El Gobierno y ETA preparan las bases para negociar

La entrevista que mantuvo el pasado fin de semana el consejero vasco del Interior, Txiqui Benegas, con los representantes de los partidos HASI y LAIA, integrantes de la Coordinadora Abertzale Socialista (KAS), de la que es miembro observador la organizaci¨®n ETA (ver EL PAIS de ayer), confirma que, de hecho, el Gobierno est¨¢ preparando las bases para una futura negociaci¨®n con la organizaci¨®n armada vasca.

En este sentido, cabe destacar que la mencionada entrevista se ha producido despu¨¦s de las reuniones que un interlocutor vasco ha mantenido en Madrid con el titular de Interior, Rodolfo Mart¨ªn Villa, portavoz de Su¨¢rez en este proceso de acercamiento a ETA iniciado por el Gobierno para poner fin a la violencia en Euskadi.El principal obst¨¢culo surgido en todo el proceso preparatorio ha sido la exigencia, por parte de ETA, para que las negociaciories sean p¨²blicas, con el fin de evitar que, despu¨¦s de la negociaci¨®n, alg¨²n grupo reiniciara la lucha armada usurpando sus siglas. El Gobierno, que se ha mostrado reticente a hacer p¨²blicas sus condiciones de negociaci¨®n, ha intentado buscar f¨®rmulas intermedias, entre ellas la intervenci¨®n de alg¨²n organismo internacional Esta posibilidad fue descartada en su d¨ªa, y la ¨²nica f¨®rmula viable parece ser ahora el di¨¢logo con las fuerzas pol¨ªticas vascas que incluyen en sus programas las mismas condiciones que ETA considera indispensables a la hora de negociar. Estas condiciones son, en s¨ªntesis, la concesi¨®n de amnist¨ªa total; la legalizaci¨®n de todos los partidos pol¨ªticos; la expulsi¨®n de Euskadi de los actuales cuerpos policiales; el reconocimiento de la soberan¨ªa nacional del pueblo vasco, la implantaci¨®n oficial del euskera y el control del gobierno aut¨®nomo sobre las fuerzas armadas con sede en Euskadi.

Dos tendencias en el seno de la organizaci¨®n

A pesar de que estas condiciones fueron hechas p¨²blicas en su d¨ªa como ?m¨ªnimas?, para entablar conversaciones con el Gobierno, parece ser que el comit¨¦ ejecutivo de ETA podr¨ªa modificar alguna de ellas, particularmente la relativa a las Fuerzas Armadas. Por otra parte, si bien las premisas de la negociaci¨®n han sido acordadas en todo momento por el comit¨¦ ejecutivo, con lo que la voluntad negociadora de la organizaci¨®n parece estar fuera de duda, lo cierto es que en el seno de ETA se observan dos tendencias capitaneadas por dos de sus dirigentes: Argala, decidido partidario de la negociaci¨®n, y Apala, m¨¢s inclinado hacia la l¨ªnea dura.