El caso del Sahara no est¨¢ cerrado
?Nuestro equilibrio norteafricano pasa por un examen de la situaci¨®n creada tras la situaci¨®n de 1975 en nuestro antiguo Sahara. Nuestro a efectos administrativos. Ocurre que ni un solo mapa del mundo ni un solo atlas ha alterado, curiosamente, la geograf¨ªa del ¨¢rea. Algunos, muy pocos, hacen atravesar al que llaman Sahara occidental por una l¨ªnea punteada para mostrar discretamente la partici¨®n. Y, por supuesto, tambi¨¦n muy curiosamente, cuando se hacen distribuciones de influencia en Africa, inevitablemente el Sahara cae en la zona de influencia ?francesa?. Son, simple y sencillamente, datos a tener en cuenta para llegar a una conclusi¨®n inevitable: si la Humanidad no considera cerrado el caso, nosotros no podemos, por cuenta propia, hacerlo. Si hasta nuestros propios documentos parten de la base de que all¨ª no se ha concluido la descolonizaci¨®n ni se concluir¨¢ hasta que haya un refer¨¦ndum, nuestra pol¨ªtica no puede actuar independientemente de este dato. Eso es todo. Por lo dem¨¢s, dejemos que la historia la hagan los pueblos.? 6 junio
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