Un mal comienzo
Juan Ignacio Galv¨¢n, con una larga experiencia como ayudante de direcci¨®n a sus espaldas, debuta en la realizaci¨®n con Rostros. Y en vez de hacerlo por el camino del oficio aprendido, con una historia m¨¢s o menos simple, lo hace lanz¨¢ndose de lleno a un cine lleno de pretensiones, s¨ªmbolos y mitos. Rostros narra la historia de un artista escultor visionario y febril, aunque luego sus esculturas nos muestran exactamente todo lo contrario, de su encuentro y relaci¨®n amorosa con una nueva Thanata que, art¨ªsticamente, le hace conocer una confusa y decepcionante cima y, vitalmente, le llevar¨¢ a la muerte en fin una historia de esas que hace falta ser un total maestro para sacarla adelante y no caer en el m¨¢s estrepitoso rid¨ªculo, cosa que Juan Ignacio Galv¨¢n hace desde sus primeras im¨¢genes.Con gui¨®n cuya audacia uno no sabe si calificar como ingenua o est¨²pida -o ambas cosas a un tiempo-, que toma con descaro elementos mal asimilados de filmes como Teorema o El a?o pasado, en Marienbad, y los presenta en un estilo que a quien m¨¢s recuerda es a Iquino, Rostros no tarda en caer en las m¨¢s burdas concesiones a un destape que ya empieza a resultar trasnochado.
Rostros
Direcci¨®n: Juan Ignacio Galv¨¢n. Gui¨®n: Juan Ignacio Galv¨¢n y Cecilia Bartolom¨¦. Fotograf¨ªa: Jos¨¦ Garc¨ªa Galisteo. M¨²sica: Luis Cobos y Manolo Galv¨¢n. Int¨¦rpretes: Juan Pardo, Carmen Sevilla, B¨¢rbara Rey, Juli¨¢n Ugarte, Trini Alonso y HenryGregor. Espa?ola, 1978. Locales de Estreno: Fuencarral, California, Progreso, Juan de A ustria y A luche.
Desde el principio del filme, el espectador tiene que o¨ªr frases como ?los cr¨ªticos son los ¨²nicos que saben a¨²n menos sobre los artistas que los artistas mismos?... De lo cual deduzco que sobre Rostros, Juan Ignacio Galv¨¢n sabe bien poco. M¨¢s tarde o¨ªmos: ??Es que acaso crees que los artistas tenemos deberes??. Pues s¨ª, si que los ten¨¦is, Juan Ignacio. En cine hay uno que yo coloco siempre en primer lugar: no aburrir. Cosa que si los directores tuvieran m¨¢s a menudo en cuenta, otro gallo le cantar¨ªa al cine actual. S¨®lo al final el protagonista parece recapacitar y le dice a. su modelo-amante-verdugo-etc¨¦tera: ?Nos estamos poniendo de un trascendental de pena.? Toda la raz¨®n.
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