EEUU desmiente su participaci¨®n en el caso Moro
La embajada de Estados Unidos en Roma tuvo ayer que salir al paso, con un lenguaje desusado y rotundo, a las versiones de una participaci¨®n de intereses norteamericanos en el secuestro y posterior asesinato de Aldo Moro. El agregado de prensa de esa representaci¨®n manifest¨® que son ?insinuaciones tan falsas como despreciables? las publicaciones de medios period¨ªsticos italianos.Pero la aclaraci¨®n de la embajada qued¨® relegada en las p¨¢ginas interiores de los peri¨®dicos, mientras los grandes titulares se reservan para las nuevas pruebas que avalar¨ªan aquella teor¨ªa. Las insinuaciones hablan desenfadadamente de que en los c¨ªrculos dirigentes de la Democracia Cristiana italiana toma cuerpo la idea de que Moro fue v¨ªctima de un complot organizado con la intervenci¨®n -dice textualmente la revista Panorama -de influyentes c¨ªrculos econ¨®micos y militares de Estados Unidos.
Las supuestas pruebas se acumulan en la prensa italiana. Un ¨®rgano de la izquierda recuerda que dos semanas antes del secuestro el embajador de Estados Unidos en Roma, Richard Gardner, dict¨® una conferencia en su pa¨ªs, en la Universidad de Columbia, Y dijo que ?Aldo Moro es el m¨¢s peligroso y ambiguo personaje de la escena pol¨ªtica italiana?. En la misma disertaci¨®n del diplom¨¢tico se ofreci¨® un cuadro negativo de la pol¨ªtica de apertura hacia los comunistas, de la cual el dirigente asesinado era un s¨ªmbolo, Tambi¨¦n se recuerda que un enviado especial de Italia ante el departamento de Estado recibi¨® un categ¨®rico rechazo a una insinuaci¨®n de invitar a Moro a Estados, Unidos.
A un ex funcionario italiario experto en temas de seguridad de informaciones se le atribuye haber sido el primero que sugiri¨® una intervenci¨®n extranjera en el asesinato de Moro. Se trata del ex subsecretario del Interior, Giuseppe Zamberletti, quien denunci¨® interferencias internacionales en el terrorismo. Dijo que exist¨ªa en Europa aut¨®noma entraba en colisi¨®n favorecida tanto por los pa¨ªses del bloque sovi¨¦tico como por los occidentales. Agregaba que una Europa aut¨®noma entreba en colisi¨®n con ?gruesos intereses de grupos econ¨®micos multinacionales y con pa¨ªses que no quieren turbar el equilibrio estrat¨¦gico pol¨ªtico?. Ya anteriormente al crimen de Moro, el mismo funcionario hab¨ªa vinculado a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) con las acciones terroristas.
El propio sucesor de Moro en la presidencia de la Democracia Cristiana, Flaminio Piccoli, se preguntaba en una nota period¨ªstica: ??Qui¨¦n es el que no quiere que los italianos hagan pol¨ªtica por s¨ª mismos, busquen v¨ªas propias y aut¨®nornas para resolver conflictos y dificultades??
As¨ª, en un ?crescendo? de dudas e insinuaciones, todas recogidas por la prensa italiana, se lleg¨® al proyecto de crear una comisi¨®n parlamentaria investigadora que establezca si ?detr¨¢s de la etiqueta de las Bripadas Rojas, o al flanco de ellas, se esconden tambi¨¦n diversas organizaciones de terrorismo pol¨ªtico eventualmente dirigidas o coaligadas con servicios secretos de potencias extranjeras?.
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