La selecci¨®n juega hoy contra un combinado universitano
ENVIADO ESPECIAL,La selecci¨®n espa?ola contin¨²a su relajante y tranquila concentraci¨®n uruguaya, que concluir¨¢ el pr¨®ximo martes con el desplazamiento a Buenos Aires. Cuando a¨²n no se han apagado los ecos del lamentable partido del mi¨¦rcoles, el clima que se respira entre los jugadores es de curioso optimismo al pensar que ante Austria, jug¨¢ndose ya el Mundial, todo ser¨¢ distinto. El equipo se entren¨® ayer en el estadio de la Escuela Militar, terreno que ser¨¢ tambi¨¦n hoy el escenario de? encuentro prepa ratorio a puerta cerrada contra el once de la Liga Familiar Universitaria. Kubala, que arbitrar¨¢ para evitar otros contra tiempos de lesiones, dar¨¢ as¨ª los ¨²ltimos toques a una selecci¨®n que, seg¨²n todos los indicios, ni siquiera cuando empiece el partido contra los austriacos le habr¨¢ convencido plenamente.
En la tranquilidad de Montevideo, donde ha aparecido incluso la lluvia para aguar cualquier intento de bullicio popular, los seleccionados no se pueden quejar del clima favorable existente para la mentalizaci¨®n ?mundialista?. El bloque se hace d¨ªa a d¨ªa ,cada vez m¨¢s compacto, con la pena siempre de pensar que ya llega tarde como tantas cosas en el f¨²tbol espa?ol. La imagen de un equipo roto, desangelado, dada ante Uruguay, todos piensan que es s¨®lo un espejismo. El mismo Rexach comentaba que casi sin querer, inconscientemente, todos losjugadores protagonistas de la pantomima futbol¨ªstica del estadio Centenario, intentaron eludir la lesi¨®n que les pod¨ªa dejar fuera del Mundial. Por ello Espa?a dio peor impresi¨®n a¨²n.Descanso para San Jos¨¦
El caso de San Jos¨¦ es aparte, porque su lesi¨®n, un desgarro en el tend¨®n de Aquiles, la zona m¨¢s peligrosa para un futbolista, junto con la rodilla, se la pudo hacer solo o, al menos, sin que fuese fruto de una patada. El hecho reales que el madridista no se entren¨® ayer con sus compa?eros, pues, aunque camina normalmente, le duele al forzar y tiene la l¨®gica hinchaz¨®n. Seg¨²n el doctor Delgado, el descanso es la ¨²nica soluci¨®n del caso, y hubiese sido prefecrible el hematoma por patada, que no el desgarro producido por ¨¦l mismo al pisar mal. El c¨¦sped del Centenario, en condiciones lamentables, pudo haber originado m¨¢s disgustos. Por el momento, se ha quedado ya en un mal recuerdo y en el blanco principal de las quejas de los seleccionados.
Tanto Leal como Asensi y Rexacli, los principales protagonistas de que Espa?a funcionara ante Uruguay rota en el medio campo, repartieron susjustificaciones entre el mal estado del campo y las dificultades para controlar un bal¨®n, lo que les llev¨® a un apelotonamiento progresivo en el lado izquierdo de sus preferencias.
El jugador atl¨¦tico, a vueltas con su posici¨®n en el campo todav¨ªa a estas alturas -cuando parece un hombre indiscutible entre el pobre plantel general-, coment¨® una vez m¨¢s que prefiere jugar por la izquierda, pero que se adaptar¨ªa, si no hubiera otro remedio, a la derecha. Lo que s¨ª admiti¨® es que, en caso de jugar Rexach, ¨¦ste deber¨ªa siempre dejarle campo libre para evolucionar. Con su presencia y el fallo normal en dos o tres balones por el terreno, adem¨¢s del dif¨ªcil control del propio cuero, Leal se encontr¨® peor que nunca. Con el agravante, incluso, de haberjugado s¨®lo un tiempo, sin posibilidad de rectificar despu¨¦s.
