Grave crisis social en Per¨² por las exigencias del FMI
Las ¨²ltimas medidas tomadas por el Gobierno peruano, forzado por el Fondo Monetario Internacional, para paliar en alguna medida la grav¨ªsima crisis econ¨®mica que sufre el pa¨ªs, pueden conducir al Per¨² a la debacle social. Dirigentes de los partidos pol¨ªticos y diversos observadores no ocultan sus temores de que la ola de huelgas que sufre el pa¨ªs, sumadas al enorme clima de descontento producido por las recientes decisiones gubernamentales, provoquen sangrientos estallidos de violencia.Para reducir el d¨¦ficit fiscal, calculado en 34.000 millones de pesetas, el Gobierno del general Morales Berm¨²dez decret¨® una criba de funcionarios p¨²blicos, que puede provocar el desempleo de unas 60.000 personas. El Gobierno piensa que, con esta medida, puede ahorrar 5.200 millones de peseta anuales. Pero 70.000 personas puestas en la calle de un solo golpe unidas a otras tantas decenas de miles de parados, pueden formar con los huelguistas mineros, empleados de banca y trabajadores de hospitales del Estado, un frente de conflicto social dif¨ªcilmente manejable.
Parece que el Gobierno, aun considerando las graves consecuencias de la medida, est¨¢ dispuesto a llevarla hasta sus ¨²ltimas consecuencias. La ¨²nica alternativa ofrecida afectar¨ªa a un cuerpo social mucho m¨¢s amplio. Las autoridades econ¨®micas peruanas en efecto, han explicado que si el medio mill¨®n de empleados al servicio del Estado aceptan una reducci¨®n de sus salarios del 12%, podr¨ªa evitarse el despido de los 60.000 compa?eros.
Es preciso se?alar que el sueldo medio de los funcionarios p¨²blicos es de 91 d¨®lares (7.200 pesetas), que con la propuesta de reducci¨®n, quedar¨ªan convertidos en ochenta (poco m¨¢s de 6.000 pesetas). Muy pocos son los que se atreven a afirmar que se produzca el necesario sentimiento de solidaridad entre los empleados estatales para evitar el despido de 60.000 compa?eros.
Todos estos problemas est¨¢n directamente relacionados con las presiones que ejerce sobre Per¨² el Fondo Monetario Internacional, principal acreedor de Per¨². La deuda externa de este pa¨ªs, de novecientos millones de d¨®lares (70.000 millones de pesetas) en 1970 ha pasado a ser de 8.000 millones este a?o (640.000 millones de pesetas). Per¨² ni siquiera est¨¢ en disposici¨®n de atender el 10% de los servicios de esa deuda.
Es preciso se?alar, adem¨¢s, que en las cifras anteriormente citadas no se incluyen las deudas, que se suponen crecidas, contraidas con la Uni¨®n Sovi¨¦tica por las cuantiosas compras de material b¨¦lico realizadas durante la ¨¦poca del general Velasco Alvarado.
Para cubrir de alguna forma los servicios de la deuda exterior, Per¨² solicit¨® hace poco al Fondo Monetario Internacional un nuevo cr¨¦dito de doscientos millones de d¨®lares ( 1.600 millones de pesetas). Las autoridades del Fondo exigieron al Gobierno peruano, para acceder a su petici¨®n, una serie de medidas de pol¨ªtica econ¨®mica que supusieron, b¨¢sicamente, aumentos muy considerables en los precios de los art¨ªculos de consumo de primera necesidad. Despu¨¦s del anuncio de estas medidas, en mayo ¨²ltimo, estallaron violent¨ªsimas manifestaciones que produjeron un saldo oficial de veinticuatro muertos, aunque dirigentes pol¨ªticos aseguran que el balance real es mucho mayor.
La anunciada decisi¨®n de despedir a 60.000 empleados p¨²blicos corresponde, igualmente, al ?paquete? de imposiciones del FMI para acceder a las peticiones peruanas. Una vez en vigor las medidas, se espera el anuncio de una moratoria de tres meses para los pagos ya vencidos y la concesi¨®n de un nuevo cr¨¦dito de doscientos millones de d¨®lares. Lo imprevisible, de todo punto, es la reacci¨®n popular ante estas medidas.
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