Profunda crisis del SLMM ante la apertura de su congreso extraordinario

En un clima de profunda crisis y divisi¨®n hoy inicia un congreso extraordinario, que deber¨¢ dilucidar su viabilidad y su futuro, el Sindicato Libre de la Marina Mercante (SLMM). El primer sindicato espa?ol en el sector -tiene afiliados al 85% de los marinos mercantes llega a este congreso con dos secretariados, que mutuamente se descalifican y se tildan de antiestatutarios, y una profunda divisi¨®n en las bases como consecuencia de las mal disimuladas apetencias de las mayores centrales del pa¨ªs, cuya incidencia en este sector es m¨ªnima.

En la corta historia del SLMM, tres a?os, se han sucedido dist¨ª¨ªatos intentos de las grandes centrales y partidos por hacerse con el control del aparato del sindicato o para integrarlo como una federaci¨®n m¨¢s en sus propias estructuras. El abandono de los ugetistas, que resucitaron a finales del 75 su hist¨®rica organizaci¨®n de marinos mercantes, los enfrentamientos con Comisiones Mari?eiras y el PC de Galicia hasta la expulsi¨®n de Rafael Mulnelo, el nuevo panorama sindical surgido de las elecciones y la naturaleza misma de esta organizaci¨®n que domina un sector vital de la econom¨ªa, son los antecedentes inmediatos y las condiciones objetivas que han conducido a la presente crisis del SLMM. Crisis que se desencaden¨® con especial virulencia a partir de finales de mayo, tras la filtraci¨®n a la prensa de unos contactos mantenidos entre responsables del SLMM y de la UGT.Desde su nacimiento, que cont¨® con el apoyo inicial de todas las centrales y partidos obreros en base a su doble militancia, el SLMM se ha debatido entre los intentos de control por absorci¨®n o por infiltraci¨®n en los cargos directivos de distintas fuerzas organizadas en su seno. Su autodefinici¨®n como sindicato de clase, libre, aut¨®nomo, independiente, democr¨¢tico y unitario no ha evitado que en su nombre -todos defienden p¨²blicamente esos postulados- se hayan librado continuas batallas por el poder en el seno del SLMM.

En este sentido, y a partir de las documentaciones facilitadas por las dos facciones en pugna actualmente, cabe rese?ar los intentos de CCOO en una primera ¨¦poca del SLMM para potenciar desde ¨¦l a Comisiones Mari?eiras y al PCG. Este intento se atribuye a una facci¨®n de CCOO encabezada por Mulnelo, Alonso Crist¨®bal y Romualdo lrixoa., que contar¨ªa con el visto bueno a nivel de secretariado de Garc¨ªa-Salve, y que chocar¨ªa en el seno de las propias CCOO -siempre seg¨²n las mismas fuentes- con la postura de Nicol¨¢s Sartorius y Juli¨¢n Ariza, partidarios de potenciar el SLMM y no crear federaciones paralelas. De hecho, y aunque CCOO p¨²blicamente niega tener organizaci¨®n de marinos mercantes y apoya la unidad e independencia del SLMM, en la Federaci¨®n del Mar de la citada central -seg¨²n declaraciones firmadas de trabajadores de la Trasmediterr¨¢nea y fotocopias de carnets- han afiliado a marinos mercantes y en las elecciones sindicales Comisiones Mari?eiras ha conseguido un buen n¨²mero de delegados en el sector. Las negociaciones del convenio, que superaban en sus reivindicaciones los pactos de la Moneloa, supusieron otro enfrentamiento CCOO-SLMM.

Las declaraciones ¨²ltimas de Jordi Mart¨ª, que ha sustituido a Rivas como secretario general de la Federaci¨®n del Mar de CCOO, manifestando que su organizaci¨®n apoya al SLMM, han significado una relegaci¨®n de los anteriores intentos y han coincidido con los rumores sobre la posible integraci¨®n del SLMM en UGT.

UGT y la actual crisis del SLMM

A finales de mayo, coincidiendo con el desarrollo del XXI Congreso de la UGT, un vespertino madrile?o daba cuenta en una informaci¨®n muy medida, de la existencia de contactos UGT-SLMM para la posible adhesi¨®n de este ¨²ltimo a la UGT, en una operaci¨®n similar a la realizad con la llamada ?alternativa hostelera? de Baleares.

La informaci¨®n fue un detonante v se acus¨® a varios miembros jel secretariado de estar vendiendo el SLMM a la UGT a espaldas de las bases. En las diatribas se recordaba la opearaci¨®n USO del a?o anterior, que llev¨® a la integraci¨®n de buena parte de sus militantes en la UGT, y cuyo secretario general de aquel entonces, Jos¨¦ Mar¨ªa Zufiaur, es el actual encargado de relaciones con otras fuerzas sindicales de la central ugetista. En este ambiente y entre continuas acusaciones de prougetistas y pro Comisiones Obreras en la prensa, se celebra en los primeros d¨ªas de julio una coordinadora de responsables del SLMM, donde arrecian las cr¨ªticas hacia varios miembros del secretariado y ¨¦stos ponen su cargo a disposici¨®n de la asamblea. Esta elige un nuevo secretariado, en el que figuran dos miembros del anterior, los se?ores Alonso Barc¨®n y Cot, en tanto que los otros tres miembros no se presentan a la reelecci¨®n. Estos, los se?ores Lobeto, Rubi?o y Rivas, alegan que la elecci¨®n es antiestatutaria y la impugnan en la AISS, produci¨¦ndose la parad¨®jica situaci¨®n de la existenc¨ªa de dos secretar ados enfrentados que para poder llevar adelante la celebraci¨®n del con,greso del SLM M tienen que convocarlo conjuntamente.

Postura de las centrales

En esta situaci¨®n, las centrales se aprestan a dar comunicados fijando p¨²blicamente su posici¨®n. Comisiones Obreras, en notas y declaraciones, manifiesta su oposici¨®n a que el SLMM desaparezca y afirma su apoyo al mismo. UGT, en un comunicado, afirma respetar la autoridad del SLMM y niega cualquier ¨ªnjerencia suya en el citado sindicato, para terminar manifestando -tras recordar su pol¨ªtica unitaria- que UGT valorar¨ªa posl tivamente la unidad con el SLMM. La Uni¨®n Sindical Obrera y el Sindicato Unitario tambi¨¦n apoyan p¨²blicamente la unidad e independencia del SLMM frente a los intentos de asimilaci¨®n o debilitamiento del mismo.

Un futuro incierto

De alguna manera, el futuro del SLMM, independientemente de lo que suceda en este congreso, depende de las dos grandes centrales: CCOO y UGT. Sus posturas como sindicatos y la actitud de sus mi litantes o simpatizantes en el seno del SLMM van a hacer viable o inviable esta primera experi.encia unitaria en nuestro pa¨ªs.