Los socialistas renuevan sus ataques contra el presidente portugu¨¦s
La rueda de prensa del presidente de la Rep¨²blica, el anuncio de la entrada en funciones, el pr¨®ximo martes, del Gabinete Nobre da Costa, el debate parlamentario sobre la ley electoral y los muchos problemas que sigue enfrentando el pa¨ªs, no consiguen desviar las atenciones de los comentadores nacionales y extranjeros del tema que se ha convertido en el centro de la crisis: el enfrentamiento entre el Partido Socialista y la presidencia de la Rep¨²blica. Enfrentamiento que tiende cada vez m¨¢s a asumir la forma de una oposici¨®n Eanes-Mario Soares.
Y esto, a pesar de los aparentes esfuerzos de los dos principales interesados. Mario Soares se ha emitido, desde el inicio de la crisis, a una reserva absoluta que contrasta con su habitual protagonismo. El general Eanes, en su rueda de prensa, ha desmentido formalmente la existencia de un desacuerdo entre ¨¦l y el dirigente del PS, admitiendo tan s¨®lo la existencia de malentendidos que ?deben ser r¨¢pidamente resueltos?.Pero todo sigue pasando como si, alrededor de estas dos personalidades, fuerzas poderosas se esforzaran en agravar el conflicto y hacerlo irreversible.
La rueda de prensa del presidente Eanes ha dado lugar, independientemente de las razones que han presidido su realizaci¨®n, a una campa?a de opini¨®n favorable al jefe del Estado. Pasadas las primeras reacciones, generalmente favorables, el tema que tiende a prevalecer sobre todos los otros es el de una eventual elecci¨®n presidencial anticipada, que el presidente Eanes admiti¨® como ?¨²ltimo recurso?, pero que sus partidarios encaran como aut¨¦ntico plebiscito.
Los primeros comentarios a la composici¨®n del Gobierno Nobre da Costa tienden a adoptar el mismo car¨¢cter dicot¨®mico. El primer peri¨®dico a lanzarse en la pol¨¦mica es el diario del diputado socialista Ra¨²l Rego. Despu¨¦s de afirmar que el nuevo Gabinete tendr¨¢ un car¨¢cter ?n¨ªtidamente conservador?, el comentador de A Luta distingue tres orientaciones entre las personalidades que componen el nuevo Gobierno: ?tecn¨®cratas conservadores?, de la confianza personal de Nobre da Costa, ?elementos militares?, que llevan la marca de la intervenci¨®n directa del presidente Eanes, y nombres que significan ?importantes concesiones al Partido Comunista? para conseguir la ?neutralidad? de este partido y su eventual colaboraci¨®n en los sectores sociales.
A este an¨¢lisis se opone el que publicaba ayer el semanario Expresso que, agrupando los futuros ministros en dos categor¨ªas, seg¨²n sus relaciones con el Partido Socialista o con la presidencia de la Rep¨²blica, hace aparecer doce personalidades que ?participaron en Gobiernos socialistas o fueron nombradas para las funciones que ocupaban anteriormente por Gobiernos socialistas? contra tan s¨®lo seis elementos de ?la confianza directa y personal del presidente de la Rep¨²blica?.
Nuevas acusaciones contra Eanes
Pero hay m¨¢s, Salgado Zenha, el presidente del grupo parlamentario socialista, y habitualmente considerado como el n¨²mero dos del partido, en una extensa entrevista publicada por el Expresso formula nuevas y graves acusaciones contra el presidente Eanes, que contrastan en parte con el discurso moderado del mismo en el Parlamento. Para Zenha, la tendencia del general Eanes a elogiar las fuerzas sociales y a mantener relaciones dif¨ªciles con los partidos pol¨ªticos, evidencia, en el jefe del Estado, ?una concepci¨®n muy receptiva al corporativismo?. Seg¨²n la cual, la democratizaci¨®n del pa¨ªs consistir¨ªa en pasar del ?corporativismo autoritario hacia un corporativismo liberal?.Para Zenha, la mayor responsabilidad de la ca¨ªda de los dos Gobiernos Soares cabe al general Eanes, y es urgente que el jefe del Estado entienda que ?no puede dar ¨®rdenes a los partidos pol¨ªticos ni tratarlos de manera peyorativa por no llegar entre s¨ª a los acuerdos que ¨¦l mismo desea?.
Para comprender esta insistencia en transformar el debate pol¨ªtico en enfrentamiento entre personalidades, tal vez sea necesario recordar el pasado reciente del r¨¦gimen democr¨¢tico portugu¨¦s en 1975. La crisis que llev¨® al cambio de orientaci¨®n de toda la vida pol¨ªtica, social y militar se concentr¨® alrededor de dos personalidades: Vasco Gongalves y Mario Soares. El gon?alvismo fue un comod¨ªn a que todo el mundo recurri¨® para caracterizar un per¨ªodo que se quer¨ªa definitivamente abolido, y que no cre¨® pocas confusiones, porque bajo la bandera del antigon?alvismo militaron fuerzas tan contradictorias entre s¨ª como la derecha, moderada y ultra, los socialdem¨®cratas, los socialistas convencidos y la Izquierda moderada.
En 1975, el Partido Socialista, que fue el centro aglutinador de toda la campa?a, pensaba que era preciso liquidar a Vasco Gon?alves y el Partido Comunista para salvar la revoluci¨®n. Este fue el eslogan de la campa?a electoral del PS y el lema del primer Gobierno Soares. Del mismo modo, ahora, los presidencialistas, o los eanistas, parecen ¨ªntimamente convencidos de que hay que sacrificar a Mario Soares, y lo que ¨¦l pas¨® a representar en la vida nacional, para ?salvar la democracia?, y recurren al aparato montado para luchar contra el gon?alvismo para hacer fuego contra el soarismo. Los argumentos, muchas veces, son los mismos: prepotencia, abuso de poder, corrupci¨®n, descuido de los intereses nacionales y de los sentimientos de la mayor¨ªa del pueblo portugu¨¦s.
El Partido Socialista va a necesitar un enorme esfuerzo para defenderse de una ofensiva de esta naturaleza, porque en dos a?os de control casi exclusivo del poder tuvo tiempo de acumular muchos errores y de suscitar muchos resentimientos, y no tiene el recurso que tuvo el Partido Comunista de achacar los excesos a los izquierdistas civiles y militares. Un elemento que conviene no perder de vista para la comprensi¨®n de la crisis es el hecho de que el PS entra ahora en la fase de preparaci¨®n de su congreso. Los trabajos preparatorios van a ocupar el per¨ªodo de seis meses que se considera como Indispensable para que existan de nuevo las condiciones para las elecciones generales.
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