Una enferma mental, armada con una escopeta, se encierra con su hijo en Vallecas
Una mujer de veintisiete a?os, cuyo nombre es Mar¨ªa G. C., tuvo que ser convencida por varios inspectores de polic¨ªa durante cerca de dos horas para que abandonara su vivienda, donde se habla encerrado, en un ataque de enajenaci¨®n mental, con su hijo de diez a?os y una escopeta de aire comprimido con la que amenazaba disparar.
La mujer, seg¨²n informaron a EL PAIS los vecinos, hac¨ªa cerca de un mes que se hab¨ªa escapado del Hospital Psiqui¨¢trico Alonso Vega, en donde se encontraba internada por segunda vez desde el pasado verano. Padec¨ªa una enfermedad mental, consistente en considerar todos los alimentos como venenosos aunque los hubiera comprado ella misma minutos antes, as¨ª como en tirar a la basura l¨¢mparas, muebles y vestidos reci¨¦n comprados. Seg¨²n manifest¨® una vecina, ?los primeros s¨ªntomas de su enfermedad los tuvo cuando naci¨® su quinto hijo, hace unos cinco a?os; entonces se cont¨® en el barrio que se hab¨ªa intentado lanzar por una ventana del hospital?.Mar¨ªa ?la Loca?, corno la llamaban ¨²ltimamente en la zona de casas bajas de Vallecas, en donde vive, se encuentra separada del marido desde hace varios a?os; seg¨²n parece, ¨¦ste se encontraba alcoholizado.
A?os antes, una organizaci¨®n ben¨¦fica hab¨ªa internado en varios colegios a los ni?os. Sin embargo, el mayor de ellos, Pascual, de diez a?os, fue sacado por su madre del centro escolar al quedar sola. A partir de entonces ambos vivieron en uni¨®n del abuelo, gracias a cuyo sueldo viv¨ªan.
Fue a partir del a?o pasado cuando el estado de la mujer comenz¨® a empeorar. ?Hace quince d¨ªas tir¨® toda la documentaci¨®n de la familia a un solar abandonado posteriormente pidi¨® una escalera y se meti¨® por el patio en casa de una vecina a la que solicit¨® que la recogiera. El pasado viernes lleg¨® a tirar una piedra de unos dos kilos, que tienen para sujetar la puerta, a la cabeza del abuelo. Despu¨¦s toda su obsesi¨®n era que la recogi¨¦ramos las vecinas; incluso una noche que llov¨ªa cogi¨® a su hijo a las cuatro de la ma?ana y se fue. Luego nos enteramos que la hab¨ªan visto parar a los taxistas pidi¨¦ndoles que se hicieran cargo de ella.?
Sobre las 11.45 de la ma?ana de anteayer Mar¨ªa se encerr¨® en su vivienda con su hijo y una escopeta de aire comprimido que le hab¨ªa regalado el abuelo al ni?o. Seg¨²n cont¨® m¨¢s tarde el abuelo, con las antenas de la televisi¨®n afianz¨® el cerrojo de la puerta y con los colchones tap¨® las ventanas.
Avisada una ambulancia, los enfermeros comprobaron que no pod¨ªan hacer desistir a la mujer, motivo por el que se llam¨® al 091. Varios inspectores de polic¨ªa acudieron y mantuvieron una larga conversaci¨®n en la que se hicieron pasar por psiquiatras. La enferma, seg¨²n inform¨® el gabinete de prensa de la Jefatura Superior de Polic¨ªa, manifest¨® varias veces que tanto su vida como la de su hijo correr¨ªan peligro si alguien intentaba acercarse a la puerta. Los vecinos manifestaron m¨¢s tarde que el ni?o no hab¨ªa corrido peligro ya que, ante el estado de nerviosismo de la mujer, no carg¨® la escopeta que le ped¨ªa su madre.
Tras varios minutos de tensi¨®n se logr¨® convencer a la enferma, que fue trasladada urgentemente al Hospital Psiqui¨¢trico Alonso Vega. En la casa hab¨ªa, asimismo, dos escopetas de caza que el padre de Mar¨ªa ten¨ªa escondidas.
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