La se?orita
Me pregunta un erudito, un catedr¨¢tico, un amigo, un sabio. hombre al que quiero y, respeto:-T¨² tienes una se?orita?
Hombre, uno ha tenido varias se?oritas, e incluso alguna se?ora, a lo largo de esta corta vida, pero me sorprende la pregunta en var¨®n tan recto. Empezamos nuestra amistad. hace ya muchos a?os, hablando de Luk¨¢cs, y nunca cre¨ª que acabar¨ªamos hablando de inuieres. Pero no era eso.
-Quiero decir una se?orita archivera.
Ah. bueno. bien, de modo que era eso, qu¨¦ peso me ha quitado de encima, porque cre¨ª por un momento que iba a tener que confesarme en laico con este se?or. o que me iba a echar de la Literatura y de las antoloa¨ªas por tener un ligue.
-No. claro. Yo no ten se?orita.
-Pues Yo te voy a enviar una.
-Vale.
Tambi¨¦n me pregunta si conservo mis originales, mis manuscritos. mi correspondencia literaria, las cartas de Azor¨ªn y todo eso.
-El caso es que a m¨ª Azor¨ªn nunca me escribi¨® ninsmna carta.
Es in¨²til. El erudito quiere eruditizarme. El pol¨ªgrafo quiere poligrafiarme. El sabio quiere convertirnie en materia de sabidur¨ªa. Parece que no hay que tirar nada. que todo es bueno para los estudiosos. cuando uno se ha muerto. ?Me ver¨¢ hoy este se?or con cara de muerto?
La tensi¨®n un poco baja s¨ª que la tengo. como casi siempre. pero muerto del todo no me encuentro. Comprendo de pronto. en esta pausa roja y rubia de julio. que ha pasado el tiempo. que la Historia puede empezar a ensa?arse con uno y que la mitad de mi vida. de mi bioiiraf¨ªa. va no es tal biograf¨ªa. sino bibliograf¨ªa. Eso es lo malo del escritor: que acaba no teniendo biograf¨ªa. sino bibliograf¨ªa.
Cosas que para m¨ª est¨¢n vivas en la memoria involuntaria. y en la voluntaria, como girasoles en explosi¨®n. para el erudito ya son flores muertas de mi medio archivo de medio vivo, medio escritor, medio muerto. Qu¨¦ horror.
As¨ª que en vista de tanto desorden me va a mandar una se?orita. Miro el sol desde la cueva de la sombra. Me tomo una cocacola. La transparencia. Este a?o, la moda de las se?oritas es la transparencia: vestidos flojos. bolsones para el cuerpo femenino, trapos transparentes y nada debajo. As¨ª que hay que estar atentos al resol y a la transparencia, para saber c¨®rno tienen las piernas las de la nueva generaci¨®n, las chicas mitzinszer. ?Me enviar¨¢ el profesor una se?orita transparente. una se?orita de moda transl¨²cida?
Lo clamaba Juan Ram¨®n mientras pase¨¢bamos, a otros resoles. por el Parque del Oeste:
-La transparencia. dios, la transparencia.
Se refer¨ªa a la transparencia po¨¦tica, pero tarripoco
le eran ajenas estas otras transparencias. Me escribe Pedrol R¨ªus. presidente de la Abogac¨ªa Espa?ola extra?¨¢ndose de que yo, con mi edad, pueda haber alternado con Juan Ram¨®n. Pues s¨ª, se?or¨ªa, Juan Ram¨®n dijo esa frase que a usted le gusta y que yo he reproducido el otro d¨ªa. Y tambi¨¦n dijo esto otro de la transparencia. En cuanto a mi alterne con los cl¨¢sicos de todas las ¨¦pocas, ya sabe usted que es mera licencia po¨¦tica. Uno siempre se ha dedicado al alterne y al descorche. como una cabecita loca de la literatura.
-No tires ning¨²n recibo. ninguna factura -me dice mise?ora- muy dispuesta a hacer la declaraci¨®n de la renta.
Yo. que no quiero dejar huella ni rastro tras de m¨ª, ni memoria amarga ni nada. resulta que me veo empapelado de los papeles de una vida. Yo. gran rompedor de cartas y manuscritos. La se?orita, como dulce enfermera ofe esa enfermedad mortal que es la posteridad. va a ocuparse quiz¨¢ de recolectarme a partir del oto?o. O sea. que me lanzo a vivir el ¨²ltimo verano salvaic de mi vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.