Espa?a, la peor selecci¨®n de la historia
La selecci¨®n espa?ola que vela armas en La Martona, es la peor de cuantas han representado a nuestro f¨²tbol en las fases finales de los campeonatos del mundo. T¨¦cnicamente, el conjunto que ha escogido Ladislao Kubala es muy inferior a los que jugaron en 1934 en Italia; 1950, en Brasil; en 1962, en Chile, y 1966, en Inglaterra. Partamos, pues, de esta evidencia antes de examinar lo que puede ser el Mundial, a fin de que no se alimenten vanas ilusiones.No quiero pecar de pesimista, ni trato de hacer pol¨ªtica derrotista que es lo primero que se le ocurrir¨¢ a alg¨²n panegirista oficial. La aut¨¦ntica verdad, es que Espa?a no ha llegado a Argentina con un equipo s¨®lido, con un equipo capaz de proporcionar grandes esperanzas Otra cosa muy distinta es que pueda realizar una labor discreta, e incluso por encima de sus posibilidades reales, porque para eso el amor propio ha hecho posible muchas veces el triunfo del d¨¦bil sobre el fuerte.
En el equipo b¨¢sico de Espa?a en 1934, cuando Italia, que jugaba en casa y acab¨® ganando el t¨ªtulo, tard¨® tres horas y media en obtener el triunfo y a¨²n con ayuda de los ¨¢rbitros, estaba formado por hombres como Zamora, Ciriaco, Quincoces, Cilaurren, Muguerza, Fede, Lafuente, Iraragorri, L¨¢ngara, Regueiro y Gorostiza. Suplentes eran hombres como Nogu¨¦s, Zabalo Lecue, Ventolr¨¢, Campanal, Chacho y Bosch. Comparen, con pudor, claro, aquella selecci¨®n con la actual.
En Brasil, Espa?a tuvo jugadores como Ramallets, Alonso, los dos Gonzalvo, Puchades, Basora, Igoa, Zarra, Panizo, Ga¨ªnza, Silva Eizaguirre. Sigan ustedes con las odiosas comparaciones. Espa?a disput¨® su tercera fase final en Chile en 1962. Independientemente de que tanto aqu¨ª como cuatro a?os despu¨¦s en Inglaterra, quienes resolvieron mejor las papeletas fueron los m¨¢s modestos, en el equipo hab¨ªa hombres como ¨¦stos: Carmelo, Rivilla, Santamar¨ªa, Reija, Segarra, Garay, Del Sol, Eulogio Mart¨ªnez, Puskas, Su¨¢rez, Gento, Collar, Peir¨®, Verg¨¦s y Araquistain.
Unas de las actuaciones menos brillantes de Espa?a en los mundiales fue la de 1966 y all¨ª, en Inglaterra, jugaron hombres como Ir¨ªbar, Sanchis, Pirri, Zoco, Gallego, Ufarte, Del Sol, Peir¨®, Su¨¢rez, Gento, Amancio, Adelardo, Marcelino, Fust¨¦ y Lapetra.
No hace falta insistir en el tema porque est¨¢ suficientemente claro La selecci¨®n actual no resiste cotejo alguno con las anteriores. Que como todos recuerdan se repartieron las actuaciones entre los triunfos, las dos primeras, y los fracasos las dos ¨²ltimas.
La selecci¨®n nacional ha ido degrad¨¢ndose paulatinamente a medida que los clubs han ido abandonando las canteras al dedicarse a la f¨¢cil soluci¨®n de las importaciones. La cada d¨ªa m¨¢s d¨¦bil infraestructura de el deporte espa?ol -cada d¨ªa m¨¢s d¨¦bil comparativamente con el crecimiento de la mayor¨ªa de los pa¨ªses- ha incidido tambi¨¦n de manera notable en el f¨²tbol, que ha sido hasta la fecha la gallina de los huevos de oro, la gallina que ha incubado a todo el resto de las disciplinas dado que ni el antiguo r¨¦gimen, ni el presente, han contado al deporte entre los presupuestos.
El f¨²tbol espa?ol a nivel internacional solamente cuenta cuando se trata de los clubs. A nivel de selecci¨®n, por mucho que algunos quieran disimularlo, en los ¨²ltimos a?os ¨²nicamente se han ganado partidos importantes en el terreno amistoso, a excepci¨®n, claro est¨¢, del disputado en Belgrado.
La selecci¨®n espa?ola no puede aspirar en Argentina a representar un papel brillante. Si consigue superar la primera ronda habr¨¢ estado m¨¢s que a la altura de las circunstancias. El ¨¦xito del f¨²tbol espa?ol tiene como meta eliminar a Suecia y Austria. Quienes forman el equipo, con superar el turno inicial ya se habr¨¢n hecho acreedores al respeto de los aficionados.
Por lo que respecta a los nombres de los veintid¨®s que han venido, no son toda la cera que arde. En Espa?a, con perd¨®n de Kubala, se ha quedado alg¨²n cirio de fiesta mayor, aunque desgraciadamente no m¨¢s all¨¢ de tres.
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