Tenso debate sobre el orden p¨²blico
La m¨¢xima tensi¨®n pol¨ªtica originada a lo largo de los debates parlamentarios sobre la Constituci¨®n iniciados el pasado 5 de mayo se produjo ayer, en el marco del debate sobre la atribuci¨®n de competencias exclusivas al Estado, cuando resultaron enfrentadas las posiciones de la mayor¨ªa de los grupos con la m¨¢s radical de la izquierda abertzale, en cuya representaci¨®n Francisco Letamend¨ªa declar¨® que el ¨²nico medio para lograr un ?alto el fuego? por parte de ETA en el Pa¨ªs Vasco ser¨ªa la total sustituci¨®n de los actuales cuerpos de orden p¨²blico por polic¨ªa aut¨®ctona. El texto aprobado fue el resultado de una enmienda de UCD, fruto de un pacto en el que no participaron ni AP ni el PNV.Al estudiarse el n¨²mero veinticinco del art¨ªculo 141, que en el texto del anteproyecto de Constituci¨®n adjudicaba al Estado la competencia exclusiva sobre la seguridad p¨²blica, sin perjuicio de la posibilidad de creaci¨®n por las comunidades aut¨®nomas de polic¨ªas coadyuvantes al mantenimiento del orden p¨²blico, las posiciones de los grupos parlamentarios con una concepci¨®n estatal del mismo se enfrentaron en un primer momento con las enmiendas del PNV, que solicitaban competencia espec¨ªfica en esta materia para las comunidades aut¨®nomas. A trav¨¦s de una enmienda in voce, el PNV admiti¨® en ¨²ltima instancia la coordinaci¨®n y colaboraci¨®n con las fuerzas de orden p¨²blico del Estado cuando los conflictos superen el ¨¢mbito territorial de una comunidad aut¨®noma.
La m¨¢xima aproximaci¨®n de UCD a esta posici¨®n consisti¨® en otra enmienda in voce que aceptaba la creaci¨®n de polic¨ªas locales en la forma que establezcan los respectivos estatutos y en el marco ?de lo que disponga una ley org¨¢nica?. La alusi¨®n a esta ley org¨¢nica significaba el m¨¢ximo escollo para el PNV, que consideraba excesivamente recelosa esta propuesta. La enmienda de UCD mereci¨® la aprobaci¨®n final.
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Tensi¨®n pol¨ªtica en el debate sobre la atribuci¨®n al Estado del orden p¨²blico
(Viene de primera p¨¢gina) Por U C D, Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca rechaz¨® las alusiones a un posible alto el fuego o a una pretendida justificaci¨®n de la violencia en un Estado democr¨¢tico como el actual, en el que hab¨ªa sido posible la libertad de expresi¨®n con que se hab¨ªa manifestado el se?or Letamend¨ªa.Resumimos a continuaci¨®n el extenso e importante debate producido durante las sesiones de ma?ana y tarde sobre este tema.
Laureano L¨®pez Rod¨® (AP). Propongo que se diga solamente ?orden p¨²blico? y no ?seguridad p¨²blica?, ya que aqu¨¦l no es indivisible, sino que afecta a la totalidad del pueblo espa?ol. La creaci¨®n de polic¨ªas aut¨®nomas ser¨ªa regresivo, medieval. El orden p¨²blico ha de estar en unas ¨²nicas manos que lo salvaguarde en todo el territorio nacional.
Gregorio Peces-Barba (PSOE). Estoy muy en desacuerdo con la enmienda de Alianza Popular. El orden p¨²blico no es indivisible. Aunque le corresponda una direcci¨®n ¨²nica, ello no quiere decir que sea absolutamente indivisible. En Inglaterra existen polic¨ªas locales, junto a Scotland Yard. En todo caso, tales polic¨ªas no tienen nada que ver con la Edad Media, a la que est¨¢ m¨¢s pr¨®xima la ideolog¨ªa del se?or L¨®pez Rod¨®.
