Nacional catolicismo residual

Como cat¨®lico practicante procuro cumplir con el mandamiento de santificar las fiestas, y as¨ª el domingo 2 de este mes, asist¨ª a la misa de una en la iglesia de los padres benedictinos de la calle de San Bernardo, de este Madrid.No me siento curado de espantos, y as¨ª me sobresalt¨¦ cuando el sacerdote oficiante religioso, de mayor edad, se permiti¨® calificar nuestros d¨ªas actuales de ?tiempos revueltos y confusos?. y al pasar a explicar el por qu¨¦ del t¨¦rmino, al final de la presunta homil¨ªa, se centra en el tema Constituci¨®n, de la que dice, en un tono de mit¨ªn para mejor causa, que ?los cat¨®licos no podemos votar la Constituci¨®n por ser atea?. Este sacerdote que evita dar la paz, aunque no como un otro compa?ero suyo de religi¨®n, que en una actitud muy Lefebvre, casi cism¨¢tica, of¨ªciando de espaldas al pueblo y en un lenguaje no comunicativo en lo espec¨ªficamente lit¨²rgico, sin embargo, este mismo padre, con una perfecta vocalizaci¨®n en la comunicaci¨®n de su opini¨®n ?pol¨ªtica? mov¨ªa, en esa misa de la una, a la molestia y al ?cabreo? profundo de los asistentes a la misa.

Escuetamente, no fue ?contestado? acaso por un a¨²n no total asumimiento de contestar a un sacer dote que se excede o se echa fuera de sumisi¨®n espec¨ªfica de sacerdote del y para el pueblo de Dios.

Me siento obligado a dar a conocer este incidente, con la intenci¨®n de que esta Iglesia residual del nacionalcatolicismo se corrija y ponga el reloj en hora, no tanto laica como ecles¨ªasticamente, y escuche al Papa en las recientes palabras del d¨ªa de San Pedro.