Hoy, Importante reuni¨®n del Consejo Militar mauritano
El Consejo Militar mauritano (CMRN), que asumi¨® el poder el pasado d¨ªa 10, se reunir¨¢ de nuevo este fin de semana para examinar entre otras cuestiones, los resultados de la importante misi¨®n llevada a cabo en Rabat, por el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Cheikhna I. Mobamed Laghdaf.
Laghdaf, que regres¨® ayer a Nuakchott despu¨¦s de poco m¨¢s de veinticuatro horas en la capital marroqu¨ª al frente de una importante delegaci¨®n mauritana, no formul¨® ninguna declaraci¨®n a su regreso, aunque se piensa que del informe que presentar¨¢ ahora al CMRN depender¨¢ la actitud de Mauritania en la cumbre de Jartum, que se inicia el pr¨®ximo d¨ªa 18.Todos los indicios, en Nuakchott, apuntan, sin embargo, en la direcci¨®n de la soluci¨®n del conflicto saharaui y las inc¨®gnitas son solamente en torno a la manera en que esto ser¨¢ llevado a cabo por Mauritania y las posibilidades de maniobra del nuevo r¨¦gimen que. ideol¨®gicamente, no obstante, no parece muy lejano a Marruecos.
En los medios period¨ªsticos de esta capital se apuntan dos nombres como claves en los sucesos ¨²ltimos: de un lado, el comandante Jeddi Uld Salek, actual ministro del Interior y considerado por algunos corno el verdadero hombre fuerte, y Ismail Uld Amar, director de la Societe Nationale des Industries Minieres (SNIM). presidente de la Asociaci¨®n Patronal Mauritana, antes del golpe y miembro del bur¨® pol¨ªtico del disuelto Partido del Pueblo Mauritano, partido ¨²nico.
Ambos hombres parecen ser los grandes estrategas. no s¨®lo del golpe, sino de las medidas que toma el actual Gobierno sobre las cuales todos parecen coincidir en que est¨¢n bien planeadas.
Se se?ala en Nuakchott, la homogeneidad que parece existir entre los miembros del nuevo Gobierno, civiles y militares, y la que existe tambi¨¦n entre los miembros del CMRN, en su mayor parte. hombres de la regi¨®n Este del pa¨ªs.
El final de la guerra que Mauritania se ha visto obligada a soportar en el Sahara, parece imprescindible. Los grandes proyectos de desarrollo, en particular el de ?Guelbs?, que debe sustituir a Zuerat por el a?o 1985. cuando los yacimientos de Zuerat se hayan agotado ha representado una inversi¨®n de 1.000 millones de d¨®lares entre capitales franceses, de organizaciones financieras internacionales. bancos ¨¢rabes principalmente sauditas, kuwait¨ªes, etc¨¦tera.
La hostilidad a la gente del Sur de la regi¨®n de R¨ªo (Senegal) a la integraci¨®n de la parte del Sahara occidental que correspondi¨® a Mauritania, era ya conocida antes del golpe. Algunas personalidades influyentes en la vida pol¨ªtica mauritana, no necesariamente del Sur, pensaban tambi¨¦n que. al agregar esos territorios a Mauritania, Uld Dadah hab¨ªa violado la Constituci¨®n doblemente, al no haber llevado a cabo ning¨²n refer¨¦ndum entre la poblaci¨®n saharaui, ni entre la mauritana.
Los militares del CMRN, m¨¢s pragm¨¢ticos, probablemente, ven la cuesti¨®n sobre todo desde el ¨¢ngulo del enorme esfuerzo econ¨®mico que la guerra hac¨ªa soportar a Mauritania, y que esto parece claro: el pa¨ªs en bancarrota, como sostienen los nuevos jefes, no puede soportar m¨¢s tiempo.
Aunque parecen existir matices importantes entre los miembros del nuevo Gobierno en cuanto a este tenia, no cabe duda de que esas matizaciones no son extensivas a lo principal: la necesidad de acabar con la guerra y continuar los proyectos econ¨®micos que ¨¦sta pon¨ªa en entredicho. y otros nuevos. muy particularmente en el campo de la pesca, el segundo sector prioritario despu¨¦s de la miner¨ªa. seg¨²n declaraciones del propio presidente Mohamed Uld Salek.
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