El rey Balduino se niega a admitir la dimisi¨®n del Gobierno belga

El debate del proyecto de ley ?anticrisis? y los litigios entre las dos comunidades ¨¦tnicas (flamencos y valones) condujo ayer al primer ministro belga, el socialcristiano Leo Tindemans, a presentar su dimisi¨®n al rey Balduino, ante las diferencias entre los miembros de su Gobierno, formado por dem¨®crata-cristianos, socialistas y dos partidos ling¨¹¨ªsticos.

El rey, Balduino se neg¨® a aceptar, de momento, la petici¨®n de dimisi¨®n del primer ministro se impone as¨ª un per¨ªodo de reflexi¨®n que podr¨ªa aprovecharse entre los jefes de fila de los cuatro partidos en el poder para encontrar una soluci¨®n a la crisis, sin necesidad de llegar a elecciones anticipadas.A poco menos de un a?o de vida, el segundo Gobierno Tindemans choca, de nuevo, con e escollo de los temas regionales y ling¨¹¨ªsticos, agravados en esta ocasi¨®n por la crisis econ¨®mica.

Uno de los proyectos b¨¢sicos del actual Gobierno pasa por una aceleraci¨®n del proceso regional de este peque?o pa¨ªs (m¨¢s peque?o que Catalu?a) que, con menos de diez millones de habitantes, cuenta con tres comunidades ling¨¹¨ªsticas muy definidas (flamencos, valones y una minor¨ªa de expresi¨®n alemana). Se suman a estas tres comunidades el problema de la aglomeraci¨®n de Bruselas, en cuya capital coinciden flamencos y valones.

Un complejo ?pacto? comunitario deber¨ªa acentuar la regionalizaci¨®n de B¨¦lgica, o incluso la federaci¨®n, como piden algunos partidos. La aplicaci¨®n del nuevo pacto, denominado de Egmont, por haberse gestado en el palacio del mismo nombre, supone la regionalizaci¨®n o federaci¨®n del presupuesto p¨²blico.

La crisis actual se abre, formalmente, por otras divergencias que las ling¨¹¨ªsticas, aunque ¨¦stas est¨¢n como tel¨®n de fondo. Se abre porque los socialistas quieren aprovechar el sanea miento de la finanzas p¨²blicas y su ley ?anticrisis? para una serie de reformas estructurales de tono social. Los dem¨®crata cristianos del ala flamenca, m¨¢s conservadores que los de la fracci¨®n franc¨®fona (valona), no est¨¢n dispuestos a tal tipo de concesiones.

Los acontecimientos de Zaire son un elemento suplementario de divergencias entre dem¨®crata-cristianos y socialistas, como demostr¨® en su momento la diferencia de apreciaci¨®n del problema entre el primer ministro social cristiano, Tindemans, y e! ministro socialista de Asuntos Exteriores, Henry Simonet.