Laureano L¨®pez Rod¨®. Si se emplean argumentos de derecho comparado, debo decir que Austria, que es un Estado federal, tiene una sola polic¨ªa.
Jordi Sol¨¦ (comunista). Tengo que rechazar la imagen de la vuelta a las ciudades amuralladas de la Edad Media. Si establecemos autonom¨ªas, es preciso la descentralizaci¨®n de los niveles administrativos, entre ellos las competencias en lo que se refiere a la seguridad p¨²blica.
Heribert Barrera (Esquerra Republicana de Catalu?a). La seguridad p¨²blica deber¨ªa ser competencia total o parcial de las comunidades aut¨®nomas, si as¨ª lo determinan los estatutos. Adem¨¢s del ejemplo de Gran Breta?a, existe el de Estados Unidos, donde conviven m¨¢s de 40.000 polic¨ªas separadas con las de car¨¢cter federal como el FBI, y no puede afirmarse que ni en Estados Unidos, ni en Gran Breta?a est¨¦ peor protegida la seguridad p¨²blica que en Espa?a.
Hay adem¨¢s una raz¨®n de eficacia, porque el poder decisorio debe estar lo m¨¢s pr¨®ximo posible del lugar donde se produce el problema. La Constituci¨®n de 1931 reservaba al Estado s¨®lo la polic¨ªa de fronteras y funcion¨® bien. Por otra parte, tiene una significaci¨®n psicol¨®gica que el Estado quiera reservarse todo lo que significa posesi¨®n de armas.
En todo caso, creo que no es prudente ni oportuno cerrar las puertas a un devoluci¨®n total de la autonom¨ªa que los catalanes ten¨ªamos. Ninguna f¨®rmula de consenso podr¨¢ impedir que se agite la reivindicaci¨®n popular y que se afirme que no se ha acabado definitivamente el r¨¦gimen franquista ni se ha restablecido la paz.
Gregorio Peces-Barba. Con los argumentos utilizados no se puede llegar a la conclusi¨®n a que ha llegado el se?or Barrera. Nosotros defendemos la colaboraci¨®n de las polic¨ªas locales con las estatales, pero si se excluye la posibilidad de una polic¨ªa estatal, las normas del Estado carecer¨¢n de coercibilidad.
Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca. En cuanto pueden tener y tienen de leg¨ªtimas las pretensiones aducidas por el se?or Barrera, la Constituci¨®n da un paso adelante y deja abierta la posibilidad a soluciones dentro del proceso hist¨®rico en marcha. El principio de establecer la competencia estatal en esta materia no las obstaculiza.
Ant¨®n Canyellas (dem¨®crata cristiano). Es necesario no poner obst¨¢culos a la plena atribuci¨®n del orden p¨²blico a las comunidades aut¨®nomas. A pesar de la buena voluntad de Catalu?a, no puede aceptar que su autogobierno sea inferior al logrado en 1931. Catalu?a no puede encontrar menos comprensi¨®n en la Monarqu¨ªa -cuyo primer Rey nos ha hablado en catal¨¢n- que en la Rep¨²blica.
Eduardo Mart¨ªn Toval (Socialistas de Catalu?a). Frente a intervenciones que pretenden arrogarse un protagonismo o adoptar posiciones testimoniales, tengo que decir que la realidad del t¨ªtulo sobre las autonom¨ªas hay que contemplarla en su conjunto. Tales actitudes en nada ayudan al concepto de Estado que estamos configurando en esta Constituci¨®n.
Marcos Vizcaya (PNV). Sin protagonismo ni posturas testimoniales, nosotros no pensamos en disquisiciones te¨®ricas ni doctrinales. Tenemos en cuenta la realidad cruda y descarnada del pueblo vasco. La soluci¨®n que se adopte beneficiar¨¢ a Euskadi y yo dir¨ªa que tambi¨¦n a todo el Estado. Pero es preciso partir de un principio b¨¢sico: los problemas del pueblo vasco s¨®lo los puede defender y solucionar el pueblo vasco. El orden p¨²blico, el ejercicio del mismo y sus instrumentos entran de lleno en las facultades de una comunidad aut¨®noma. Si queremos solucionar el problema es preciso que queden en poder de ella, y aqu¨ª no deben caber los recelos ni las desconfianzas. El pueblo vasco sabe respetar sus compromisos libremente aceptados.
