Un interesante manual
Con ocasi¨®n de indagar a fondo el fundamental tema de la alienaci¨®n desde la perspectiva de las ciencias sociales, el soci¨®logo sueco Israel reexamina la teor¨ªa marxista, las aportaciones de grandes cl¨¢sicos de la sociolog¨ªa -Weber, Simmel, Durkheim-, el trabajo cr¨ªtico de Marcuse, Fromm y Mills, y otras contribuciones m¨¢s emp¨ªricas que desarrollan el concepto mencionado. La obra, que se utiliza como texto en Escandinavia, hace gala de una gran sencillez expositiva y de un esp¨ªritu sistem¨¢tico concretado muchas veces en ¨²tiles cuadros y esquemas. A ello hay que a?adir una buena documentaci¨®n que, sin caer en el eruditismo, remite a publicaciones y pol¨¦micas actuales. Por todo lo cual el libro se suma por derecho propio al cuerpo de fuentes indispensables para el estudio de la alienaci¨®n.Israel detecta en Marx dos fases fundamentales en lo relativo al cap¨ªtulo alienatorio: la propiamente filos¨®fica y aquella otra en que el an¨¢lisis se centra m¨¢s bien en la cosificaci¨®n o, lo que es lo mismo, la sujeci¨®n de las relaciones sociales, bajo el capitalismo, a la l¨®gica del mercado. Pero la ambivalencia permanece, y no pocos int¨¦rpretes marxistas prefieren resaltar los textos de una u otra fase.
Teor¨ªa de la alienaci¨®n
Joachim Israel. Barcelona. Pen¨ªnsula, 468 p¨¢ginas.
Llegados al presente, Israel se esfuerza por operativizar la noci¨®n de alienaci¨®n; por sacar provecho pr¨¢ctico, cara a la investigaci¨®n y las propuestas de cambio, de un enfoque lleno de complejidades y puntos de vista divergentes. En este sentido, propone ecl¨¦cticamente una sociolog¨ªa cr¨ªtica e integradora, mucho m¨¢s anal¨ªtica que emocional, cuya empresa en definitiva es contrarrestar una posible ?evoluci¨®n catastr¨®fica? (en el sentido de la totalitarizaci¨®n, o aun del holocausto termonuclear) de la Humanidad. El proyecto, en lo tocante al concreto campo de la teor¨ªa de la alienaci¨®n, implica: 1) trasladar el an¨¢lisis ?del trabajo y las condiciones de trabajo al proceso b¨¢sico de producci¨®n social?; 2) ?que la teor¨ªa de la naturaleza humana deje de ser filos¨®fico-antropol¨®gica y se transforme en sociol¨®gico-normativa?, y 3) que el centro de gravedad pase de los ?problemas de autorrealizaci¨®n individual o colectiva a problemas de la organizaci¨®n racional y consciente de los procesos sociales y del desarrollo) (p¨¢gina 358).
Menci¨®n especial se merece el pen¨²ltimo cap¨ªtulo, dedicado a la alienaci¨®n en las sociedades socialistas. Es este un aspecto de la cuesti¨®n tradicionalmente considerado como tab¨² y que, sin embargo, debe abordarse insoslayablemente si no se quiere, caer en un estrecho dogmatismo (tan frecuente por desgracia). Es una l¨¢stima que el autor apenas esboce el tema, content¨¢ndose con muestras fragmentarias de debates, como el desencadenado por Schaaf en Polonia en su d¨ªa. De entre dichos botones de muestra destaca la atenci¨®n prestada al estudio de Maurice Zeitlin sobre la clase obrera de la Cuba revolucionaria, que cont¨® con el apoyo del Che, entonces (1962) ministro de Industria. Son muy interesantes las conclusiones en las que se se?ala como factor causante de la alienaci¨®n no s¨®lo el modelo de organizaci¨®n productiva, sino tambi¨¦n el sistema de poder, ¨¢rea esta que comparten capitalismo y socialismo.
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