Pantalones BR contra el tiro a las rodillas
El terrorismo, que durante los ¨²ltimos a?os se ha constituido en uno de los principales flagelos de la sociedad occidental, empieza ahora a convertirse tambi¨¦n en una fuente de desarrollo tecnol¨®gico y de buenos negocios. ?La moda -nos dijo hace unos d¨ªas uno de los organizadores de la primera exposici¨®n antiterrorista de la historia- todo lo puede en Occidente.?La exposici¨®n se inaugur¨® a comienzos de este mes en la avenida Charles de Gaulle, de Par¨ªs, y a juzgar por las filas de coches fastuosos estacionados en las inmediaciones, el ¨¦xito ha sido fulminante: junto con los supermillonarios de Neuilly, los grandes nombres de la industria y del Gobierno agotaron en pocos d¨ªas las existencias y los pedidos suponen ya varios millones de d¨®lares. A esa masa de clientes privilegiados se est¨¢ sumando ahora la clase media, comerciantes; periodistas y ejecutivos, que disfrutan tambi¨¦n, como se sabe, de las atenciones de los ?comandos?. S¨®lo se ha echado en falta una conferencia de ?Carlos?, o quiz¨¢ una proyecci¨®n de diapositivas a cargo de Curcio; pero de todas formas es probable que se les reserve una buena comisi¨®n.
La exposici¨®n ha sido preparada por el Centro Comercial de Estados Unidos en Francia, que representa a 38 compa?¨ªas especializadas en cuestiones de seguridad. Hay ofertas para todos los bolsillos: desde un Rolls Royce acorazado, que cuesta 110.000 d¨®lares (unos nueve millones de pesetas), hasta estilizados corsets a prueba de balas, para damas y caballeros, al m¨®dico precio de 160 d¨®lares. Tambi¨¦n ingeniosos aparatos de radio con sirena autom¨¢tica. No obstante, la novedad que hizo furor fueron unos pantalones blindados, especialmente dise?ados para el famoso tiro a las rodillas de las Brigadas Rojas italianas, de corte y colores impecables. Algunos llevan incluso bordadas las iniciales BR, seguramente para evitar confusiones.
Caja antisecuestro
Otro elemento que atrae la atenci¨®n es la ?caja antisecuestro?, cuyo precio de 12.000 d¨®lares (s¨®lo un mill¨®n de pesetas) resulta asequible para el m¨¢s modesto de los millonarios. Se trata de un dispositivo no mayor que una caja de f¨®sforos, conectado electr¨®nicamente con un portafolios especial. El portafolio; debe ser llevado por un ayudante de la presunta v¨ªctima, a doscientos metros, y el dispositivo por el propio interesado; en el instante en que se produce el ataque, el dispositivo ?fija? una se?al permanente en el portafolios, y a partir de ese momento se puede recibir, a mucha mayor distancia informaci¨®n sobre el paradero del secuestrado. En quince d¨ªas se han vendido en Francia 85 ?cajas antisecuestro?, no s¨®lo a pol¨ªticos y banqueros, sino tambi¨¦n a dos cantantes de moda.El sector m¨¢s o menos p¨²blico de la exposici¨®n se completa con un ?chaleco diplom¨¢tico?, especial para embajadores, directores de multinacionales y esp¨ªas, hecho de un nuevo material pl¨¢stico, esmaltado, capaz de resistir los balazos de una Parabellum del 9 largo, aunque s¨®lo pesa un kilo emite una se?al de radio a larga distancia y puede actuar como caja de caudales. Pero los organizadores de la exposici¨®n sugieren que lo que se ve en el local de la Charles de Gaulle no es todo lo que puede adquirirse; hay, al parecer, una ?secci¨®n reservada?, con productos mucho m¨¢s sofisticados, sobre los que no se dan detalles al gran p¨²blico para no alertar a la competencia, es decir, a los terroristas.
No cabe duda de que la sociedad occidental a¨²n sabe sacar provecho de las desgracias espec¨ªficas. Esa es, quiz¨¢, su ¨²nica ventaja sobre el Este. Bien es verdad que all¨ª las plagas sociales resultan, como muy bien lo ha se?alado el se?or Brejnev, menos dolorosas, pero no por ello est¨¢n desprovistas de peligros. Tal es el caso, por ejemplo, de la disidencia. Resultar¨ªa interesante que Mosc¨² se decidiese a organizar una exposici¨®n de pantalones antisajarov -aparte de los ya muy pasados de moda de los agentes del KGB- o de m¨¢quinas de escribir de seguridad, con una lucecita roja que alerte a los corresponsales extranjeros cuando escriben sobre los jud¨ªos sovi¨¦ticos que el sionismo internacional intenta secuestrar.
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