Tres funcionarios para seis torillos

Las llamadas figuras del toreo, perd¨®n, los funcionarios del monopolio, hicieron el pase¨ªllo en Toledo, para pasear delante de seis torillos de AP. L¨¦ase seis corderos, sospechosamente romos, derrengados y c¨®modos. Estos funciona irlos desempe?aron su papel con su reconocida categor¨ªa de bur¨®cratas del toreo, con perd¨®n por lo de toreo, Teruel. sonriente, relamido y, cursi. Manzanares, del que dicen que es un muletero, alguien sabr¨¢ por qu¨¦. Y Nime?o II, en oscuro funcionario, un muchachito sin personalidad ni decisi¨®n. Los tres funcionaron a destajo, entre la indiferencia general y la menor emoci¨®n. Se hace dif¨ªcil contar algo, recordar algo; los seis dijes pasaban mil veces delante de las narices de los toreros y nada. Nada porque no hay calidad, ni afici¨®n, ni la menor profesionalidad. Son unos tristes funcionarios que salen a representar una obra de teatro ya muy vista. O se pone remedio de una vez a esta situaci¨®n o estos sopor¨ªferos se?ores y sus mentores acaban con la paciencia de la gente.El primero sali¨® con una cornada en el anca, y derrengado, entre fuerte bronca, Teruel lo tante¨® precavido y sin confianza; tore¨® con la mano alta, afectado y desconfiado. Al cuarto. un corderito, que entraba en la muleta cansino y tontorr¨®n, le hizo una faena pesada Y adocenada. Perfilero Teruel dio pases aseaditos en cantidad. De pronto a Teruel le dio por los circulares, ?media docena de circulares que van!

Manzanares en el segundo estuvo anodino, faena del unipase, sin dominio alguno, recorri¨® todo el ruedo tras el torillo. Labor pesada sin calidad; s¨®lo un pase de pecho con la derecha y ah¨ª se acab¨® la esencia del alicantino. Con el quinto no pudo, estuvo falto de sitio, desconfiado, perdi¨® los papeles. Ni torea, ni puede con el borrego ni tiene afici¨®n. As¨ª, este torero con pretensiones de figura ni siquiera interesa al p¨²blico.

Muy mal Nime?o II. Otro hombre sin sitio y aburrido. Al tercero lo tore¨® con mimo y delicadeza para que no se cayera el debilucho animal; pero, eso s¨ª, de perfil, y con el pico de la muleta, es decir, con todas las afectaciones y defectos. Con el sexto no pudo y se desconfi¨® ?qu¨¦ miedo! Encima este torero vulgar no tiene el valor m¨ªnimo para enfrentarse a un choto visiblemente romo de cabeza y sin peligro. Eso s¨ª, con las banderillas, carreras para un lado, carreras para otro y clavar a cabeza pasada; para salir despu¨¦s de la suerte, despavorido, en busca de la boca del burladero y del banderillero dispuesto al quite.

Los ¨²nicos toreros en la plza fueron los banderilleros: Rafael Corbelle, El Ecijano y Solanito, pero las figuritas faltar¨ªa m¨¢s no les dejaron lucirse y pidieron exigentes a la presidencia, siempre obediente, el cambio de tercio.