Una plaza militar en decadencia
La que fue la primera conquista africana de la Espa?a de los Reyes Cat¨®licos es hoy un enclave militar y mercantil de poco m¨¢s de doce kil¨®metros cuadrados, en el que viven 55.291 espa?oles y no menos de 14.000 extranjeros, en su mayor parte marroqu¨ªes.Ganada en 1497 para la Corona de Casulla por Pedro de Estop¨ª?¨¢n, de la casa ducal de Medina Sidonia, ante el deseo de los Reyes Cat¨®licos de establecer una red de alertas para prevenir las invasiones. Melilla ha mantenido a lo largo de siglos este car¨¢cter de plaza militar que penetra a la ciudad de lado a lado. Basta para cerciorarse de esto con repasar el callejero, en el que apenas hay un pasadizo, ya que no una avenida, que recuerde el paso de los civiles sobre la plaza de soberan¨ªa.
Tanto es as¨ª que la delimitaci¨®n territorial de la Melilla actual es producto de un ca?onazo. Por un tratado de 1859 el sult¨¢n ced¨ªa en propiedad a Espa?a el territorio inmediato a Melilla, tomando como base el alcance de un ca?¨®n de veinticuatro mil¨ªmetros que, disparado desde el fuerte de la Victoria, en la ciudad vieja, coloc¨® un ob¨²s a 2.900 metros. Posteriormente se colocaron en un per¨ªmetro dennos seis kil¨®metros los doce hitos que delimitan el territorio.
Lo militar y el urbanismo
La configuraci¨®n urban¨ªstica de la ciudad tambi¨¦n es debida en gran parte a razones de tipo militar, y no s¨®lo por las reservas de suelo para las instalaciones y uso privativo del Ej¨¦rcito. La altura misma de los edificios, que no sobrepasan los cuatro pisos, fue limitada por una ley de finales del siglo XIX, a fin de que no fuera obst¨¢culo para el fuego rasante de las piezas de artiller¨ªa.Actualmente, un real decreto, de 14 de abril de 1978 ha subrayado el car¨¢cter militar de la ciudad al extender las facultades del comandante en jefe de la plaza, entre otras cosas, en lo referido al acceso a la propiedad de los extranjeros y extranjeros nacionalizados. Administrativamente, la supeditaci¨®n de lo civil a lo militar no es menos claro. El delegado del Gobierno en Melilla, con competencia sobre la Administraci¨®n civil y militar, se
excusaba da hacer declaraciones al enviado de EL PAIS, precisamente por el silencio que le impon¨ªa su supeditaci¨®n al Ministerio de Defensa corno comandante general de la plaza.
Melilla ya no es lo que era
La grave crisis de identidad que hoy padece Melilla es, en gran parte, debida s su condici¨®n de plaza militar, porque en el aspecto comercial la ciudad vive uno de sus momentos m¨¢s florecientes. Nacida para la Corona de Castilla por razones estrat¨¦gicas, Melilla se encuentra en 1978 con que ha perdido su raz¨®n de ser originaria. Es una evidencia para los t¨¦cnicos, seg¨²n informaci¨®n recogida por EL PAIS, que Melilla no constituye un objetivo estrat¨¦gico ni para Espa?a ni para Marruecos. Es m¨¢s, la propia defensa de Melilla en el futuro pr¨®ximo se har¨¢ desde la costa peninsular.Esto no quiere decir que se vaya a proceder a una retirada inmediata de los efectivos militares all¨ª situados, ya que el impacto psicol¨®gico sobre la inquieta poblaci¨®n melillense ser¨ªa tan importante como la repercusi¨®n sobre la econom¨ªa de la plaza. Un intento reciente del Ministerio del Interior de retirar unos 43 polic¨ªas, con el fin de reducir en un 20% la plantilla, fue contestado por sectores de la poblaci¨®n. Pintadas contrarias a la marcha de los polic¨ªas -La polic¨ªa es nuestra seguridad- todav¨ªa se pueden ver en los muros de la ciudad. Al margen del efecto psicol¨®gico que esta reducci¨®n de plantilla pudriera tener sobre la poblaci¨®n, la protesta valoraba tambi¨¦n los treinta millones de pesetas anuales que no entrar¨ªan en Melilla por este concepto
Diez mil militares para 68.000 civiles espa?oles
La raz¨®n ¨²ltima del contingente militar que se mantiene en Melilla habr¨ªa que buscarla actualmente no en la protecci¨®n que desde all¨ª pueda prestarse a la Pen¨ªnsula, sino en la seguridad de los espa?oles que viven all¨ª. Unos 8.000 soldados y unos 1.500 oficiales y suboficiales se encargan de prestar esta seguridad a los 55.291 espa?oles que habitan en (a ciudad. cifra en la quo no van incluidos los soldados. peto ,¨ª los oficiales v suboficiales del Ej¨¦rcito y sus familias (en Melilla viven, adem¨¢s, unos 14.000 extranjeros). Esta dotaci¨®n militar se reparte entre los dos Regimientos de Regulares, las tres banderas de la Legi¨®n, Artiller¨ªa, Ingenieros, Caballer¨ªa, la Compa?¨ªa de Mar, Sanidad, Intendencia, Farmacia y otros cuerpos.Nadie en Melilla se atreve a predecir si se va a producir o no una retirada de efectivos militares. La curva de poblaci¨®n de la ciudad registraba una tendencia decreciente desde 1970, que se interrumpe en 1975, a?o en que se inicia una leve recuperaci¨®n. Un t¨¦cnico explicaba a EL PAIS que este cambio de tendencia pod¨ªa ser atribuido a la consumaci¨®n de la retrocesi¨®n del Sahara, que supon¨ªa un alivio ante la presi¨®n marroqu¨ª y cl establecimiento de una prima del cien por cien sobre el salario base de los funcionarios que motiv¨® que se cubrieran todas las vacantes. Esa demanda del funcionariado sobre las plazas de Melilla contin¨²a, aunque el interlocutor no precis¨® si se daba por igual entre funcionarios civiles y militares.
No es extra?o pensar, por tanto, que entre el profesional militar haya muchos partidarios de consolidar su residencia en Melilla, en especial entre aquellas unidades del Ej¨¦rcito tradicionalmente ligadas a ?frica. Por razones de seguridad ante la amenaza que viene del Sur, la mayor parte de la poblaci¨®n desea que de Melilla no se mueva ni un soldado; los comerciantes, tampoco.
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