Indecisi¨®n en Kubala
Asensi, ppr otra parte, a?adi¨®, como Rex¨¢ch que el error fue no jugar con m¨¢s hombres adelante, lo que produjo las incomodidades de unos y otros. Al ser un partido de guante blanco, ninguno tuvo la rapidez suficiente como para superar los inconvenientes citados y desplegarse Rexach, que confes¨® preferir mucho m¨¢s la punta, bien en la derecha, bien en la izquierda, dio la sensaci¨®n de no haberjugado a gusto. Al igual que sus compa?eros, admiti¨® que el nuevo bal¨®n del Mundial, impermeabilizado y que en caso de lluvia debe dar un magn¨ªfico resultado, es muy dif¨ªcil de dominar en campo seco pues requiere un toque perfecto para evitar sus extra?os. Si a ello unimos el terreno, las disculpas, antes de a?adir que todo se va a soluciortar, estaban ayer a la orden del d¨ªa en la selecci¨®n.
Los problemas que tiene el equipo espa?ol, sin embargo, no son f¨¢ci'[es de soslayar a estas alturas. Kubala hizo ayer a puerta cerrada todo tipo de pruebas, pero sus dudas se mantienen y se mantendr¨¢n hasta el ¨²ltimo momento del partido contra Austria. El seleccionador, un personaje amable hasta la saciedad, e incluso ingenuo en algunos casos, al comentar sus planes, es tambi¨¦n un trernendo indeciso. En realidad tiene que serlo, porque los hombres con que cuenta no son de garant¨ªas en su mayor¨ªa -y mucho menos el bloque-, pero quiz¨¢ no deber¨ªa dudar nada, pues hay tan poco donde escoger, que no merece la pena darle m¨¢s vueltas al posible equipo. Si di¨¦ramos como fijos a Miguel Angel, San Jos¨¦, Migueli, Pirri y De la Cruz -al menos ¨¦ste ¨²ltimo, mientras resista a sus a?os los partidos tan seguidos- bien podr¨ªa decidirse por los dem¨¢s, con dos cambios obligados entre tres hombres. Con Leal, Asensi, Carde?osa, Dani, Rub¨¦n Cano y Rexach de titulares iniciales, tener en resumidas cuentas a Santillana -para la delantera-, Quini -v¨¢lido tambi¨¦n para el centro de carripo- y Mara?¨®n -para doblar extremos con Dani-. En cualquier caso ser¨ªa cuesti¨®n jugar la taza atacante, al menos en el banquillo, prescindiendo s¨®lo a ¨²ltima hora del hombre menos en forma, para completar el cupo de suplentes con los dos defensas -Olmo y un lateral- obligados y Arconada.
Es otra elecubraci¨®n cuando, tristemente, no queda tiempo y deber¨ªamos vivir -Kubala, los jugadores y todos- de m¨¢s realidades y menosjuego quiniel¨ªstico o pruritos absurdos desmoralizantes tipo Kubala a profesionales que deben llegar a saber con antelaci¨®n su suplencia sin ning¨²n problema. Pero as¨ª es el f¨²tbol espa?ol, con vicios bastante m¨¢s numerosos que virtudes. El principal, sin duda, grav¨ªsima culpa federativa, haber permitido que la selecci¨®n llegara a un Mundial prendida con alfileres.
La muy posible desilusi¨®n de los miles y miles de espa?oles residentes en Argentina, que ya preparan un recibimiento apote¨®sico a la selecci¨®n el pr¨®ximo martes en Buenos Aires, es una gran injusticia. A lo mejor llega el milagro, pero se ronda un fracaso que siempre hubiese sido honroso en caso de producirse s¨®lo despu¨¦s de haber trabajado para impedirlo. Por lo visto, ¨¦se nunca es el ejemplo del f¨²tbol espa?ol. Quiz¨¢ es que nadie con poder suficiente se ha parado a pensar que, por muy equivocadamente que sea, confundiendo incluso lo que significa un pa¨ªs con un simple deporte en que se dan patadas a un bal¨®n, no se puede olvidar que ser¨¢ el nombre de Espa?a el que quedar¨¢ en entredicho.
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