La eficacia es otra raz¨®n. El centralismo ha enconado los problemas. Es esencial que el poder se encuentre lo m¨¢s cerca posible del pueblo vasco. Nosotros aceptamos la cooperaci¨®n y la coordinaci¨®n con el Estado en materia de orden p¨²blico, pero sobre la base de que la comunidad vasca ostente la titularidad de esa competencia en su territorio.
Laureano L¨®pez Rod¨®. Yo rebato esta tesis del se?or Vizcaya, apoy¨¢ndome en lo dicho por el se?or Barrera, quien ha aludido al Estado espa?ol como comunidad de naciones soberanas. Alianza Popular se opone a que el orden p¨²blico se entregue a las comunidades aut¨®nomas porque no hay m¨¢s soberan¨ªa que la del Estado espa?ol y esa soberan¨ªa es indeclinable e indivisible. Rechazar la unificaci¨®n de la Guardia Civil ser¨ªa volver al siglo XV. Marcos Vizcaya. Nuestro grupo renuncia a las enmiendas presentadas y mantiene ahora una, seg¨²n la cual se atribuir¨ªa al Estado la ?coordinaci¨®n y colaboraci¨®n en materia de seguridad p¨²blica en aquellos conflictos de car¨¢cter general que superen el ¨¢mbito territorial de una comunidad aut¨®noma?.
Gregorio Peces-Barba. Como Partido Socialista de Euskadi valoramos positivamente el esfuerzo por solucionar los problemas de orden p¨²blico, que no ser¨¢ f¨¢cil sin el acuerdo de los dos partidos mayoritarios. Estamos muy pr¨®ximos a la enmienda del PNV y pedimos llegar a una soluci¨®n sobre la base de que hay que preocuparse de los problemas de todo el Estado para solucionar los problemas de una parte del Estado.
Jos¨¦ Luis Meil¨¢n (UCD). Nuestra enmienda pretende no combatir, sino pacificar, respetando los sentimientos y las heridas que cual quiera pueda tener. La defensa del orden p¨²blico no es patrimonio de ning¨²n grupo, sino que todos debemos de colaborar. Se trata de una f¨®rmula de equilibrio. Muchas veces la ruptura de la paz proviene de la reacci¨®n o de la din¨¢mica disolvente de posiciones que se sit¨²an en el otro extremo.
Marcos Vizcaya. La enmienda in voce de UCD ser¨ªa aceptable si no se refiriera al marco de la ley org¨¢nica. Por lo dem¨¢s, la aceptar¨ªamos de pleno. La paz es algo m¨¢s que la paz ciudadana. Es la paz de los esp¨ªritus que ha de ser plena sin que empuje a nadie a alterar la paz ciudadana por no tener tranquilidad de esp¨ªritu.Letamendia:"Es preciso el acuerdo con la izquierda "abertzale""
Letamendia: "Es preciso el acuerdo con la izquierda abertzale
Francisco Letamend¨ªa (EuskadikoEzkerra). El debate sobre el orden p¨²blico se ha mantenido hasta ahora en el terreno de la entelequia. No se ha hablado de la madre del cordero: la situaci¨®n de las fuerzas de orden p¨²blico y la represi¨®n o conciencia represiva que se vive en el Pa¨ªs Vasco. No basta con el acuerdo de los dos partidos mayoritarios; hace falta el acuerdo con la izquierda abertzale, dividida sobre la conveniencia de utilizar ciertos m¨¦todos. Yo soy partidario de medios pac¨ªficos. Si los diputados de la Comisi¨®n Constitucional hubieran tenido sensibilidad, tales medios se hubieran incluido en la Constituci¨®n.
