El River Plate gan¨® el Villa de Madrid
El Villa de Madrid tuvo una final hermosa y emocionante, con mucha dureza y mal arbitraje como notas negativas que no llegaron a estropear el espect¨¢culo. El Atl¨¦tico hizo un buen f¨²tbol, pero se encontr¨® a un equipo con excelente defensa y alt¨ªsimo nivel t¨¦cnico individual. Beto Alonso volvi¨® a ason-ibrar con su espectacular regate. Fillol detuvo en la segunda parte un penalti lanzado por Leal. El partido y la pr¨®rroga finalizaron sin goles y el River se proclam¨® campe¨®n en los lanzamientos desde el punto de penalti.El encuentro supuso la presentaci¨®n ante el p¨²blico de Madrid de dos caras nuevas en el Atl¨¦tico: el meta Navarro, fichado del Burgos, y el centrocampista Javi, formado en el Atl¨¦tico Madrile?o. Javi se coloc¨® en la media como sombra de Beto Alonso mientras Marcial y Leal cargaban con el peso de organizar el Juego. En punta quedaban s¨®lo, Gonz¨¢lez y Rub¨¦n Cano. Ayala era de los cuatro centrocampistas el m¨¢s retrasado, cumpliendo funciones defensivas, de l¨ªbero situado por delante de la l¨ªnea formada por Marcelino, Arteche y, Cap¨®n. Pereira, detr¨¢s de la defensa, acud¨ªa continuamente en socorro de Arteche, que pas¨® dificultades con Luque
El River, enfrente, dispon¨ªa un cuatro-tres- tres con los mismos hombres que ganaron al Rayo, y con Beto Alonso de nuevo como eje del juego. Javi mantuvo algo mejor el tipo ante ¨¦l que lo hab¨ªa hecho Puig Solsona en la semifinal, pero no pudo frenarle, ni mucho menos. Alonso se mostr¨® esta vez mucho m¨¢s activo y treniendamente acertado en el regate, y fue una continua pesadilla. Juan Jos¨¦ L¨®pez mejor¨® tambi¨¦n su actuaci¨®n del d¨ªa anterior, y gracias a estos dos hombres el River jug¨® mucho y bien en la media, con frecuentes incorpora ciones de Passarella. Pero le falt¨® brillantez arriba, porque tanto Gonz¨¢lez como Ortiz se arruga ron ante la dureza de Marcelino Cap¨®n y no prodigaron sus coladas, por lo que Luque vagaba so lo y el buen f¨²tbol del Rive mor¨ªa en la media.
Enfrente, el Atl¨¦tico luchaba y daba le?a en el centro del campo y hac¨ªa f¨²tbol y recib¨ªa a su vez patadas en la delantera. Gonz¨¢lez result¨® leslonado en una rodilla a poco de err¨ªpezar el partido y hubo de ser sustituido por Lelvinha que se mostr¨® muy bajo de forma. El cambio rest¨® posibilidades al Atl¨¦tico en el ataque, porque Gonz¨¢lez, con ganas y buen disparo, hubiera sido m¨¢s peligroso. Rub¨¦n Cano batall¨® bien entre Perfumo y Passarella y Leal se colaba con cierta frecuencia por la izquierda. Pero al Atl¨¦tico para alcanzar el buen f¨²tbol del d¨ªa del Derby, le falt¨® la inspiraci¨®n de Marcial. que anoche se estrell¨® con el tosco y duro Merlo.
La mayor parte del partido se jug¨® en la zona media del River, donde alternaban los destellos de clase individual de unos y otros con las entradas m¨¢s agresivas, pero, pese a las patadas, se vio f¨²tbol, y de cuando en cuando disparos a puerta. Passarella estrell¨® un cabezazo en el larguero y, poco m¨¢s tarde, segu¨ªa el mismo camino un soberbio tiro de Leal. Fillol confirm¨® su categor¨ªa al detener un penalti lanzado por estejugador y un par de formidables disparos, y tuvo mucho que ver en que se llegara al final con err¨ªpate a cero. La pr¨®rroga fue reservona por parte del River, acaso porque ten¨ªa fe en los lanzamientos, y los hechos te dieron la raz¨®n. El enfado del p¨²blico con intentos de agresi¨®n a los argentinos cuando sub¨ªan hacia el palco para coger la Copa fue un triste y feo ep¨ªlogo a un partido tenso, emocionante y dotado de muchas de las bellezas del f¨²tbol. Desgraciadamente, la mayor parte de los p¨²blicos no aprecian estas virtudes y no quieren otra cosa que ver ganar al de casa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.