Espa?a no promueve su campeonato del mundo
Espa?a est¨¢ organizando el Mundial de 1982 de tapadillo. Espa?a debe tener el tema tan en mantillas que los responsables del f¨²tbol de nuestro pa¨ªs no se han atrevido a comparecer ante la prensa mundial para dar a conocer los proyectos que, hay que suponer, alguien debe tener en la cabeza. A estas alturas, cuando los periodistas de cualquier pa¨ªs deciden preparar alg¨²n material sobre el pr¨®ximo Campeonato del Mundo, recurren a los enviados especiales de la prensa espa?ola. A estas alturas, nadie conoce cu¨¢l ser¨¢ el s¨ªmbolo del pr¨®ximo Mundial ni tiene idea clara de lo que piensan los dirigentes del f¨²tbol espa?ol.Seg¨²n tengo entendido, la Federaci¨®n no ha querido dedicar ning¨²n acto al pr¨®ximo Mundial porque considera que ya lo llev¨® a efecto en el mes de enero con motivo del sorteo del presente torneo.
Excusa balad¨ª porque lo que se present¨® entonces era algo tan poco consistente que ni siquiera las cifras de n¨²mero de hoteles de las diferentes ciudades que hab¨ªan solicitado ser sedes eran exactas.
Siempre que se celebran los Juegos Ol¨ªmpicos se anuncia el emblema de los pr¨®ximos, y hace cuatro a?os, en Alemania, los argentinos inundaron las ciudades donde se celebraban los partidos de pelotitas con el nombre de Argentina y de pegatinas de diversos tipos con el s¨ªmbolo de su Mundial. Si los actos programados para ofrecer a la prensa de todo el mundo un avance de lo que se deseaba hacer fueron suspendidos se debi¨® al hecho concreto de la muerte del entonces presidente Per¨®n. Pero, eso s¨ª, los miembros del aparato organizativo s¨ª explicaron que ¨¦l emblema respond¨ªa a una simbolog¨ªa peronista e hicieron cuanto pudieron por propagar su Mundial. Para la Federaci¨®n Espa?ola el acto de enero fue suficiente. Ahora es cuando hay en Argentina m¨¢s de 5.000 informadores de todo el mundo. Ahora era el momento justo para hacer el lanzamiento del Mundial-82.
Por otra parte, la responsabilidad de un mundial no debe tenerla por entero la Federaci¨®n, y hasta el momento se le ha concedido. Tengo la impresi¨®n de que desde la Federaci¨®n quieren hacerse las cosas con el mayor sigilo posible para tratar de evitar que alguien con responsabilidad prepare el tema y tome cartas en el asunto.
Un Campeonato del Mundo y su compleja organizaci¨®n no pueden estar en manes de unas comisiones designadas por la v¨ªa del amiguismo. La pir¨¢mide del aparato organizativo no tiene por qu¨¦ estar siquiera en manos de la gente del f¨²tbol. Para organizar bien un Mundial no hace falta saber qu¨¦ es un c¨®rner. Hasta la fecha no existe un equipo dirigente que ofrezca las m¨ªnimas garant¨ªas. Hasta hace poco presid¨ªa el tema un ex presidente de club, un ex presidente que no acab¨® su mandato de manera muy brillante.
Un Mundial es una cuesti¨®n de Estado y es el propio Gobierno el que debe decidir qu¨¦ se va a hacer. Es el Gobierno el que, al margen de los intereses de la FIFA y los intereses, no siempre transparentes, de la Federaci¨®n Espa?ola, debe decidir cu¨¢ntas sedes va a interesar que existan y el que debe designar a las personas capaces de responsabilizarse de una gesti¨®n como ¨¦sta. Y si digo el Gobierno no lo hago porque piense en las bondades de UCD, que algunas tendr¨¢, sino porque la transcendencia del hecho no obliga a menos.
Un Mundial de f¨²tbol es un acontecimiento que supera toda clase de presupuestos. Un Mundial de f¨²tbol requiere una infraestructura muy compleja, y para ponerla en funcionamiento hace falta gente inteligente.
Hace unos d¨ªas el propio presidente de la FIFA afirm¨® que solamente hay en el mundo siete pa¨ªses capaces de organizar un campeonato con veinticuatro selecciones finalistas y entre ellos estaba Espa?a. Muchos periodistas de todo el mundo, por este solo detalle, estaban interesados en conocer las razones reales de esa afirmaci¨®n de Joao Havelange en lo que respecta a Espa?a. Pablo Porta, que aspira a progresar dentro de la FIFA, se olvida en Argentina de cursar las primeras invitaciones para dentro de cuatro a?os. A Espa?a, que es un pa¨ªs tur¨ªstico, le interesaba ya esta primera campa?a de propmoci¨®n. Ciertamente tan resporsible del olvido es Porta como el propio equipo gubernamental.
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