La ordenaci¨®n de los ganadores y el mito de un perdedor
Ya tenemos campeones de fase de grupo: Italia, Polonia, Austria y Per¨². ?Acertaron los bookmakers? Ni por casualidad, como aquel ciego del cuento. Para ellos, Italia y Polonia eran segundos y Per¨² tercero. Queda el tercer grupo, el de Espa?a, por cierto el que ha deparado el peor f¨²tbol de la fase de grupo y en el que hasta ayer mismo no se supo qu¨¦ selecci¨®n estaba clasificada para el primer puesto y cu¨¢l para el segundo. El reglamento de la FIFA para estas cuestiones prev¨¦ el modo de clasificar cuando hay igualdad de puntos, que es la diferencia de goles, y en caso de que sea la misma, tiene precedencia el equipo o selecci¨®n que marcase m¨¢s. Pero resulta que la regla general no val¨ªa para este caso y se pretend¨ªa que un sorteo decidiera cu¨¢l quedaba como campe¨®n y como subcampe¨®n, si Austria o Brasil.Si estuviese en el pellejo del organizador confieso que habr¨ªa rezado para que la selecci¨®n brasile?a se clasificase en primer t¨¦rmino, porque de esta forma la agrupaci¨®n final ser¨ªa m¨¢s armoniosa, inmiscuyendo a Brasil en el grupo definitivo formado por Italia (primera), Alemania (segunda) y Holanda (segunda), en tercer lugar y en calidad de primero. Meterse ah¨ª Austria, en su lugar, dar¨ªa demasiado f¨²tbol europeo junto frente a otro grupo formado por Argentina (segunda), Polonia (primera), Brasil (segundaj y Per¨² (primera), que si podr¨ªa dar una final europeo-americana,dar¨ªa impepinablemente el contraste m¨¢s temido de todos el Argentina-Brasil. Pero los organizadores han tenido que plegarse al reglamento, y Austria, campeona jugar¨¢ en el grupo A.
No hay que ocultar que al cabo de veintidos jugados en el Mundial, el f¨²tbol visto no ha sido convincente ni demasiado ejemplar. En lo que cada Mundial tiene de desfile de modelos futbol¨ªsticos para las temporadas siguientes no se ha apreciado mucha cosa atractiva. porque los pron¨®sticos fallaron y ni Brasil, ni Alemania, ni Holanda han jugado como se esperaba. M¨¢s en alza han estado, por ejemplo, Italia -primer¨ªsima-, Argentina y Per¨², esta se lecci¨®n sobre todo, en lo que respecta a la eterna juventud de sus jugadores, invulnerables al tiempo, hasta ahora. En realidad, casi dir¨ªa que una selecci¨®n que ha estado, si no como se esperaba, como se tem¨ªa, ha sido la espa?ola. Y su novedad (?) de jugar con uno o con medio extremo y de sacar a falsos delanteros a marcar a los defensores contrarios no ha tenido comentarios favorables. Se ve que la moda futbol¨ªstica no nos va, ni Kubala como modista internacional.
El f¨²tbol espa?ol va a ver el final del Mundial por tarjeta postal ilustrada, pero ya tiene el traidor se?alado: Senekowich, que entreg¨® el partido de Mar del Plata a los brasile?os. Que iba a haber un Bellido Dolfos (que asesin¨® a don Sancho, y rectifico, para dar a don Alfonso s¨®lo lo suyo: el mal rato de Santa Gadea) ya se sab¨ªa, pero el que la v¨ªspera iba a ser mister Wurtz, en el d¨ªa de la verdad era nuestro conocido b¨¦tico ?S¨¦neca?. B¨¦tico es tambi¨¦n el h¨¦roe desgraciado: Carde?osa. Ya tenemos los elementos del mito, de la leyenda, del romance, del corrido de la eliminaci¨®n de la selecci¨®n espa?ola y la raz¨®n de no hallarla entre los ocho elegidos. Kubala se ha desvanecido como una sombra vana, que contra lo que sucede a las sombras, impalpables, tiene entidad para que se le prolonguen ping¨¹es contratos a priori antes del mayor, del magno fracaso de su labor como seleccionador. Hay toreros a los que un toro bravo les descubre, y a nuestro seleccionador ha acabado de descubrirle un Mundial, en su fase brava. Siempre lo dijimos. Lo malo es que est¨¢ clasificado para el siguiente, si Dios no lo remedia, porque el r¨¦gulo Porta dice (hablando en plural, como los Papas) que ?seguimos teniendo fe en ¨¦l?. Fe, que es creer en lo que no se ve, en lo que no ven los jugadores ni nadie.
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