Snifar

Hoy el verbo es snifar. La mayor¨ªa de nuestro j¨®venes se dedican a snifar. Necio verbo ingl¨¦s no s¨¦ si esp¨²reo o qu¨¦, porque el ingl¨¦s es un idioma lleno de onomatopeyas, y snifar viene sin duda de snif, el sonido que, seg¨²n las historietas, hacemos los humanos y los c¨¢nidos para aspirar por la nariz.Mar¨ªa Antonieta snifaba rap¨¦. La nueva derecha liberal/ progresista y ocioso/ anglosajonizante madrile?a snifa coca¨ªna o sacarina o algo blanco, en todo caso. Lo que sea. Habr¨ªa que preguntarse una vez m¨¢s d¨®nde est¨¢ nuestra juventud, que es una pregunta que se repite peri¨®dicamente a lo largo de la Historia de Espa?a. Cuando Franco, estaban, por lo menos, contra Franco, comiendo barato en el SEU y boxeando contra los caballos de la democracia org¨¢nica, que era una hermosura verles por la amplitudes velazque?as de la Ciudad Universitaria. ?Y ahora?

Ya creo haber contado que L'Express me llama esta semana el comunista Umbral.

-Eso del comunismo es una horterada- me dice la juventud m¨¢s joven y -ay- m¨¢s culta.

-Es que yo no soy el comunista Umbral.

-De todos modos es una horterada.

No se puede con ellos. No hay manera. ?Y qu¨¦ hacen ellos mientras tanto? Pues est¨¢n snifando, que ya es gilipollez haber aceptado el gerundio saj¨®n, as¨ª en, crudo. Emilio Romero dice que amo una izquierda que no existe y combato una derecha que ya ha muerto. Emilio Romero, el hombre, no se perdona, en su decadencia -y no lo digo por las cataratas, que ve mejor que nunca-, el no haberme descubierto a tiempo, cuando ¨¦l ten¨ªa un peri¨®dico de gran tirada.

La izquierda que yo amo s¨ª que existe, Emilio, aunque con muy escasos porcentajes electorales, como sabes, y muy altos porcentajes vitales y municipalesen todos los barrios de Madrid, que me llaman a gritos, desde las fiestas comunistas que organiza la bell¨ªsima Claudia Gravi -importantes gl¨²teos- en San Antonio de la Florida, hasta el barrio de la Concepci¨®n, donde, como saben que no tengo coche, me indican que tome el Metro y me baje en la salida ?C¨¦sar -Gonz¨¢lez-Ruano?. Lo cual que me ha emocionado la referencia, que C¨¦sar era un joven que snifaba coca¨ªna y Baudelaire en los felices veinte, pero adem¨¢s supo hacer una obra, period¨ªstica sostenida, personal, magistral. Ahora dan el premio de su nombre a curas que no le le¨ªan porque era pecado mortal y a art¨ªculos que piden m¨¢s guardias, que es cosa que C¨¦sar, como t¨² sabes, Romero, no hubiera pedido jam¨¢s. En todo caso, C¨¦sar hubiera pedido m¨¢s vicetiples.

El premio vinieron casi a ofrec¨¦rmelo a casa, en su primera edici¨®n, o sea que de resentimiento nada, y dije que no, que estaba yo entonces snifando marxismo grarrisciano, leyendo a esa izquierda que, seg¨²n Romero -y para su tranquilidad- no existe. ?Y en cuanto a la derecha que alanceo despu¨¦s de muerta?. Puede que Romero se refiera a la que ¨¦l mismo representa.

Pero la juventud intelectual, lo que se dice la juventud intelectual, ha decidido que Marx ha muerto, como Nietzsche decidiera con Dios (s¨®lo que el c¨¢lculo de probabilidades de Nietsche era m¨¢s aproximado), en vista de lo cual se dedican a snifar y as¨ª se pasan las noches de claro en claro y los d¨ªas de turbio en turhio, pero sin haber le¨ªdo el Quijote, que tambi¨¦n es hortera y manchego. Ellos leen Tirant lo Blanc, que queda m¨¢s perif¨¦rico.

La juventud obrera, que es la que siempre me ha importado, porque yo, mientras fui joven, fui juventud obrera, est¨¢ en los partidos de izquierdas y yo la amo, aunque diga Romero que no existe, y la juventud intelectual, culta, universitaria, peque?o burguesa, est¨¢ snifando, la t¨ªa.

Me piden de Camp de l'arpa un art¨ªculo sobre G¨®mez de la Serna y les mando uno titulado El origen peque?o burgu¨¦s, donde trato de explicar ese origen en casi todos los grandes hombres del siglo (izquierda y derecha), de Hitler a Chaplin de Picasso a Ram¨®n. Huyendo de ese origen s¨®rdido se hace uno vanguardista, revolucionario, dictador, poeta, asesino, payaso o genio. Nuestros brillantes j¨®venes peque?oburgueses, sin fuerza para tanto, se dedican a snifar.