Extra?as oposiciones
Cuando al fin se acepta hacer oposiciones, resulta obligado tragar con las reglas del juego. Con esos ¨¢nimos afront¨¦ las oposiciones al cuerpo de Agregados y Catedr¨¢ticos Numerarlos de BUP, que el mes pasado se han realizado en Madrid. Pero lo que no esperaba encontrar era el prop¨®sito manifiesto por parte del tribunal (me refiero al n¨²mero 3 de agregados, presidido por Alvaro Alba Alvarez) de sobrea?adir una buena dosis de falta de seriedad profesional de consideraci¨®n hacia los opositores. a la irracionalidad y angustia que las oposiciones ya de por s¨ª comportan.As¨ª. tal tribunal ha logrado convertir el ejercicio pr¨¢ctico, cuya naturaleza se le revela al opositor con unos diez d¨ªas de antelaci¨®n y cuyo valor ha sido tasado en cuatro quintas partes del conjunto de la primera prueba (eliminatoria), en un extenso programa de acertijos, tales como rellenar un mapa mudo de Africa con nombres de estados, capitales y a?os de independencia, variedades clim¨¢ticas. Por mi parte. puedo atestiguar que todo intento de comentar textos hist¨®ricos, diapositivas de arte.... por documentado que estuviera, no logr¨® sacar a los miembros del tribunal de su indiferencia y actitud ausente. salvo cuando alud¨ªa a alguna pista sobre la identificaci¨®n (nombre, a?o, autor ... ).
Pero con ser el hecho sintom¨¢tico del car¨¢cter regresivo de la irracionalidad de los criterios seguidos para ?cribar?, adem¨¢s de cuestionable la relaci¨®n que dicho tribunal ha establecido entre ese tipo de ejercicios y la programaci¨®n y m¨¦todos m¨¢s afines al BUP, m¨¢s negativamente a¨²n pes¨® sobre nuestra moral de opositores la falta de consideraci¨®n por parte del tribunal, en particular durante las lecturas de los ejercicios: signos patentes de impaciencia; continuas miradas al reloj cuando el comentario era tal y no mera respuesta de acertijo; comentarios, audibles desde los asientos de los espectadores, tales como ?c¨®mo todos tarden igual, apa?ados vamos ... ?; interrupciones, sonrisas... En mi caso, en un momento dado -y no es el caso m¨¢s grave-, s¨®lo un miembro del tribunal andaba ocupado en escucharme. De los dem¨¢s, mejor no hablar.
S¨®lo necesitaba tres puntos para pasar, lo que, a juzgar por la opini¨®n de algunos compa?eros que escucharon el ejercicio, estaba asegurado. Pues bien, me dejaron en la cuneta, ignoro con qu¨¦ elementos de juicio. Mientras tanto, en el tribunal n¨²mero 2 de oposiciones a catedr¨¢ticos, cuya seriedad y sentido de la responsabilidad hemos comentado m¨¢s de una vez los opositores, obten¨ªa la m¨¢xima puntuaci¨®n total. Parad¨®jicamente y digno de reflexi¨®n.
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