Una lecci¨®n de pol¨ªtica

?La normalidad con la que la opini¨®n p¨²blica sigue los debates y las votaciones actuales en torno al texto de la futura Constituci¨®n espa?ola no debe despistarnos induci¨¦ndonos a pensar que aqu¨ª todo el mundo es de convicciones arraigadamente mon¨¢rquicas. La gente sigue pensando tal como ha pensado siempre, sobre poco m¨¢s o menos, a pesar de lo cual no deja de considerarse representada en el voto un¨¢nime de los diputados a Cortes favorable a las instituciones mon¨¢rquicas en el v¨¦rtice del Estado.Es indudable que la renuncia a las propias convicciones tradicionales de las que est¨¢n haciendo gala muchos partidos y que, repetimos, es compartida por el pueblo, es el primer resultado del acierto con que la instituci¨®n mon¨¢rquica plante¨® desde el primer d¨ªa del nuevo reinado, ya en el discurso program¨¢tico del rey don Juan Carlos, los objetivos del tr¨¢nsito hacia una democracia de corte occidental; acierto que, en l¨ªneas generales, ha presidido la actuaci¨®n de la Monarqu¨ªa durante este tiempo, con sentido de apertura y voluntad de sinton¨ªa con el pa¨ªs real y sus problemas. Desde Catalunya no podemos dejar de recordar el impacto que produjo aqu¨ª el hecho de que despu¨¦s de cuatro siglos, de nuevo el rey hablara p¨²blicamente en catal¨¢n.

En las recientes votaciones a las que nos estamos refirierido creemos que se ha manifestado un trazo que desear¨ªamos ver cada d¨ªa m¨¢s claro presidiendo el quehacer de los pol¨ªticos: el sentido de la eficacia. La Monarqu¨ªa ha demostrado una eficacia que dif¨ªcilmente podr¨ªa haber desplegado ninguna otra instituci¨®n p¨²blica en este tr¨¢nsito, que a todo el mundo se le presentaba tan problem¨¢tico. Y los pol¨ªticos. prescindiendo de las propias preferencias, han votado tambi¨¦n a favor de la eficacia.

Una buena lecci¨®n de pol¨ªtica.?

, 31 mayo