UCD y AP formaron bloque contra los intentos abolicionistas de la izquierda
Todas las enmiendas y votos particulares encaminados a que el art¨ªculo catorce incluyera la abolici¨®n de la pena de muerte fueron defendidas de forma coordinada. Los diputados de izquierda y autonomistas, favorables a esta inclusi¨®n, pusieron el acento en la racionalidad de la abolici¨®n y en la inutilidad de los argumentos que defienden la pena de muerte. Por el contrario, desde UCD y AP se manifest¨® la no conveniencia de constitucionalizar la abolici¨®n de la pena de muerte.Los socialistas pidieron votaci¨®n nominal, y as¨ª se realiz¨®, con el resultado de dieciocho votos (diecisiete de UCD y uno de AP, por ausencia del se?or Fraga), contra diecisiete de los restantes grupos. El texto del art¨ªculo, en cambio, fue aprobado por unanimidad. En la explicaci¨®n de voto, la mayor¨ªa de los grupos anunciaron su prop¨®sito de defender en el Pleno sus posiciones abolicionistas.
Gregorio Peces-Barba (PSOE). El derecho comparado y la propia irracionalidad de la pena de muerte, cuya ejecuci¨®n puede dar lugar a un error irreparable, hace inv¨¢lidos los argumentos en favor de la pena de muerte. Asimismo, el castigo no debe reflejar el esp¨ªritu de los elementos que combate.
Manuel Fraga (AP). No se trata de. hacer un alegato sobre la pena de muerte, sino de discutir sobre su constitucionalizaci¨®n. Se trata de un tema muy grave y muy serio, como tambi¨¦n lo es el de poner a la sociedad en situaciones de indefensi¨®n.
Eduardo Mart¨ªn Toval (Socialistas de Catalu?a). Se ha afirmado que la pena de muerte provoca m¨¢s muertes. Adem¨¢s, tras una ejecuci¨®n, el prestigio de un Estado desciende, excepto para personas esquizofr¨¦nicas, a las que las ejecuciones resultan tranquilizantes.
Josep Sol¨¦ Barcer¨¢ (Comunista). Soy el ¨²nico miembro de la comisi¨®n indultado de pena de muerte. Mi defensa de la abolici¨®n no establece condiciones para los de un color ni los de otro. Los comunistas estamos contra la pena de muerte, sin discriminaciones. El argumento racional m¨¢s importante es que no existe ning¨²n argumento racional en favor de ella, ni su eficacia intimidante, ni su ejemplaridad, ni la defensa de la sociedad.
Pedimos adem¨¢s la abolici¨®n total, incluido el C¨®digo de Justicia Militar, que prev¨¦,la aplicaci¨®n de la pena de muerte en m¨¢s de cincuenta art¨ªculos, en doce de los cuales la establece como pena ¨²nica. El terrorismo actual tiene ra¨ªces y causas que nada tienen que ver con la existencia o no de la pena de muerte. La lucha contra este tipo de actos no puede consistir exclusivamente en un endurecimiento de las medidas represivas, sino en acciones de tipo social y pol¨ªtico que tiendan a aislar a este tipo de delincuentes, al tiempo que afirman la confianza en las instituciones democr¨¢ticas.Asimismo, la abolici¨®n ha de hacerse en la Constituci¨®n. En un pa¨ªs como el nuestro, que sale de cuarenta a?os de dictadura, la Constituci¨®n no s¨®lo tiene la finalidad de fijar los principios b¨¢sicos de la organizaci¨®n pol¨ªtica del Estado y la tutela de los derechos democr¨¢ticos, sino que ha de cumplir un inestimable papel de educaci¨®n c¨ªvica y pol¨ªtica de los ciudadanos.
Marcos Vizcaya (PNV). Me pregunto c¨®mo pueden impedirse en el texto constitucional las penas degradantes y no la pena capital, cuyo mantenimiento por inercia en algunos pa¨ªses est¨¢ en contra de la opini¨®n internacional y del propio Congreso Espa?ol de la Abogac¨ªa, celebrado en Le¨®n.
Miguel Roca (Minor¨ªa Catalana). En todos los pa¨ªses donde se aplica la pena de muerte se produce un desgaste del titular del derecho de gracia, que en esta Constituci¨®n se atribuy¨¦a Su Majestad el Rey.
Antonio V¨¢zquez Guill¨¦n (UCD). Es dif¨ªcil para un abolicionista como yo no defender la constitucionalizaci¨®n de la abolici¨®n de la pena de muerte, tanto a t¨ªtulo personal y como repfesentante de UCD. En 1975 defend¨ª a Jos¨¦ Humberto Baena, ejecutado el 27 de septiembre.
Pero prescindiendo de recuerdos personales, el hecho es que el Consejo de Ministros ha proyectado abolir la pena de muerte en el C¨®digo Penal com¨²n, y en el futuro tambi¨¦n en el C¨®digo de Justicia Militar. Nos encontramos, pues, en una situaci¨®n coyuntural, cuando en los pa¨ªses abolicionistas se est¨¢ en trance de revisi¨®n. La realidad espa?ola de 1978, en la que se producen complejas situaciones de orden p¨²blico, no puede olvidar, desde una perspectiva de apoyo al Gobierno, en su objetivo de controlar el orden p¨²blico, que ser¨ªa conflictivo y complejo renunciar a unos resortes que, por otra parte, es muy dif¨ªcil que se vayan a aplicar defacto.
Felipe Gonz¨¢lez (PSOE). Mi conciencia se revuelve ante un abolicionismo relativo que alude al car¨¢cter coyuntural de la medida. Ante este reto hist¨®rico se va a establecer una l¨ªnea divisoria muy clara. Ser abolicionista es no estar de acuerdo con la pena de muerte, sin matices coyunturales. Nosotros pedimos que la Constituci¨®n recoja esa posici¨®n, que es m¨¢s de conciencia que de partido.
Francisco Letamend¨ªa (Euskadiko Ezkerra). Me adhiero'a la abolici¨®n, que constituir¨ªa una prueba irrefutable de que el bien del Estado no prevalece sobre el bien m¨¢s sagrado de los ciudadanos: el de la vida.
Miguel Herrero (UCD). UCD ha votado no al voto particular tendente a introducir en la Constituci¨®n la abolici¨®n de la pena de muerte en conciencia de lo que se est¨¢ votando, no de lo que se nos quiere decir que estamos votando. UCD es abolicionista con los hechos, como lo demuestra el proyecto de ley del Gobierno. Lo que se discute es si debe tener o no rango constitucional la abolici¨®n.
Jos¨¦ Angel Cuerda (PNV). Es innecesario explicar por qu¨¦ el PNV est¨¢ en contra de la pena de muerte. Cuando Euskadi sufre un ataque de violencia y terrorismo, nosotros estamos en contra de la pena de muerte.
Jordi Sol¨¦ Tur¨¢ (comunista). Hemos perdido una gran ocasi¨®n para afirmar solemnemente algo que haga tabla rasa con la legislaci¨®n anterior.
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