Desde la guerra civil hasta la muerte de Franco, en Euskadi no ha habido otra cosa que fuerzas de ocupaci¨®n. La represi¨®n llegaba incluso a borrar las inscripciones en vasco de los cementerios. Las torturas han sido frecuentes y m¨¢s de la mitad de los presos pol¨ªticos eran vascos y no s¨®lo de ETA. Quienes hemos vivido en Euskadi hemos asistido a una atm¨®sfera tensa, de controles, de irritaci¨®n, propios de un pueblo ocupado.
?Ha desaparecido esta situaci¨®n con la muerte del dictador? Quiero dividir esta segunda etapa en tres per¨ªodos: desde la muerte de Franco hasta el nombramiento de Adolfo Su¨¢rez; desde el nombramiento de Adolfo Su¨¢rez hasta el 15 de junio, y desde entonces hasta hoy.
Emilio Attard (presidente de la Comisi¨®n). Se?or Letamend¨ªa, le llamo a la cuesti¨®n, porque se trata de defender su enmienda, sin salirse del tema.
Francisco Letamend¨ªa. Creo que as¨ª lo estaba haciendo, pero resumir¨¦. En los primeros per¨ªodos se produjeron hechos como Vitoria, Montejurra y otros. A partir del 15 de junio menguaron las actuaciones represivas, pero entonces empezaron a intervenir los incontrolados, en gran parte agentes de las fuerzas del orden vestidos de paisano como se ha comprobado en varias ocasiones.
Yo no soy portavoz de ETA y lamento todo tipo de muertes, pero explico las actuaciones de ETA contra las fuerzas del orden en una espiral de la violencia. En su mayor parte, los miembros de esas fuerzas del orden son muy j¨®venes y nada tienen que ver con la represi¨®n franquista. Ellos sufren tambi¨¦n las consecuencias de la fijaci¨®n en la retina del pueblo vasco de una situaci¨®n represiva.
Las soluciones a este problema real han sido enteramente falsas. Las medidas anteterrorismo no ser¨¢n ya anticonstitucionales, en virtud del art¨ªculo 50 de la Constituci¨®n, consensuado. Las polic¨ªas aut¨®ctonas no pueden actuar como elementos subordinados. ETA ha expresado sus puntos para un alto el fuego, entre ellos la sustituci¨®n de los cuerpos de polic¨ªa actuales por polic¨ªa aut¨®ctona. El propio gobernador civil de Navarra ha afirmado que los miembros de la polic¨ªa provienen del franquismo y no siempre obedecen sus ¨®rdenes.
Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca. No es prop¨®sito de mi grupo hacer un juicio de intenciones sobre intervenciones como la que acabamos de escuchar, el resultado de las cuales no es tendente a la concordia y a la pacificaci¨®n. No sabemos si existe alg¨²n elemento de provocaci¨®n. En todo caso no caeremos en ella. Lo que se llaman las fuerzas represivas es una denominaci¨®n apta en un Estado autoritario o dictatorial, pero no en un Estado democr¨¢tico. Por otra parte, airear los agravios rec¨ªprocos no contribuye a las soluciones, sino que puede ser una manera de sabotearlas. Yo no entiendo que aqu¨ª se hable de que se es o no portavoz de la violencia. Desde que existe la democracia la violencia es injustificable. Las paredes de este caser¨®n no han escuchado quiz¨¢ nunca la libertad de expresi¨®n utilizada por el orador que me ha precedido, Porque existe esa libertad de expresi¨®n, cubierta adem¨¢s por la inviolabilidad parlamentaria, no debe hablarse de altos el fuego, contrarios a la realidad democr¨¢tica del Estado. No es momento de m¨ªtines electorales. Queremos avanzar por la v¨ªa positiva, para solucionar de verdad el problema del Pa¨ªs Vasco.
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