨ªa del enfermo y determinar si un ni?o es o no es autista. Considero imprescindible, en este sentido, que los pediatras y el personal de las guarder¨ªas conozcan muy bien el cuadro cl¨ªnico del autismo, para que, en todo nuevo caso, se inicie el tratamiento precoz de la enfermedad. El autista es una persona autointrovertida y obsesiva, que nace con una deficiencia de equipamiento que le impide responder al medio y que, entre otras, sufre deficiencias de percepci¨®n auditiva y visual -sin que sea sordo o miope-, mientras que tiene muy desarrollados los sentidos del tacto, el olfato y el gusto.?
Escasa incidencia en la poblaci¨®n
Una segunda caracter¨ªstica del autismo es su escasa incidencia en la poblaci¨®n. A este respecto, el tambi¨¦n ponente doctor Molina Campuzano hizo estas precisiones: ?Conviene no alarmar a las familias con hijos deficientes o dif¨ªciles, haciendoles ver que el autismo es una enfermedad infrecuente. Por otra parte, aunque el diagn¨®stico presenta un pron¨®stico grave, y el autismo es rebelde al tratamiento, no hay que olvidar que los autistas pueden ser recuperables con una asistencia cl¨ªnica, educativa y familiar coordinadas.?Las causas que producen el autismo constituyen el problema m¨¢s complejo y apasionante que tienen que resolver los cient¨ªficos. A pesar de que en este punto las investigaciones est¨¢n en pa?ales, a lo largo del simposium han ido aflorando dos visiones distintas: la organicista, que defiende una etiolog¨ªa gen¨¦tica, neurol¨®gica o metab¨®lica, y la teor¨ªa psicodin¨¢mica, que intenta explicar el autismo desde la ¨®rbita del psicoan¨¢lisis. Al final del simposium, las tesis organicistas se impusieron, al menos en el terreno de la hip¨®tesis, sobre las segundas. Los tres grandes cient¨ªficos norteamericanos Ivar Lovaas, Robert Jensen y Bernard Rimland, apoyaron decididamente esta posici¨®n. Concretamente, Lovaas declar¨® a EL PAIS que las ¨²ltimas investigaciones apuntan a que el autismo tenga una g¨¦nesis de signo neurol¨®gico. Rimland, calificado como el mejor conocedor del autismo, y padre de un autista de veintid¨®s a?os, insisti¨® en el origen metab¨®lico de la enfermedad. En su curiosa y esperanzadora exposici¨®n, muy bien acogida por los padres, el doctor Riniland explic¨® sus trabajos sobre la ben¨¦fica influencia de las vitaminas en el tratamiento de autistas, as¨ª como la intolerancia que provocan algunos alimentos en el sistema nervioso central de los autistas y de otras personas sanas.
La pol¨¦mica surgi¨® en los aspectos pr¨¢cticos y en los relativos al tratamiento de rehabilitaci¨®n. La postura de Lovaas, considerado la estrella del simposium, marc¨® el tono de las discusiones. Conocido conductista, Ivar Lovaas hizo hincapi¨¦ en la posibilidad de modificar la conducta de los autistas potenciando las conductas positivas e inhibiendo, de forma progresiva, las conductas patol¨®gicas. Especial inter¨¦s suscit¨® su referencia al campo del lenguaje, en el que el conductismo ha conseguido logros valiosos. Carmen Mart¨ªnez, del colegio Taure, uno de los pocos centros de rehabilitaci¨®n de autistas que existen en nuestro pa¨ªs, expres¨® su total identificaci¨®n con la l¨ªnea de Lovaas, consider¨¢ndola la m¨¢s positiva para recuperar y habilitar a un ni?o autista. En cambio, algunos sectores, principalmente sicodin¨¢micos, mostraron su desacuerdo con el profesor norteamericano. Ante una pregunta de un asistente sobre si tambi¨¦n pod¨ªan modificarse las subfunciones del sistema nervioso central, parte del p¨²blico la entendi¨® como un ataque al conductismo, y, en consecuencia, se origin¨® una situaci¨®n tumultuosa, cortada por el moderador, don Angel Riviere, con estas palabras: ?En la ciencia, la pol¨¦mica no s¨®lo no es desagradable, sino necesaria.?
Frente a estas pr¨¢cticas conductistas, la escuela inglesa, especialmente Betty Peters, propugn¨® un tratamiento educativo especializado, pero no marginado de la educaci¨®n general, y los psicoanalistas -las doctoras Viloca y Subirana, de Barcelona, y el doctor Cobo, de Madrid, entre otros- expusieron su alternativa terap¨¦utica. Al preguntar al doctor Cobo si no reconoc¨ªa que el psicoan¨¢lisis estaba en inferioridad de condiciones para emprender y tratar el autismo, ¨¦ste contest¨® lo siguiente: ?El psicoan¨¢lisis explica el autismo situando al enfermo en un contexto propio dentro de la teor¨ªa de la personalidad. Tambi¨¦n es capaz de tratarlo, pero a nosotros no nos interesa amaestrar al ni?o, sino ayudarle a que ¨¦l quiera salir de s¨ª mismo.?
Adem¨¢s de las ponencias de los vips, ya citados, hay que destacar las de Angel Riviere y Hortensia de la Corte, Marie Jo Schmitt (francesa) y Herman Cordes (alem¨¢n). Riviere y De la Corte, especialmente, demostraron c¨®mo las crestas y figuras d¨¦rmicas, formadas en el tercer y cuarto mes de la vida intrauterina, podr¨ªan arrojar luz en la g¨¦nesis del autismo, ya que las figuras de los autistas que ellos hab¨ªan estudiado mostraban claras diferencias con las de la poblaci¨®n normal.
Los 1.500 asistentes al simposium siguieron las sesiones con un gran inter¨¦s, reforzado, en algunos momentos, por la carga emocional que manifestaban los padres participantes. El acto de clausura, a las nueve de la noche del viernes pasado, cont¨® con la presencia del ministro de Sanidad y Seguridad Social, se?or S¨¢nchez de Le¨®n.
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