Desinfecci¨®n
El capitalismo del que hablan los pol¨ªticos y su clientela y el capital son dos entes que aparecen a todas horas en todas partes, como figuras de la m¨¢xima actualidad, iguales a s¨ª mismas siempre, seg¨²n algunas personas. Tambi¨¦n el capitalista es un personaje conocido y, para ciertos efectos, lo mismo da que sea Morgan o Ford que el se?or Soler, de Manresa, el se?or Astaburnaga, de Mondrag¨®n, o el agente de una compa?¨ªa que ha montado todo a base de cr¨¦ditos, m¨¢s o menos chapuceros. El capital que se escapa subrepticiarnente es el, mismo que el del que aguanta crisis y percances, o el del que ha ahorrado y metido en bolsa algo en 1974 y hoy se encuentra con la cuarta parte, gracias a volatilizaciones que s¨®lo un grupo de iniciados pueden saber a qu¨¦ obedecen: ?Esas cosas que suben y bajan en la city?, como dec¨ªa el personaje de Dickens. ??Los omnibus? No. No precisamente los omnibus, sino las acciones.? Capital omnibus, capital estafermo, capital reptil. Siempre igual a s¨ª mismo. Ya lo dice la sabia consigna proletaria: ?Que el capital pague la crisis.? Los que somos hijos de humildes patronos con problemas de pagos semanales pavorosos no sabemos del capital m¨¢s que cosas malas y quepreferimos no recordar. ?Qu¨¦ bien se est¨¢ sin una imprenta a cuestas! Pero los profesores, los pol¨ªticos y su clientela saben mucho, much¨ªsimo m¨¢s, y a cuenta del capital nos narran historias maravillosas y peregrinas. que ilustran altamente.El famoso profesor ingl¨¦s Tawney escribi¨® un libro sobre el papel de la religi¨®n en el otro del capitalismo moderno, desarrollando las ideas de Max Weber sobre la influencia de la ¨¦tica protestante del Renacimiento y de despu¨¦s. para que las clases capitalistas europeas. calvinistas sobre todo. vivieran contentas pensando que sus ¨¦xitos se deb¨ªan a la gracia divina, que lo da todo en este mundo.
Como es sabido. ha habido quienes pretendieron invalidar la tesis de Weber v de Tawney, alegando que ya hab¨ªa un capitalismo cat¨®lico en la Italia del siglo XIV y en otras partes. Pero la verdad es que hay signos m¨¢s que suficientes para creer que la gracia divina sigue ejerciendo su influencia sobre el capitalismo protestante. Protegiendo a los que tienen mucho dinero en pa¨ªses calvinistas. El hecho plantea de todas formas, unos problemas serios al investigador.
Porque de un lado en efecto est¨¢ Calvino, con su teor¨ªa de la siracia. De otro, el gran frigor¨ªfico de los Alpes, la pulcra Suiza. Pero a¨²n es un misterio c¨®mo a fuerza del poder de la gracia y del car¨¢cter as¨¦ptico del clima alpino se purifican y hacen morales las fortunas m¨¢s feamente adquiridas en pa¨ªses cochambrosamente cat¨®licos del sur de Europa y de la Am¨¦rica llamada Latina acaso por recuerdo m¨¢s de Venes y L¨²culo que de Cicer¨®n. En estas Y aquellas tierras el capitalismo es feo, ordinario, decadente. Hay en ellas dos formas groseras de hacer dinero. seg¨²n las observaciones de los antrop¨®logos y soci¨®logos. Una a menor escala se realiza en lo que se llaman ?comidas de negocios?. En un restaurante afamado se re¨²nen una porci¨®n de caballeros atildados. bien vestidos correctos. Y despu¨¦s de la lubina o el salm¨®n conciertan un negocio sobre cr¨¦ditos y otras operaciones dificultosas para el que no come lubina: es decir. para el que no est¨¢ en el secreto. Esta forma de organizar negocios es la menos productiva. Hay otra m¨¢s rara y de mayor producto. Dejando los restaurantes, se van los organizadores a un coto de caza. Sierra Morena es un campo de operaciones ¨®ptimo para el efecto, igual que en tiempo de los bandidos genurosos. All¨ª los magnates con t¨ªtulos de todas clases entre pieza y pieza muerta. conciertan grandes e inmorales especulaciones. Nacionales e internacionales. La caza es por doble o triple partida: Cacusa. Sofisa. Putesa. todo lo que se quiera de inmoral y fundado en la protecci¨®n del poder. Dinero a chorros. ?Qu¨¦ hermosura!
M¨¢s. ?ay!, es un dinero cat¨®lico, un dinero que, como el que se produce allende los mares, tiene todas las apariencias de no estar protegerelo por la gracia divina. No en balde hay un refr¨¢n castellano que dice que los dineros del sacrist¨¢n cantando se vienen y cantando se van. Hay que evitar esto.
Para que este dinero sacristanesco se estabilice hay que hacerle llegar a los Alpes. All¨ª, por influencia de la nieve y de Calvino. se ha c e as¨¦ptico inm¨®vil. abstracto. El presidente Pel¨¢ez, de la Rep¨²blica de Guanacoteca o el ministro X de nuestra pobre patria, se convierten en un n¨²mero. que no es el de la bestia, del Apocalipsis, sino el de una cuenta libre de toda sospecha de inmoralidad. ?Beneficios de la ¨¦tica protestante de estar en la verdad y con Dios! Ahora habr¨ªa que escribir la segunda parte de la obra de Tawney. La religi¨®n en la decadencia del capitalismo. Todos estamos de acuerdo en pensar que en estos pa¨ªses cat¨®licos y por tanto. inmorales es algo equ¨ªvoco. podrido cuando es peque?o, o con proporciories monstruosas, teratol¨®gicas cuando es grande. Pero si llegan los dineros a los Alpes Y se purgan las lacras de origen. el capital. el capitalisnio y el capitalista se dignifican, se santifican se llenan de gracia. Gracia calvinista. por supuesto. Lejos de la barah¨²nda hisp¨¢nica o latinoamericana debe ser un gran consuelo pensar que uno no es un organizador de negocios en cacer¨ªas sanguinarias con gentes chanchulleras inmorales sino un simple n¨²mero, aunque coincida con el 6666.
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