Par¨ªs y Bonn presionan a Londres para que participe en la construcci¨®n del nuevo Airbus
La cuesti¨®n clave para Gran Breta?a de si su industria aeron¨¢utica se decide por la cooperaci¨®n con Europa o con.Estados Unidos para garantizar su superviviencia futura, puede anunciarse en los pr¨®ximos d¨ªas. El ministro franc¨¦s de Transportes se entrevist¨® ayer en Londres con el secretario de Industria brit¨¢nico para exigir del se?or Varley una respuesta definitiva a la cuesti¨®n de si se puede contar con Inglaterra para la construcci¨®n de la nueva versi¨®n del Airbus europeo, el A-310, cuyos patrocinadores son Francia y Alemania Federal. El ministro galo visita hoy Bonn para ultimar detalles con su colega alem¨¢n.El A-310 es una versi¨®n reducida a doscientos asientos del actual Airbus 300, del que la empresa nacionalizada British Aerospace construye actualmente las alas, seg¨²n los t¨¦rminos de un subcontrato de casi 50.000 millones de pesetas con Airbus Industrie. De este consorcio aeron¨¢utico europeo forman parte, adem¨¢s de Bonn y Par¨ªs, las industrias a¨¦reas de Espa?a y Holanda.
El meollo de las negociaciones est¨¢ ahora en el precio que este pa¨ªs debe pagar por reincorporarse como miembro de pleno derecho a un consorcio que abandon¨® a finales de los a?os sesenta y por participar en el desarrollo del nuevo avi¨®n comercial con el que Europa pretende resistir el virtual monopolio norteamericano de la industria a¨¦rea civil. Francia y Alemania quieren que Inglaterra pague por atrasado los costos del A-300, a lo que Londres se resiste. El otro punto en litigio es si la l¨ªnea nacional British Airways comprar¨¢ la nueva aeronave. Bajo su configuraci¨®n actual, la empresa nacionalizada British Airways es, en teor¨ªa, completamente independiente del Gobierno en sus decisiones, y sus responsables ya han dejado bien claro que prefieren los Boeing norteamericanos a los Airbus europeos.
Si Londres decide volcarse del lado europeo, los t¨¦rminos probables del acuerdo incluir¨ªan una participaci¨®n brit¨¢nica de alrededor del 20% (15.000 millones de pesetas) en los costos de desarrollo del A-310, con id¨¦ntico porcentaje de colaboraci¨®n en su dise?o y construcci¨®n. Gran Breta?a seguir¨ªa fabricando las alas del antiguo A-300, entre otros motivos porque la factor¨ªa de British Aerospace en Chester es por el momento la ¨²nica en Europa que dispone de un tren de ensamblaje norteamericano capaz de remachar autom¨¢ticamente alas como las del Airbus.
La disyuntiva Europa-Estados Unidos, llamada a conformar la industria aeron¨¢utica brit¨¢nica hasta finales de siglo, divide profundamente al Gobierno de este pa¨ªs por sus connotaciones pol¨ªticas, adem¨¢s de las econ¨®micas. Bonn ha hecho saber a Londres que no se muestra insensible a las acusaciones continentales de ?antieuropeismo? y que su negativa puede comprometer irremediablemente el futuro de la industria aeroespacial europea. Pero, de otro lado, el alcance de las ofertas norteamericanas, tanto de la Boeing como de la McDonnel-Douglas (que proponen a Gran Breta?a sustanciales participaciones en sus proyectos de futuros aviones comerciales) es superior en volumen econ¨®mico y puestos de trabajo. Las divisiones del Gabinete reflejan las de las tres empresas estatales m¨¢s directamente implicadas: British Aerospace se inclina por Europa -Rolls-Royce fabrica motores para el nuevo Boeing 757- y British Airways por Am¨¦rica.
Sobre los dirigentes brit¨¢nicos pesa tambi¨¦n el espectacular fracaso del Concorde, el ¨²ltimo de cuyos aparatos saldr¨¢ dentro de unas semanas de las l¨ªneas de montaje de Filton, junto a Bristol. Diecis¨¦is a?os despu¨¦s de iniciarse un proyecto de 300.000 millones de pesetas, fruto de la grandeur francesa, s¨®lo diecis¨¦is aviones han sido construidos y de ellos s¨®lo nueve vendidos. Dos fueron desechados en las pruebas y los otros cinco esperan un m¨¢s que improbable comprador, despu¨¦s de la marcha atr¨¢s de Ir¨¢n y China. British Airways, que pierde m¨¢s de 2.000 millones de pesetas anuales en la explotaci¨®n de sus cinco unidades, sugiere ahora al Gobierno que los retire del servicio regular y los arriende.
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