Ciento once cardenales a la b¨²squeda de un Pont¨ªfice italiano
El grupo de cardenales m¨¢s poderosos de todos los que integran la curia romana es el que representa a Italia. No es extra?o, pues, que sean los italianos los que tengan la mayor posibilidad de influir en la designaci¨®n de Papa.Ser¨¢n 111 cardenales los que intervengan en la elecci¨®n del Pont¨ªfice. Por simple deducci¨®n l¨®aica, resultan cuando menos ut¨®picas esas esperanzas de los cat¨®licos del Tercer Mundo que proclaman la necesidad de un Papa que comparta su procedencia. El Papa, seg¨²n todos los indicios, ser¨¢ italiano. Los veintis¨¦is cardenales de esta nacionalidad se encargar¨¢n de garantizarlo. No hace falta ser monse?or Taranc¨®n y sentarse en el c¨®nclave con los otros tres cardenales espa?oles para establecer que, en efecto, ser¨¢ muy dif¨ªcil romper la tradici¨®n.
Los norteamericanos son los que en los ¨²ltimos meses han tratado de llevar las deliberaciones de la curia hacia zonas distintas a las habituales. Con sus trece votos, pocas van a ser sus oportunidades de romper una tradici¨®n que perturba a los progresistas, pero resulta confortable para la mayor¨ªa de los que se sientan en el c¨®nclave.
Los brit¨¢nicos, por su parte, siempre han abrigado la esperanza de situar a un cardenal suyo en la c¨²spide de la Iglesia cat¨®lica. Sin embargo, lo exiguo de su representaci¨®n cardenalicia -s¨®lo dos cardenales, George B. Hume, 55 a?os, y Joseph G. Gray- y la juventud de Hume, el hombre con m¨¢s personalidad del catolicismo brit¨¢nico, invalidan esta opci¨®n, cuyo triunfo, por otra parte, podr¨ªa ser muy importante para equilibrar en el Reino Unido la relaci¨®n de fuerzas existente entre la mayor¨ªa protestante y la minor¨ªa cai¨®lica.
Los siete cardenales franceses disfrutan de muy buenas relaciones con el Vaticano y en los ¨²ltimos tiempos alguno de ellos ha disfrutado de posiciones muy poderosas. Jean Villot, 72 a?os, es el cardenal camarlengo y secretario de Estado de la Santa Sede. Suya ha sido la responsabilidad de llevar las riendas del Vaticano durante el per¨ªodo de transici¨®n que culminar¨¢ dentro de unos d¨ªas y que se inici¨® con la muerte de su amigo Pablo VI.
La Iglesia cat¨®lica alemana no es poderosa en n¨²mero, pero s¨ª en influencia, como la austr¨ªaca. La primera est¨¢ representada en la curia por cinco cardenales,-uno de los cuales, Joseph Ratzinger, 52 a?os, ha sido citado entre los papables. Austria s¨®lo tiene un cardenal, Franz Koenig, 73 a?os, una de las personalidades m¨¢s importantes del catolicismo internacional. Junto con el holand¨¦s Johannes Willebrands, ha sido unode los papables m¨¢s reiterados desde que muri¨® Pablo VI. Willbrands, 68 a?os, secretario para la Uni¨®n de los Cristianos, conserva su prestigio y sus posibilidades.
Pero tanto el voto de Willebrands como los de sus colegas de los restantes pa¨ªses del mundo tendr¨¢n que someterse al final a la dictadura de Italia. El Papa ser¨¢ italiano. Benelli, Baggio, Bertoli. Las tres B m¨¢s importantes de la Iglesia cat¨®lica eran en las ¨²ltimas horas los citados con m¨¢s insistencia como papables. Ninguno de ellos ha sobrepasado los setenta a?os de edad, la edad media aproximada de los 111 votantes.
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