El Mundial-82,una cuestion de Estado
Pablo Porta no tiene autoridad suficiente para designar al hombre que ha de dirigir la organizaci¨®n del mundial del 82. Benito Castej¨®n, tampoco. Hay conceptos que pese a ser palmarios no se acaban de comprender. Sobre todo cuando hay gentes interesadas en participar en constantes ceremonias de confusi¨®n. Un mundial es una cuesti¨®n de Estado y por mucho que ciertos personajillos pretendan hacerse con su control tengo la impresi¨®n de que no lo conseguir¨¢n.Una federaci¨®n de f¨²tbol en la organizaci¨®n de un campeonato del mundo no es m¨¢s que una parcela y no la m¨¢s importante. Por encima de los penalties est¨¢n los intereses de los ministerios que se ven afectados. Sobre un mundial tienen m¨¢s que pensar y que decir en Hacienda, Interior, Comercio, Transportes y Comunicaciones y Asuntos Exteriores. La Federaci¨®n debe limitarse a tener un equipo que gane partidos, que es lo suyo.
Estar¨ªa bueno que tras el fracaso de Argentina en todos los niveles todo el mundial cayera en manos de Pablo Porta. Si se crea una Comisar¨ªa Regia o no, para la organizaci¨®n, es otro tema, pero, evidentemente, aunque cueste y duela, los amigos de la casa de Alberto Bosch han de hacerse a la idea de que no son el ombligo del pa¨ªs.
El mundial espa?ol tiene especiales caracter¨ªsticas que van desde las estrictas conveniencias pol¨ªticas a las econ¨®micas. Tendr¨ªa gracia que fuera la Federaci¨®n la encargada de designar las sedes y dictaminar los presupuestos necesarios para que la televisi¨®n en color en Galicia no sea un problema. Ese gol no se lo deja meter ni este Gobierno.
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