Boris Vian y la escritura "collage"
"S¨®lo existen dos cosas: el amor en todas sus manifestaciones. con hermosas muchachas, y la m¨²sica de Nueva Orleans o la de Duke Ellington. El resto deber¨ªa desaparecer, porque el resto es feo ...", escribe Vian en el pr¨®logo a La espuma de los d¨ªas para, acto seguido. introducirnos en la lectura de con casi toda probabilidad, una de sus mejores novelas Ni, en donde su rasgo m¨¢s notable, ese de la estructura collage que practic¨® con asiduidad a lo largo de su vida, adquiere su m¨¢xima coherencia en lo referente a su escritura. En efecto si la relaci¨®n amor-jazz nos sugiere un cierto tacto surrealista. consecuencia en Vian de un cierto tipo de vitalismo mal acomodado al ojo inm¨®vil de Breton, en la narraci¨®n de los amores de Colin y ChIo¨¦, de Isis y Nicol¨¢s o de Alise Y Chick asistirnos a la espuma, incoherente en cuanto no resiste el an¨¢lisis del collage, a la t¨¦cnica del sketch el cinematogr¨¢fico a la muestra descarnada de sus maestro y estilos correspondientes a un cierto tipo de imaginaci¨®n mal acomodada al desvelar autom¨¢tico y que sin embargo en breves muestras casi a cuentagotas. Vian con que introducir en su novela y que producen ese repelente aleteo del inconsciente que a?os atr¨¢s. Peret o Desnos se esfrzaban en vislumbrar en la penumbra de un apartarmento de la rue Fontaine.
La espuma de los d¨ªas
Boris Vian. Editorial Bruguera. Barcelona, 1978.
El desorden arm¨®nico
De esta forma todos los rastros nos inducen a pensaren Vian como aquel que intentando probarlo todo no llevo a sus ¨²ltimas consecuencias ninguno de sus postulados. Su vida nos parece un p¨¢lido refIejo, salvando el motivo primordial de aquella que llev¨® a Duchamp a abandonar el arte y dedicarse a partir del ajedrez a descubrir el desorden arm¨®nico de las cosas. Ingeniero. m¨²sico de jazz escritor. sus novelas (de la que es un buen ejemplo La espuma de los d¨ªas) sugieren todo a la vez. no sugieren nada. salvo la comparaci¨®n crudita lo que siempre es s¨ªntorna de mal augurio para el arte. As¨ª el humor a fuerza de querer ser corrosivo no resiste una p¨¢fina de Vache o Rigaut: la preocupa
ci¨®n por dotar a su escritura de un ambiente maquinista no est¨¢ mejor conseguida que un Oeil Cacodylate de Picabla o un breve texto de Roussel o Kafka. donde esa im pronta se reconoce precisamente en la ausencia de toda referencia al mundo mec¨¢nico. Llamado ?¨²ltimo v¨¢stago del surrealismo?, Vian nos recuerda m¨¢s al ac¨®lito del ?Club de la Serpiente? que Cort¨¢zar visit¨® en su d¨ªa, por tanto, la influencia de Topor se deja sentir aqu¨ª y si a todo ello a?adimos la preocupaci¨®n existencial y el ho preocupaci¨®n menaje-entierro que Vian procura a Sartre a lo largo de La espuma de los d¨ªas, donde. adem¨¢s, existen di¨¢logos que podr¨ªan ser firmados por lonesco, se concluir¨ªa con la imagen de un Boris Vian, enfant terrible del arte y frecuentador de los c¨ªrculos de Montparnasse.... si no lo nublara la imagen de Raymond Radiguet.
T¨¦cnica del collage, collage mismo, La espuma de los d¨ªas es una obra que, como todas las de su autor es una buena novela menor. Si la literatura comienza y acaba en el mito. en frase tan cara a Borges, quiz¨¢ comprendamos precisamente el de Vian. por sus a?os por su tipo de vida por el supuesto esc¨¢ndalo (?), sin desde?ar la im portancia ya cr¨®nica que a este lado de los P¨ªrineos damos a todo lo que venga v¨ªa Par¨ªs, aunque cada vez en grado menor, felizmente.
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